Las transferencias interbancarias a través de la plataforma UNI superaron las 450,000 operaciones en medio de la pandemia, según confirmó la Asociación Bancaria Salvadoreña (Abansa).
Para la banca este es un crecimiento considerable que se ha dado a raíz de las medidas de encierro, tomando en cuenta que de enero a abril el monto transado era de $600 millones y el número de operaciones apenas superaba las 200,000.
Pero la influencia de la pandemia, las medidas de confinamiento y distanciamiento incidieron en que los usuarios de la banca hicieran mayor uso de los canales digitales, lo que llevó a que el monto transado pasará a $900 millones a octubre de este año.
La tendencia del uso de transferencias electrónicas sigue al alza tras el inicio de la pandemia. El volumen de transacciones ha crecido, lo que implica que cada vez más personas hacen uso de las plataformas digitales como UNI, según confirma el informe del comportamiento financiero de la banca local.
“Hemos visto un incremento del uso de los canales digitales que la banca ofrece, en el uso de la banca en línea, de las transacciones entre bancos y de la banca móvil” detalló la directora ejecutiva de Abansa, Luz María Serpas.
“El uso de los canales digitales es una buena noticia, es una opción que ya estaba disponible pero que ahora se le ha dado más uso”, agregó el presidente de Abansa, Raúl Cardenal.
El pago de servicios públicos fue el que representó el mayor incremento, según Cardenal.
Con el uso de este tipo de servicios se reduce el riesgo de contagio de la población, destacó el ejecutivo.
Principales indicadores
En cuanto al comportamiento financiero Abansa destacó que la banca alcanzó un saldo de $13,302 millones en préstamos al sector privado, que representa un crecimiento del 2.4 % con relación al monto de octubre pasado.
Como es tendencia, el financiamiento a las empresas tiene el 47 % de los créditos; el 34 %, a crédito para personas y la adquisición de vivienda, un 19 %.
“La demanda del crédito ha sido influenciada por la menor actividad económica y una disminución en créditos de consumo y vivienda”, detalló Serpas.
El comercio y la industria de manufactura y servicios tienen el 65.8% de los créditos productivos.
En cuanto a los depósitos estos alcanzaron los $14,802 millones con un incremento de más del 11 %.
La fuente de fondeo de la banca sigue siendo los depósitos con 86 %, 9 % de financiamiento y 5 % de títulos valores emitidos.
Coyuntura fiscal
El informe desataca, además, que la brecha del déficit fiscal se ha incrementado alcanzando los $2,251 millones comparado con el periodo de enero a septiembre 2019, por el incremento del gasto y la disminución del ingreso debido a la pandemia.
“Este es al rededor de 5.9 veces el déficit comparado con el que se observaba en ese periodo en 2019, se ha incrementado por un aumento del gasto de más de $1,566 millones y ha habido una reducción de los ingresos al rededor de $342 millones”, ilustró Serpas.
Cardenal agregó que estos números se dan al mismo tiempo que la deuda pública podría rondar el 90 % del Producto Interno Bruto, por lo que Abansa considera necesario que la gestión fiscal busque la eficiencia del gasto y que la deuda pública sea sostenible.
Llamó, además, a que se respete de la institucionalidad para no ser mal evaluados en la calificación de riesgo país.
“La recuperación económica requiere preservar un entorno favorable a la inversión y a la generación de empleo, en tal sentido, el respeto a la institucionalidad y al Estado de derecho son esenciales”, apuntó, Cardenal.
En cuanto a las Letes y Cetes compradas por la banca al Gobierno estos alcanzan ya un saldo de $1,400 millones, un monto que la banca considera que puede seguir financiando toda vez y cuando el Gobierno haga los pagos respectivos cada mes.
“Todavía hay montos autorizados que no se han usado, por lo que aún hay espacio de colocación de Cetes y Letes”, agregó.