CEL pagó $108.5 millones a Astaldi pese a rechazarle excusas en obras

En agosto de 2010 la autónoma le dijo a la firma italiana que sus reclamos no eran procedentes. Dos años después se firmó el Arreglo Directo, hoy judicializado

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En enero de este año, fue acusado por la Fiscalía de cohecho activo (soborno), agrupaciones ilícitas y peculado, por el caso El Chaparral, en la que, según las investigaciones, se habría prestado para la recepción de $3.5 millones que la empresa constructora Astaldi entregó a Funes en pago por haber ordenado el arreglo directo entre esa compañía y la CEL para poner fin al contrato a cambio de $108.5 millones. Foto EDH/Archivo

Por Juan José Morales

2019-01-07 7:19:17

Una carta de la Comisión Ejecutiva Hidroeléctrica del Río Lempa (CEL) a la constructora Astaldi, enviada dos años antes que se firmara el Arreglo Directo, confirma que para la autónoma nunca hubo evidencias técnicas que justificaran los problemas geológicos y técnicos en la construcción de la presa El Chaparral para luego pagar $108.5 millones, los cuales incluyen $3.5 millones de un soborno que hizo la firma italiana al ex presidente Mauricio Funes y Miguel Menéndez, según la Fiscalía General de la República.

La misiva, enviada el 12 de agosto de 2010 y firmada por el entonces director ejecutivo de la CEL, Jaime Contreras, asegura que los argumentos de la ex constructora del proyecto hidroeléctrico no eran válidos y que no significaban evidencia técnica para demostrar que hubo “imprevistos imprevisibles” en la margen derecha de la montaña donde se asentaría la presa de la central hidroeléctrica en el norte del departamento de San Miguel.

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Esta correspondencia tenía como destinatario al entonces apoderado general administrativo de Astaldi en el país, Mario Pieragostini, quien ha sido acusado por la Fiscalía General de la República junto con el ex presidente de la autónoma, Leopoldo Samour, Funes, su actual pareja, Ada Mitchell Guzmán (ambos asilados en Nicaragua) y Menéndez, conocido como “Mecafé”.

“Se concluye que los reclamos presentados por Astaldi no son procedentes en vista de que no cuentan con los sustentos técnicos que puedan confirmar los argumentos en que se basan y no demuestran la concurrencia de razones imprevisibles de fuerza mayor o caso fortuito, debiendo continuar con el desarrollo de las obras para no incumplir con los plazos contractuales. No omitimos manifestar que en ninguna de las cartas se indicó el daño o perjuicio del que presuntamente fue objeto Astaldi”, dice la carta enviada por Contreras a los italianos.

Esta situación, según los informes de la empresa que supervisó El Chaparral entre 2008 y 2012 (el asocio Euroestudios-Ingetec), también confirma que la firma paralizó el proyecto en junio de 2010, luego de la tormenta Agatha, y reconoce un mal manejo en las tareas de excavación y de soporte del macizo montañoso, lo cual generó “un problema de estabilidad”, sobre todo por el abuso de dinamita y otros materiales para adecuar la montaña y poder construir una presa de tipo CCR (concreto compactado con rodillo).

“Se concluye que era claro para los licitantes que la situación geológica y geotécnica de la margen derecha era extremadamente complicada y desfavorable, siendo por lo tanto algo previsible para los costos de Astaldi”, dice una parte de la supervisión, consultado por este periódico.

En la carta de Contreras a Pieragostini también se le recuerda a Astaldi que, por respeto a sus obligaciones contractuales, tenía que reanudar los trabajos en cada zona de la obra sin implicación con la situación margen derecha y que tenían que tomar en cuenta que dicha decisión, unilateral, afectaría el programa de ejecución de las obras.

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“Hemos observado la suspensión total de los trabajos, desde el 17 de junio de 2010 en la casa de maquinas, presa, túnel de desfogue y margen izquierda y derecha, Astaldi debe tener en cuenta el efecto de esa decisión unilateral en el programa de ejecución de trabajos”, le recuerda Contreras a Pieragostini.

Asimismo el ex director ejecutivo de la CEL enfatiza en la carta enviada a Astaldi que la constructora debía presentar un planteamiento completo del diseño detallado de la presa El Chaparral, asociado a medidas técnicas y constructivas que se tomarían en cuenta para no incumplir con los plazos contractuales, un aspecto que no conllevó sanciones por parte de la CEL. Esto nunca sucedió.

Se pagó el 50% pero solo se construyó el 29%

Un tema donde la Fiscalía también ha realizado una investigación es en el caso de los $45 millones (que están dentro de los $108.5 millones del Arreglo Directo), los cuales no se justificaron y no se relacionaron con la obra ejecutada.

Por ejemplo, en junio de 2010, Astaldi abandonó la obra con un 23.68% de avance pero CEL justificó, en el Arreglo Directo, que se pagaba, en julio de 2012, por un 38%, algo que no esta fundamentado según la correspondencia consultada y que incluso contradice el Informe Físico Financiero del Programa Anual de Inversiones de ese año de la autónoma que definió -con técnicos y supervisores propios- que sólo se construyó el 29.29% de la central hidroeléctrica.

Hay que destacar que, según el artículo 95 de la Ley de Adquisiciones y Contrataciones de la Administración Pública (Lacap), se puede optar por la modalidad de terminación de contrato por mutuo acuerdo, no pudiendo en este caso reconocer cantidades que no pertenezcan al valor “de la ejecución de la obra realizada, al servicio parcialmente ejecutado o a los bienes entregados o recibidos”.

El Chaparral se estaba construyendo por Astaldi bajo la modalidad “llave en mano”, es decir que no se admitían por parte del contratista ordenes de cambio o montos adicionales a los casi $220 millones firmados.

Hoy la CEL ha retomado el proyecto bajo una modalidad de múltiples contratos y, según la autónoma, tiene 70% de avance a noviembre pasado.