Para 2050, la producción mundial de alimentos deberá crecer

Una experta de este organismo afirma que la “producción agrícola inteligente” es vital para lograr ese objetivo, ya que para esa fecha se tendrán que alimentar a 9,000 millones de personas.

descripción de la imagen
martes 28 de abril de 2020 JÛvenes de Santa Marta, CabaÒas, lideran proyecto de investigaciÛn de cultivos organopÛnicos y ponen a disposiciÛn la cosecha para minorizar la escaces alimentaria que puede desatarse poserior al covid 19. Foto EDH/ Menly Cortez

Por Jessica Guzmán

2021-06-18 9:15:03

El crecimiento de la población a nivel mundial, la pandemia del COVID-19 y el cambio climático han afectado la agricultura y con ello, también ha puesto en riesgo el acceso a los alimentos.

Ante este panorama, Carlota Molina, asociada de asuntos externos del Banco Mundial, explicó en un reciente análisis que el mundo necesitará producir 70% más de alimentos en 2050 para alimentar a una población estimada de 9,000 millones de personas.

“La seguridad alimentaria, la pobreza y el cambio climático están estrechamente ligados. En países donde la economía se basa principalmente en la agricultura, el desarrollo del sector agrícola es la medida de reducción de la pobreza más eficiente , pues puede crear puestos de trabajo y aumentar los ingresos de los pequeños agricultores y los residentes rurales, que son el 78% de los pobres en el mundo”, explica la analista.

Pero ¿cómo hacer para aumentar la productividad agrícola? La analista plantea la conveniencia de trabajar con un enfoque de agricultura inteligente con respecto al clima (CSA, por sus siglas en inglés) con un enfoque integrado para la gestión de los paisajes (las tierras de cultivo, la ganadería, los bosques y la pesca) que aborda dos desafíos interrelacionados: la seguridad alimentaria y el cambio climático.

“Este enfoque es esencial para reducir las emisiones debidas al cambio de la cobertura terrestre y la deforestación, y también es indispensable dada la mayor escasez de tierra y agua y la necesidad de equilibrar las consideraciones alimentarias, energéticas y climáticas”, señala la analista.

“El enfoque del plan no es sustituir las importaciones”, asegura el ministro de Agricultura

Pandemia agudizó el problema en El Salvador

Durante los meses más críticos de la pandemia en 2020, en el 16 % de los hogares salvadoreños, al menos un miembro de la familia sufrió hambre por falta de alimentos y el 7% de los hogares manifestaron que al menos uno de sus miembros se quedó todo un día sin comer, según reveló la Encuesta Nacional de Indicadores de Seguridad Alimentaria y Agricultura de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Dirección General de Estadísticas y Censos (Digestyc).

Esto aunado a que, en promedio, el 68.5% de las personas encuestadas manifestó una reducción en sus ingresos. Los departamentos más afectados fueron San Vicente y La Unión en 72.8% y 73.1% de hogares respectivamente, según datos revelados por dicha encuesta.

El 28.9 % de los hogares aseguró que las principales causas de esta disminución de ingresos fue la falta de trabajo todos los días mientras que el 13.3% señaló la pérdida total de empleos, como el principal motivo, según la FAO.

Para el caso de El Salvador el panorama no es muy alentador, tomando en cuenta que el país depende casi en un 90 % de la importación de alimentos, en su mayoría frutas y hortalizas que vienen de Guatemala y otras de Honduras, según dijo el ministro de Agricultura, David Martínez, reciéntemente en entrevista televisiva.

“Un país que importa más del 30 % de lo que consume es un país altamente vulnerable en seguridad alimentaria y El Salvador, antes de la pandemia, ya importaba arriba del 80 % en promedio, pero hay productos que importamos el 92 % y tenemos la capacidad de poder producir”, dijo Martínez.

Agricultores afirman que el fideicomiso no basta, debe parar importación de alimentos

La FAO anteriormente advirtió en enero de este año que entre junio y agosto, unos 1.04 millones de salvadoreños se encontrarán en crisis alimentaria y que la población más afectada será aquella que depende de actividades agrícolas y ganaderas debido a pérdidas de ingresos por las restricciones de movilidad y transporte derivadas de la pandemia de COVID-19.

A esto se suman las afectaciones que también viven los comerciantes informales en los mercados, ya que actualmente los productos alimenticios como frutas, hortalizas, pollo, quesos, los productos para cocinar como aceites, manteca y margarina así cómo los utensilios desechables para empacar alimentos han subido de precio hasta o más de un 60 %, por lo que sus ingresos son menores, lo que aumenta la inseguridad alimentaria.

Desafíos nacionales

Peter Nataren, joven dirigente de la organización Innovación Vegetal Rural (Inver) en Santa Marta y especialista en temas agrícolas en el municipio Victoria, en Cabañas, dijo que es muy complejo que El Salvador avance en este tema porque la agricultura inteligente necesita todo un andamiaje de tecnología y El Salvador nunca ha invertido en ello.

“Para desarrollar una agricultura inteligente, por ejemplo en base a la agronomía, es muy científica, muy aplicada, se requieren conocimientos, para medir las sales minerales que necesita la planta y para eso estamos muy lejos, porque el campesinado en este país no tiene ese conocimiento técnico, no solo conocimientos agrícolas básicos”, dijo Nataren.

Actualmente en el proyecto de Inver se están desarrollando pruebas con jóvenes para cultivar una serie de alimentos, pero afirmó que no tienen apoyo del Ministerio de Agricultura, dijo el joven especialista.

Para la Unidad Ecológica Salvadoreña (UNES) la población mundial crece constantemente y está cada vez más urbanizada, por lo que es vital que El Salvador produzca sus propios alimentos en la medida de lo posible para combatir la falta de alimentos.

“Para El Salvador los retos son grandes, ya que “la tecnología evoluciona sin cesar y la economía se encuentra cada vez más globalizada. A esto se suma el hambre que provocó la falta de empleo durante la COVID-19”, señaló la UNES.

Efectos positivos de la Agricultura Inteligente :

Mayor productividad

Aumentar la eficiencia en el uso de la tierra ayudará a producir más alimentos, mejorará la seguridad alimentaria y nutricional, y elevará los ingresos de los más pobres.

Fortalecer la cadena de valor de los alimentos y mejorar el acceso al mercado

Es importante que los países cuenten con caminos y sistemas de logística en mejores condiciones, más información sobre los precios de mercado, así como mejores procesos de manipulación y almacenamiento de alimentos para reducir las pérdidas y los desperdicios

Cerrar la brecha de género

Si las mujeres agricultoras tuvieran el mismo acceso a los recursos que los hombres, ellas podrían aumentar el rendimiento de sus fincas hasta en un 30%, producir mayor volumen de alimentos y, potencialmente, reducir en un 15% el número de habitantes que sufren hambre, según Banco Mundial.