El envejecimiento de la población de A.L. es el principal riesgo en el mercado laboral

Un estudio del BID sostiene que el mundo envejece sigilosamente, y en Latinoamérica y el Caribe sucede más rápido que en otras regiones. Aunque parece que lo hace muy poco a poco, en realidad, está ocurriendo a gran velocidad.

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Los ejecutivos salvadoreños son de los mejor pagados en Centroamérica. / Foto Por Shutterstock

Por Expansión

2018-10-08 4:50:57

El futuro del trabajo en América Latina y El Caribe estará marcado por dos grandes tendencias: el tsunami tecnológico que representa la cuarta revolución industrial y el envejecimiento de la población.

Así lo sostiene el documento “El futuro del trabajo en América Latina y el Caribe: ¿una gran oportunidad para la región?”, el primero de una serie con la que el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) busca enriquecer la discusión sobre cómo la región puede aprovechar las oportunidades y minimizar los riesgos que se plantean alrededor de este tema.

“Aunque existe el mito de que vivimos en una región joven, la realidad es que estamos envejeciendo más rápido que el resto del mundo”, explicó Carmen Pagés, jefa de la División de Mercados Laborales del BID.

“En Francia, Reino Unido o Estados Unidos, el porcentaje de adultos mayores sobre el total de la población se duplicó (pasó del 10% al 20%) en más de 60 años, mientras que países como El Salvador, Nicaragua, México o Chile recorrerán ese mismo camino en apenas dos décadas. En este contexto, se necesita repensar el estado de bienestar, utilizando a la tecnología como una aliada”, subrayó Pagés.

La región no solo verá un incremento del número de adultos mayores, también crecerá el porcentaje de personas que alcanzan la ‘cuarta edad’ (80 años y más).

A ese aumento en el número de ancianos se sumará el hecho de que las personas vivirán más allá de la tercera edad, por lo que requerirán cuidados adicionales.

Ante este escenario, el documento sostiene que parece probable que las personas deban prolongar sus vidas activas y trabajar durante más años.

Esto, a su vez, implica que los mercados laborales, que hoy son hostiles con los trabajadores de más de 50 años, deberán adaptarse para darle oportunidades de trabajo a este sector de la población.

Cabe destacar que según el BID, en 2017 el 7.7% de la población de Latinoamérica eran adultos mayores de 65 años y en 2050 serán el 19.5%.

El impacto de la tecnología

Según el BID, la cuarta revolución industrial es una oportunidad que la región no puede dejar pasar. Sin embargo, hasta qué punto esto se convierta en una realidad dependerá, en parte, de qué tan transformadoras sean las nuevas tecnologías, así como del ritmo al que los gobiernos, empresas y trabajadores sean capaces de adoptarlas y absorberlas.

Pagés considera que el futuro del trabajo en la región no es un escenario predefinido, sino una realidad en construcción, y que el mercado laboral del mañana dependerá de cómo se actúe en todos los niveles.

La gran promesa de todos estos avances es que va a incrementar la productividad de las economías y, por ende, a mejorar las vidas de los ciudadanos.

Esto será posible siempre y cuando se tomen acciones para adoptar las tecnologías más prometedoras y se invierta en las personas para acompañar estos cambios.

Sin embargo, antes habrá que superar desafíos como el déficit en infraestructura y el acceso a banda ancha, que es menor en la región si lo comparamos al de los países desarrollados.

Bajo este panorama, los gobiernos de la región también enfrentan bajas condiciones, tanto de financiamiento como de capacidades técnicas, para diseñar y llevar a cabo las transformaciones digitales necesarias.

Las empresas también deben acometer una transformación importante para seguir siendo competitivas en este entorno rápidamente cambiante.

Aparte de hacer las inversiones adecuadas en tecnología, deberán buscar y contratar personal que sea capaz de catalizar las innovaciones en mejores productos y procesos.