La mayoría de los empleados jóvenes reconocen la importancia, actual y futura, de lacuarta revolución industrial, pero muchos advierten que no se sienten formalmente preparados para los cambios que ésta traerá consigo.
El término cuarta revolución industrial fue creado por el gobierno alemán y popularizado por Klaus Schwab en el Foro Económico Mundial en Davos de 2016. Se le llama una revolución porque combina un conjunto de avances tecnológicos (robótica, internet de las cosas, impresión 3D, etc.) que están transformando la forma de producción actual.
La Encuesta Millennial 2018 de Deloitte, la firma privada de servicios profesionales que consultó a más de 10,000 millennials- nacidos entre 1983 y 1994- y a casi 2,000 de la Generación Z- los nacidos entre 1995 y 1999- detalló que los jóvenes están consientes de que la Industria 4.0, está modelando los lugares de trabajo y tiene potencial para “liberar a la gente de actividades rutinarias para que se enfoquen en trabajos más creativos”.
La encuesta reveló que el 70 % de los millennials predice un cambio a gran escala en el mercado laboral como resultado de la industria 4.0; no obstante, solo un tercio cree que tiene las habilidades requeridas para enfrentarla, aunque de manera general sepan manejar dispositivos mejor que los de mayor edad.
Los jóvenes consultados detallaron que, en orden de prioridades, son las empresas las responsables de preparar a los empleados para trabajar con tecnologías como la robótica y la inteligencia artificial.
Hacia el futuro, 8 de cada 10 millennials dijeron que los empleadores deben liderar la formación en el mismo lugar de trabajo y deben ser ellos los que prioricen el desarrollo y la capacitación formal continua.
Millennials: ¿cómo tratar (y sacar adelante) a esta generación?
Ellos crecieron -crecimos- escuchando que son especiales, que conseguirían todo lo que quisieran y hasta recibían medallas por el simple hecho de participar, aunque hubieran sido los últimos o los que tenían peores resultados.
En los últimos años, el concepto de las empresas como educadores ha ido ganando terreno, y los resultados de la encuesta de 2018 justifican claramente su valor: el 73 % de los que planean quedarse con sus empleadores más de cinco años dicen que sus organizaciones son fuertes proveedores de educación y formación. Aunque algunos anticipan el avance de la enseñanza formal en las nuevas tecnologías disruptivas- aquellas que cambian bruscamente la manera en cómo se hacen las cosas- esperan más ayuda de las empresas que del mismo gobierno y otras fuentes educativas como universidades y centros de capacitación. De modo que la formación continua premia.
Cabe aclarar que los jóvenes encuestados señalaron que buscan orientación más allá del conocimiento técnico en sí.
Los profesionales jóvenes buscan ayuda para construir habilidades blandas como la confianza, características interpersonales, y (en particular la Generación Z) actitudes éticas y de integridad.
En su opinión, sin embargo, por ahora las compañías no están respondiendo precisamente a sus necesidades de desarrollo.
Solo el 36% de los millennials y el 42% de los encuestados de la Generación Z dijeron que sus empleadores los ayudan a comprender y prepararse para enfrentar los cambios asociados con la Industria 4.0.
En ese sentido, los jóvenes millennials consultados por Deloitte consideran que existe un déficit de apoyo en las áreas para desarrollar confianza, motivación, ética / integridad, pensamiento crítico, innovación y creatividad.
Los encuestados de la Generación Z también sienten que necesitan desarrollar su confianza y habilidades interpersonales. Los trabajadores más jóvenes también anticiparon que buscan incorporarse a compañías que les brinden apoyo formal e informal en áreas como la comunicación, liderazgo, finanzas y economía, idiomas y les permitan concretar una mentalidad global y desarrollar habilidades más analíticas. “Los resultados de la encuesta de este año indican que los rápidos cambios sociales, tecnológicos y políticos del año pasado impactaron la opinión de los millennials y la Generación Z respecto a las empresas y esto debería de ser un llamado de atención a los líderes mundiales”, aseguró el CEO mundial de Deloitte, Punit Renjen.