“La educación es el arma más poderosa para cambiar al mundo”

La Fundación Garrobo se enfoca en programas de educación integral para niños y en capacitación para jóvenes.

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Yesenia Quiroa y su pequeño Adrián, en el área de recreo del Colegio de Vida Integral Montessori, el cual es parte de l Fundación Garrobo de Textiles Opico. Foto EDH / marcela moreno.

Por Jessica Guzmán

2019-03-17 12:24:40

“La Educación es el arma más poderosa que podemos usar para cambiar el mundo”, ese es el lema de la Fundación Garrobo de El Salvador y con el que empuja dos proyectos enfocados en educación integral.

Ambas iniciativas: Colegio de Vida Integral Montessori (CVIM) y el Proyecto Garrobo, nacieron con la visión creadora de oportunidades para la niñez y la juventud de escasos recursos que residen en los municipios de San Juan Opico, Ciudad Arce, Jayaque, Tepecoyo, Colón, Sacacoyo y San Pablo Tacachico, todos de La Libertad, explica Yolanda Rivera, directora del Colegio.

Yolanda Rivera, directora del Colegi de Vida Integral Montessori explica el proyecto y sus beneficios. Foto EDH/ Marcela Moreno

Con el Proyecto Garrobo se beneficia a jóvenes menores de edad de muy escasos recursos y condición vulnerable, en estado de embarazo o no.

Jiji Rentsch, coordinadora del programa explicó que este dura dos años, tiempo en el que las participantes reciben capacitación de moda y textil y además se le provee de viáticos para su alimentación y transporte.

Estela López Guardado, tiene actualmente 23 años, pero fue parte del proyecto Garrobo cuando tenía 17, siendo ya madre, fue capacitada y luego pasó a formar parte de la planta de textiles.

Tiene dos hijos, y también ha sido beneficiada con el programa del Colegio Vida Integral Montesori con su primer hijo, ahora espera que su segunda hija pueda entrar, ya que Estela confirma que ambas iniciativas le han sido de mucha ayuda para lograr salir adelante.

El programa del colegio atiende hasta 60 niños, hijos de los colaboradores de Textiles Opico. El 90 % de beneficiarios son de Producción. Foto EDH / Marcela moreno.

Aprendizaje y dedicación

El programa del colegio inició con una guardería en 2011, cuidando a cuatro niños hijos de colaboradores de Textiles Opico, luego en 2017 se acreditaron como centro escolar con el Ministerio de Educación.

Actualmente el colegio tiene una población estudiantil de 60 niños, que van desde maternal hasta preparatoria, de los que el 90 % son de padres que laboran en el área de Producción de la empresa.

“El proyecto brinda atención a tiempo pleno y además del cuidado y educación y alimentación hay una clínica empresarial que también les atiende”, señaló Rivera.

San Salvador, 14/03/2019, Visita a Textiles Opico TexOps, tema RSE. Fundaci—n Garrobo.
Fotos EDH/ Marcela Moreno

Seguridad y educación

Yesenia Quiroa Pérez, trabaja en el área de Producción y es una de las beneficiarias del colegio, primero con su hija que ya se graduó, y ahora con su pequeño de cuatro años, y asegura que este beneficio es “una bendición”.

“Traemos a nuestros niños y están seguros, aprenden, ahorramos dinero, los cuidan muy bien, la Fundación Garrobo es una bendición de Dios”, expresó Yesenia.

Otro de los casos es el de Marcela Escobar, coordinadora en el área de Producción, ella es madre de una niña de cuatro años y asegura que contar con este tipo de programas en la empresa para la cual trabaja, motiva a los colaboradores, ya que les brinda seguridad, aprendizaje y cuidado integral y de calidad para sus hijos.

“Las jóvenes aprenden mucho con el programa y en el colegio los niños reciben una enseñanza de calidad. De esta forma aportamos a una mejor sociedad”, concluyó la coordinadora de la Fundación Garrobo.

Marcela Escobar es coordinadora en el área de Producción en Textiles Opico y se siente afortunda de poder contar con un programa como el del Colegio que brinda seguridad y educación de calidad a su pequeña Valeria. Foto EDH/ Marcela Moreno