¿Es posible vivir sin efectivo en El Salvador?

Desde 2015 el país tiene una Ley para Facilitar la Inclusión Financiera. El Banco Central dice que hay condiciones regulatorias pero falta educación.

descripción de la imagen
La principal diferencia entre tener dinero electrónico y usar la banca en línea o hacer pagos/transferencias con una tarjeta de débito/ crédito es que el cliente no necesita de una cuenta bancaria. Foto EDH / archivo

Por Vanessa Linares

2018-10-08 6:57:21

Escanear un código con la cámara del celular para aceptar una donación, utilizar el móvil para pagar un café en una gasolinera o solo acercar la mano con un anillo o guante especial en la entrada del transporte colectivo o al acceder a estadios, son algunas de las nuevas formas de pago en las que la tecnología está encaminando a los consumidores de todo el mundo y que, paulatinamente, ganarán mayor terreno al dinero en efectivo.

Si bien las empresas fintech; es decir, aquellas que combinan las finanzas con la tecnología, aumentan rápidamente su presencia en varios países de la región Latinoamericana como Brasil, México, Colombia y Argentina, en El Salvador todavía sigue siendo un reto perder el miedo a usar algo más que billetes y monedas.

Para Mario Guzmán, del departamento de Pagos y Valores del Banco Central de Reserva (BCR), en el país hay suficientes condiciones regulatorias para migrar del dinero en efectivo al electrónico; empero, hace falta educación financiera para que los usuarios tengan confianza y motivación.

“En El Salvador sí podemos vivir sin efectivo, existe una posibilidad y condiciones para ello; pero, así como hace tiempo pasar del trueque a la moneda fue difícil, tiene que ver con la educación (financiera) de la gente”, dijo Guzmán.

Desde septiembre de 2015, cuando fue aprobada la Ley para Facilitar la Inclusión Financiera, el dinero electrónico y todas las condiciones normativas para su uso, comenzaron a ser más experimentadas para los salvadoreños.

La ley sirve como marco de referencia para la integración de más salvadoreños al sistema financiero de forma simplificada. La norma permitió, entre otras cosas, crear el dinero electrónico que a su vez se caracteriza por la disminución del riesgo por manejo de efectivo, la facilidad para abrir una billetera, hacer pagos y transferencias, disponibilidad inmediata del recurso y los menores costos en las transacciones financieras al no tener que desplazarse físicamente.

Quizá le interese:

Las Fintech se abren paso en el sector financiero de Latinoamérica

Según un estudio del BID, ya sea como competencia o colaboración, el rol de las empresas de tecnología financiera (Fintech) son parte de la evolución vertiginosa que experimenta el sector financiero.


Asimismo, los entes relacionados a esta nueva forma de manejar el dinero también destacan que se caracteriza por su seguridad, fácil identificación del origen y destino de los fondos (reduciendo el riesgo de lavado de dinero), y genera confianza en los usuarios, puesto que al ser extraviado o robado el dispositivo móvil, el dinero electrónico se mantiene en el registro del usuario. Además, como un plus a favor del país, El Salvador es el único en el que todo el dinero electrónico es respaldado en el BCR dejando abierta la posibilidad de reconvertirlo en efectivo en el momento en el que el cliente decida.

En economías más desarrolladas como Suecia y Bélgica, las operaciones con dinero electrónico y a través de transferencias superan las de dinero en efectivo. Aunque no eliminan totalmente el papel moneda, sí priorizan los pagos a través de medios electrónicos para generar ahorros e inducen a los ciudadanos a montarse a la ola tecnológica.

Por otro lado, aquí, a pesar de su lentitud, la tecnología está llegando al sistema financiero salvadoreño.

En la primer encuesta sobre servicios financieros digitales (2016), el BCR detectó que el 79 % de los adultos salvadoreños tienen celular; que el 23 % de la población usa tarjetas o hace transferencias electrónicas de dinero; y que el 47 % posee al menos un producto financiero y ha hecho transferencias y manejo de dinero por medio de un teléfono celular.

