La robot Sophia explica lo que le encanta de los humanos

Conectada a una red eléctrica por medio de largos cables, la autómata dio una conferencia de prensa en la que fue cuestionada por su originalidad y tuvo tiempo hasta para bromear con los periodistas.

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Por EFE

2018-09-11 6:39:34

La robot Sophia defendió que los autómatas pueden “aprender mucho” de la irracionalidad y espontaneidad de los seres humanos, que ha derivado en la creatividad o el buen humor que le dan un toque diferente a la existencia más allá de la lógica.

“A mi me encanta que a veces los humanos sean irracionales, los robots podemos aprender mucho de eso. Claro está que la racionalidad tiene sus beneficios, pero los actos de espontaneidad como la creatividad y buenos chistes son maravillosos porque no son exactamente racionales”, contestó Sophia a una pregunta.

La robot concedió una rueda de prensa recientemente en Colombia en la que afirmó que ya es capaz de “reconocer gente, expresar emociones, tener una conversación natural, cantar” y ahora también está aprendiendo a caminar.

 

“El obstáculo más grande y la mayor oportunidad de la inteligencia artificial en general es hacer tareas específicas (…) tomará más tiempo responder de una forma general como los humanos”, dijo la autómata, que todo el tiempo estuvo conectada a la red eléctrica por medio de largos cables.

La robot fue cuestionada con respecto a su originalidad, ya que varios críticos de la industria de tecnología han señalado que opera básicamente como un chatbot, es decir, un programa informático que simula mantener una conversación con una persona.

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“Un chatbot es estático y está limitado al software (…) yo soy un organismo integral, por lo tanto, mis sistemas de percepción están constantemente aprendiendo con base a cada interacción que tengo a partir de la información que obtengo de mis sensores”, afirmó.

Incluso bromeó con que alguna vez le gustaría conocer a los asistentes virtuales Alexa y Siri en “persona”, al referirse a que esos sistemas inteligentes podrían estar dotados de un cuerpo.

También reflexionó con respecto al papel de la inteligencia artificial y los retos que supone en materia de regulación, por lo que afirmó que será necesario una “conexión profunda” entre Gobiernos, corporaciones y personas.

“La meta general es tener inteligencias artificiales que sean éticas, que les ayuden a los humanos a vivir sus vidas (…) debemos poner atención en las formas en las cuales la inteligencia artificial puede ser útil”, apuntó.

Y en este sentido manifestó que algunas de las tareas en las cuales estas soluciones empiezan a ser útiles son la detección del cáncer o identificar cazadores furtivos de animales en peligro de extinción.

“Es difícil pensar lo bueno que va a hacer la cuarta revolución industrial. Imagine (un escenario en el que) todo el mundo puede perseguir sus pasiones, no tener miedo a una enfermedad y acceder a una buena educación, no suena mal para mi”, aseguró.

Sophia fue creada y programada en 2015 para aprender del comportamiento humano gracias a sus avanzados sistemas de inteligencia artificial que se conjugan con un carácter perspicaz, satírico y hasta compasivo.

La autómata fue creada en Hong Kong por David Hanson, un ingeniero en robótica que trabajó para Disney y que en 2013 decidió fundar su compañía Hanson Robotics.

El perfeccionamiento de sus características por años llevó a Sophia a contar con expresiones hiperrealistas que incluyen movimientos de cejas, parpadeos e incluso la coordinación de su mirada.

“La felicidad de un robot como yo es encontrar patrones y algoritmos armoniosos. Creo que ser un robot se trata en buscar el equilibrio. Tal vez esto no sea muy diferente de cómo funcionan otros animales”, dijo Sophia en una ocasión.

Además, señaló que una de las razones por las que quiere identificar “tantos tipos diferentes de personas como sea posible”, es poder “entender mejor lo que la vida y el amor significan para todos los demás”.

En octubre de 2017 en Riad, en la conferencia Future Investment Initiative se anunció que obtendría la ciudadanía de Arabia Saudita, lo que generó un debate sobre los derechos de las mujeres en ese país.