Escanear un código con la cámara del celular para aceptar una donación, utilizar el móvil para pagar un café en una gasolinera o solo acercar la mano con un anillo o guante especial en la entrada del transporte colectivo o al acceder a estadios, son algunas de las nuevas formas de pago en las que la tecnología está encaminando a los consumidores de todo el mundo y que, paulatinamente, ganarán mayor terreno al dinero en efectivo.
Si bien las empresas fintech; es decir, aquellas que combinan las finanzas con la tecnología, aumentan rápidamente su presencia en varios países de la región Latinoamericana como Brasil, México, Colombia y Argentina, en El Salvador todavía sigue siendo un reto perder el miedo a usar algo más que billetes y monedas.
Para Mario Guzmán, del departamento de Pagos y Valores del Banco Central de Reserva (BCR), en el país hay suficientes condiciones regulatorias para migrar del dinero en efectivo al electrónico; empero, hace falta educación financiera para que los usuarios tengan confianza y motivación.
“En El Salvador sí podemos vivir sin efectivo, existe una posibilidad y condiciones para ello; pero, así como hace tiempo pasar del trueque a la moneda fue difícil, tiene que ver con la educación (financiera) de la gente”, dijo Guzmán.
Desde septiembre de 2015, cuando fue aprobada la Ley para Facilitar la Inclusión Financiera, el dinero electrónico y todas las condiciones normativas para su uso, comenzaron a ser más experimentadas para los salvadoreños.
La ley sirve como marco de referencia para la integración de más salvadoreños al sistema financiero de forma simplificada. La norma permitió, entre otras cosas, crear el dinero electrónico que a su vez se caracteriza por la disminución del riesgo por manejo de efectivo, la facilidad para abrir una billetera, hacer pagos y transferencias, disponibilidad inmediata del recurso y los menores costos en las transacciones financieras al no tener que desplazarse físicamente.
Las Fintech se abren paso en el sector financiero de Latinoamérica
Según un estudio del BID, ya sea como competencia o colaboración, el rol de las empresas de tecnología financiera (Fintech) son parte de la evolución vertiginosa que experimenta el sector financiero.
Asimismo, los entes relacionados a esta nueva forma de manejar el dinero también destacan que se caracteriza por su seguridad, fácil identificación del origen y destino de los fondos (reduciendo el riesgo de lavado de dinero), y genera confianza en los usuarios, puesto que al ser extraviado o robado el dispositivo móvil, el dinero electrónico se mantiene en el registro del usuario. Además, como un plus a favor del país, El Salvador es el único en el que todo el dinero electrónico es respaldado en el BCR dejando abierta la posibilidad de reconvertirlo en efectivo en el momento en el que el cliente decida.
En economías más desarrolladas como Suecia y Bélgica, las operaciones con dinero electrónico y a través de transferencias superan las de dinero en efectivo. Aunque no eliminan totalmente el papel moneda, sí priorizan los pagos a través de medios electrónicos para generar ahorros e inducen a los ciudadanos a montarse a la ola tecnológica.
Por otro lado, aquí, a pesar de su lentitud, la tecnología está llegando al sistema financiero salvadoreño.
En la primer encuesta sobre servicios financieros digitales (2016), el BCR detectó que el 79 % de los adultos salvadoreños tienen celular; que el 23 % de la población usa tarjetas o hace transferencias electrónicas de dinero; y que el 47 % posee al menos un producto financiero y ha hecho transferencias y manejo de dinero por medio de un teléfono celular.
Hasta ahora ya logró acreditarse a la primer empresa proveedora de dinero electrónico-que solo en 2017 movilizó más de $530 millones en transacciones- y otras dos compañías se encuentran en proceso.
Según Guzmán el dinero electrónico y la apuesta por las transferencias son una gran oportunidad para el país.
Además de concebirse como una manera más fácil de llegar a la población, abre espacios para el surgimiento de la innovación.
Avanza uso de dinero electrónico pese a falta de autorización
A más de dos años de Ley para Facilitar la Inclusión Financiera, tres empresas aún no obtienen licencia de proveedoras de dinero.
“Son las personas las que van cambiando el patrón y a medida que comiencen a utilizar esto irán obligando, si podemos decirlo así, a que los comercios que quieran vender/comprar también comiencen a usarlo. Incluso, el comercio informal va a tener que entrar a recibir pagos electrónicos”, insistió el representante del Banco.
La temática se ha incluido en los programas de educación financiera porque, según la misma encuesta, un 35 % de los que tienen celular dice que no debería ser utilizado para operaciones financieras y hasta un 25 % considera que si bien es interesante, no confiaría del todo en el servicio.
De ahí que, las recomendaciones a la población van encaminadas a estar abierta a las nuevas tecnologías, adaptarse a los cambios y asegurarse de que aquellas instituciones que ofrezcan productos o servicios financieros electrónicos estén regulados.
Al mejorar la experiencia del usuario y poniendo a su disposición billeteras electrónicas, pagos móviles de persona a persona sin necesidad de tarjetas y pagos por proximidad de dispositivos, equipos de cobros móviles y demás, los bancos también están apostando fuerte al cambio del efectivo.
Aunque tienen grandes ventajas, el mayor uso de medios electrónicos también supone que los bancos centrales cambien su patrón de inversión y disminuyan el gasto en cuidar el efectivo y lo aumenten en mejores sistemas informáticos, seguridad de sistema y protección de datos.