El Salvador es uno de los más vulnerables a los riesgos climáticos en el mundo, es por eso que el Fondo Verde del Clima creó un un programa especial de $127 millones para atender a 225,000 personas que viven en el sector agrícola de los 114 municipios que componen el Corredor Seco de El Salvador, las áreas más impactadas por sequías severas, inundaciones y tormentas tropicales.
Según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), el aumento de las temperaturas puede reducir los rendimientos de los principales cultivos del país en un 20 % para 2050, debido sobre todo a la sequía.
En el área del Corredor Seco de El Salvador, 2.2 millones de personas viven en una situación de pobreza y vulnerabilidad climática, y el 54 % de ellas depende de la producción de cereales básicos como principal medio de subsistencia.
Ante ese panorama, el proyecto denominado Escalamiento de la Resiliencia Climática en los Agroecosistemas (Reclima), promoverá actividades para transformar las prácticas agrícolas, construir reservorios, promover la diversificación de cultivos a través de huertos familiares y comunitarios, y brindar asistencia técnica por medio de escuelas de campo para agricultores.
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Este programa tendrá un presupuesto de $127.7 millones para mejorar la resiliencia frente al cambio climático de los sistemas agrícolas de los 114 municipios del Corredor Seco.
El proyecto Reclima involucrará a 20, 000 personas que pertenecen a comunidades indígenas y 50,000 agricultores familiares -quienes conforman casi el 15 por ciento de todos los agricultores familiares en el país-.
El proyecto trabajará con un tercio de la población salvadoreña más vulnerable al cambio climático.
De acuerdo con las autoridades, Reclima “promoverá un cambio profundo en los sistemas alimentarios del Corredor Seco de El Salvador para ayudar a erradicar el hambre, la pobreza y abordar los desafíos del cambio climático, contribuyendo directamente a la seguridad alimentaria de las familias de los 114 municipios en los que se implementará el proyecto”.
También implica la intención de reducir y/o capturar más de cuatro millones de toneladas de carbono durante un período de cinco años.
El proyecto trabajará con los agricultores familiares para transformar sus prácticas productivas, mejorando su infraestructura básica y conocimientos técnicos con el objetivo de lograr sistemas alimentarios plenamente sostenibles y resilientes.
En particular, aseguraron los organizadores, el proyecto busca aumentar la resiliencia en los sistemas productivos agrícolas que abarcan más de 56, 000 hectáreas, promoviendo la adopción de medidas de adaptación, como el uso de semillas tolerantes a la sequía.