Alejandro Poma: “Es importante que se genere un ambiente que permita al sector empresarial invertir”

El vicepresidente de la Fundación Poma dice que preocupa la continuidad y calidad educativa, así como el retraso en las atenciones de salud.

descripción de la imagen

Por Magdalena Reyes/Katlen Urquilla

2020-11-13 6:00:22

El vicepresidente de la Fundación Poma, Alejandro Poma, destaca que el Índice de Progreso Social (IPS) es una herramienta que tiene como objetivo medir el bienestar en las sociedades, a partir de indicadores sociales y medioambientales, basados en información actualizada, objetiva, técnica y de calidad.

Poma está convencido de que el desarrollo económico tiene que ir de la mano del progreso social y que ninguno es excluyente. “Aquellos países con mejor desempeño se caracterizan porque saben traducir la riqueza en oportunidades para sus habitantes”, afirma.

En entrevista con El Diario de Hoy, Poma subrayó cuáles deben ser las prioridades de inversión.

¿Con base al panorama del Índice de Progreso Social que muestran un gran reto para las autoridades, cuáles cree que deben ser las prioridades que debe seguir el Gobierno en estos momentos?
Creemos que el Estado debe priorizar la inversión en las personas para proteger el progreso social, considerando la sostenibilidad fiscal y la transparencia.

Concretamente es importante, por ejemplo, mantener y mejorar la atención de salud, así como rescatar la continuidad educativa, que se verá afectada por la pandemia de COVID-19. Ambas áreas son críticas para construir una sociedad con bienestar a largo plazo. Tan importante como esta tarea de enfocarnos en el desarrollo social es que se genere un ambiente que permita al sector empresarial invertir, crear empleos y crecer.

Todos los indicadores son clave para el desarrollo social pero ¿cuál es el que más le preocupa que se deteriore más?
Es importante reconocer que, a partir de los Acuerdo de Paz, nuestro país ha logrado mejorar varios indicadores particulares como cuidados médicos, mortalidad materna e infantil, penetración de la telefonía móvil, libertad religiosa, entre otros.

En estos momentos de crisis, se corren riesgos en casi todos los frentes del bienestar social, sin embargo, preocupa en especial la continuidad y la calidad educativa, un indicador que ha sido muy difícil de mejorar y ahora se encuentra afectado por la suspensión de clases presenciales, los escasos recursos tecnológicos de docentes y estudiantes y la limitada conexión a internet.

También preocupa el retraso en las atenciones de salud, que había experimentado avances después del conflicto armado. Esto podría representar un peligro especialmente para poblaciones vulnerables: niños, mujeres embarazadas, personas de la tercera edad y pacientes con enfermedades crónicas.

La pandemia también provocó la restricción de ciertas libertades individuales y evidenció la importancia de cuidar la libertad de expresión y el ejercicio periodístico.

En las sociedades democráticas, el progreso social requiere del respeto a estas libertades, la institucionalidad, el Estado de Derecho y la transparencia.

¿Cuándo cree que se podrá comenzar en una ruta ascendente después que lo peor de la pandemia haya pasado?
Esto depende del diseño, ejecución e impacto de las políticas públicas, la voluntad política, el contexto internacional y de cooperación, especialmente con Estados Unidos.

El 2021 será un año retador, ya que enfrentaremos las consecuencias de la baja actividad económica que percibimos este año. Esto vuelve crucial la correcta asignación de recursos, las prioridades de inversión y gasto y el uso responsable, eficiente y ético de los mismos.