A tempranas horas de la mañana del martes, Marvin Vásquez salió de su hogar en Panchimalco, listo y emocionado de volver a laborar en la Barbería de León, en Santa Tecla, tras tres meses de cuarentena obligatoria.
Las barberías y salones de belleza forman parte del segmento de negocios que abren desde este 16 de junio con la apertura económica, tras el fin de la cuarentena. En la Barbería de León decidieron prepararse desde el domingo pasado, alistando todas las medidas sanitarias para volver a abrir.
Tras tomar la temperatura de los clientes y proporcionarles alcohol gel, las rasuradoras y tijeras volvieron a la acción. A pesar de haber sido un día poco productivo, pues al lugar solo llegaron 10 personas, Marvin hizo su trabajo con alegría y confiado en que poco a poco el negocio se levantará.
Con sus lentes de protección y su mascarilla, el barbero con 25 años de experiencia comentó que durante los meses de cuarentena pasó una situación bastante difícil, pues no recibió el bono de $300, sin embargo fue beneficiado con la entrega de víveres del gobierno central y de la municipalidad.
Mientras Marvin terminaba el corte de cabello a un cliente, a su lado se encontraba Samuel Cañas, otro de los barberos del negocio.
Al igual que su colega, tiene 25 años de dedicarse a ese oficio. Sentado en la silla en la cual recibe a sus clientes, Samuel comenzó a recordar que su último día de trabajo fue el 21 de marzo. No puede dejar de evidenciar su entusiasmo de contarlo ahora, ya con la reapertura de su negocio.
La situación durante la cuarentena fue difícil, pues sin recibir un salario, estos experimentados barberos vivían del trabajo diario.
Durante ese tiempo, Samuel corrió con más suerte que Marvin, pues él sí recibió el beneficio de los $300 y dos canastas de víveres, una que fue proporcionada por el gobierno central y otra por la alcaldía de San Salvador.
A pesar de la ayuda, Samuel no deja de hacer énfasis en que estos tres meses fueron una verdadera prueba para todos los salvadoreños. “Supongo que toda la gente la pasó mal, pero ni modo, estamos en una epidemia”, dice el barbero, quien sigue a la espera de clientes pero está consciente de que es mejor, por ahora, que el trabajo arranque de manera gradual.
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Por otra parte, Samuel está agradecido con el fin de la cuarentena, pues podrá llevar el sustento a su hogar y aunque sabe los riesgos que siempre se corren debido al COVID-19, tanto él como Marvin tomarán las debidas precauciones y respetarán los protocolos establecidos por el gobierno para asegurar la mejor atención en esta nueva normalidad.