Los jóvenes no se están preparando para los trabajos del futuro, dice estudio

Según Fusades, los estudiantes prefieren el bachillerato general sobre el técnico, y los que eligen el vocacional siguen concentrándose en áreas en las que más empleos se perderán.

descripción de la imagen
Estudiantes de bachillerato en aeronáutica del Colegio Don Bosco estudian cómo reparar una aeronave. / Foto Por Archivo

Por Vanessa Linares

2018-10-21 9:35:13

Los jóvenes salvadoreños no están listos, ni se preparan, para ejercer los trabajos que predominarán en el mundo en los próximos años.

La Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (Fusades) señaló en su Informe de Coyuntura Social 2017-2018 que pese a los esfuerzos por extender la oferta educativa en El Salvador, los estudiantes de educación media están prefiriendo el bachillerato general y no la opción técnica vocacional; y los pocos que eligen el currículo vocacional se concentran en las áreas que más empleos perderán en el futuro.

En los últimos ocho años, entre 2009 y 2017, el número de estudiantes en bachillerato técnico disminuyó de 96,230 a 94,584; y aunque las especialidades donde bajó la matrícula pertenecen al sector comercial; más de la mitad sigue concentrándose en el área de contaduría (37 %) y administración contable (19 %), trabajos en los que el Foro Económico Mundial (FEM) ya advirtió que son los que serán automatizados y más plazas perderán en todo el mundo de aquí a 2022.

Fusades calculó, con datos del censo escolar del Ministerio de Educación, que en 2017, de más de mil instituciones educativas públicas y privadas que tienen bachillerato, menos de la mitad (480) ofrecen la modalidad técnica y el 75 % se encuentra en el sector público y concentra la mayor parte de la matrícula.

ADEMÁS:

Estos son los diez trabajos que serán comunes en el año 2040

El cambio de paradigma con la incursión de la industria 4.0 comienza a vislumbrarse en el mundo, pero en dos décadas estará en pleno auge, y creará miles de millones de empleos hoy inexistentes.

El bachillerato técnico en el país tiene disponible ocho áreas de especialización: industrial, comercio, construcción, arte y cultura, agropecuaria, informática, salud y turismo.

Si bien en los últimos años, la oferta de formación se ha ampliado de 24 a 40 especializaciones, solo 38 están activas. De esas, existen 13 especialidades de bachillerato técnico vocacional que tienen entre 1 y 10 % de la matrícula de jóvenes; en tanto que en otras 23, apenas se inscribe menos del 1 % de los jóvenes en edades de asistir al nivel secundario.

Entre estas especialidades de poca concurrencia se encuentran las de reciente creación -y que se vinculan directamente la vertiginosa revolución tecnológica e industrial- es decir, las opciones como aeronáutica, electromecánica, logística de aduanas, desarrollo de software, etc.

Por otro lado, en 2017, las áreas con mayor número de mujeres jóvenes inscritas en bachillerato técnico siguieron siendo las de comercio, salud y servicios turísticos.

“Relativamente pocas mujeres optan por continuar una especialidad del área industrial o informática. Y, en términos generales, tanto para las mujeres como los hombres, el bachillerato técnico pareciera no ser más la primera opción”, señaló el tanque de pensamiento en su informe.

La directora del Departamento de Estudios Sociales de Fusades, Helga Cuéllar-Marchelli, llamó la atención en que solo 39 de cada 100 salvadoreños están estudiando bachillerato, y de estos la mayoría está eligiendo la opción general.

Aunque no se puede asegurar claramente el por qué de la tendencia, una posibilidad es que los jóvenes crean que al graduarse más rápido (en dos años y no tres) podrán incorporarse de inmediato al mercado laboral; otra es que no crean que sus expectativas laborales o posibilidades de encontrar un empleo realmente mejorarían estudiando un técnico; porque no conozcan sus ventajas ni las especialidades disponibles o incluso porque las oportunidades de empleo en los territorios donde viven son más limitadas para quienes continúan en esta modalidad, consideró el informe.

“La opción técnica ya no es una opción segura para encontrar empleo. Lo que nosotros queremos es decir que la opción técnica puede generar empleabilidad siempre y cuando esté articulada con el sector productivo y la demanda laboral”, dijo Cuéllar.

En ese sentido, para aumentar la preferencia por las opciones técnicas, Fusades consideró que habría que despertar el interés de los jóvenes estudiantes y, al mismo tiempo, garantizarles una formación de calidad, especialmente a las carreras articuladas.

En las tareas pendientes también se incluye la definición de una política de mediano y largo plazo para mejorar la calidad de la educación técnica y tecnológica y cómo se vincula con el mercado laboral; además, de institucionalizar mecanismos permanentes de coordinación entre los centros educativos, las empresas y las instituciones responsables de la capacitación técnica vocacional.

Por ahora, existen 16 carreras articuladas (que vinculan directamente el bachillerato con estudios superiores) que son impartidas en una universidad privada, seis sedes Megatec y 27 centros educativos públicos y privados. Esta oferta educativa está centrada en 30 municipios, aunque solo abarca al 5.6 % del total de los centros educativos con bachillerato técnico en el país.