Hasta ahora ya logró acreditarse a la primer empresa proveedora de dinero electrónico-que solo en 2017 movilizó más de $530 millones en transacciones- y otras dos compañías se encuentran en proceso.

Según Guzmán el dinero electrónico y la apuesta por las transferencias son una gran oportunidad para el país.

Además de concebirse como una manera más fácil de llegar a la población, abre espacios para el surgimiento de la innovación.

Además:

Avanza uso de dinero electrónico pese a falta de autorización

A más de dos años de Ley para Facilitar la Inclusión Financiera, tres empresas aún no obtienen licencia de proveedoras de dinero.


“Son las personas las que van cambiando el patrón y a medida que comiencen a utilizar esto irán obligando, si podemos decirlo así, a que los comercios que quieran vender/comprar también comiencen a usarlo. Incluso, el comercio informal va a tener que entrar a recibir pagos electrónicos”, insistió el representante del Banco.

La temática se ha incluido en los programas de educación financiera porque, según la misma encuesta, un 35 % de los que tienen celular dice que no debería ser utilizado para operaciones financieras y hasta un 25 % considera que si bien es interesante, no confiaría del todo en el servicio.

De ahí que, las recomendaciones a la población van encaminadas a estar abierta a las nuevas tecnologías, adaptarse a los cambios y asegurarse de que aquellas instituciones que ofrezcan productos o servicios financieros electrónicos estén regulados.

Al mejorar la experiencia del usuario y poniendo a su disposición billeteras electrónicas, pagos móviles de persona a persona sin necesidad de tarjetas y pagos por proximidad de dispositivos, equipos de cobros móviles y demás, los bancos también están apostando fuerte al cambio del efectivo.

Aunque tienen grandes ventajas, el mayor uso de medios electrónicos también supone que los bancos centrales cambien su patrón de inversión y disminuyan el gasto en cuidar el efectivo y lo aumenten en mejores sistemas informáticos, seguridad de sistema y protección de datos.

El comercio electrónico supondrá la mitad del gasto minorista chino en 10 años. EDH /archivo
El comercio electrónico supondrá la mitad del gasto minorista chino en 10 años. EDH /archivo

Europa y Asia apuestan por los comercios “cashless”

Desde hace unos años, al menos una decena de países de Europa y Asia orientan sus economías a disminuir el uso de efectivo, ya sea por comodidad o por el oneroso costo de emitir y cuidar de los billetes y monedas.

Suecia, por ejemplo, es una de las economías donde menos efectivo se maneja. Se estima que el 96 % de la población tiene al menos una tarjeta para pagos electrónicos o un teléfono con aplicaciones para este fin.

En este país, por ejemplo, los feligreses pueden pagar el diezmo por mensajes de texto, los vendedores informales llevan puntos de venta inalámbricos y muchos lugares han optado por, simplemente, no aceptar billetes o monedas.

Algunas entidades bancarias no dispensan efectivo y tampoco permiten depósitos con papel moneda; de ahí que priorizar los medios electrónicos han llevado incluso a disminuir el número de robos a bancos.

En Dinamarca, el gobierno ha propuesto que las tiendas y comercios dejen de usar cajas registradoras para disminuir los costos de usar efectivo.

En Bélgica, no se pueden realizar pagos en efectivo mayores a 3,000 euros. Tienen una ley que sanciona por 225,000 euros a quienes excedan ese límite; por eso, el 86% de la población tiene por lo menos una tarjeta de débito. Francia también tiene una ley similar a Bélgica y el 69 % de su población no utiliza el efectivo para sufragar gastos.

En el Reino Unido, el pasaje de autobús se cancela solo por tarjeta prepago y en Holanda, los parquímetros no aceptan monedas.

En una pizzería de Singapur, un robot toma la orden y cobra a los clientes solo por medios electrónicos; y en China, algunas tiendas cobran escaneando códigos QR en los teléfonos de los consumidores.