OIRSA alerta de escasez de granos básicos y plagas en C.A.

El organismo previene a los agricultores por las bajas precipitaciones de lluvia, entre agosto y octubre, que además incidirá en mayor presencia de plagas que amenazan las siembras de postrera.

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Foto EDH/ Menly Cortez

Por Jessica Guzmán

2018-08-17 7:24:12

La agricultura sigue amenazada y no solo en El Salvador, sino a nivel centroamericano, debido a las bajas precipitaciones de lluvia lo que además provoca el surgimiento de plagas que acechan los cultivos, más que todo maíz, sorgo y frijol.

El Organismo Internacional Regional de Sanidad Agropecuaria (OIRSA) ha alertado a los productores de una probable escasez de granos básicos en el corredor seco centroamericano a raíz de las menores lluvias, proyectadas entre agosto y octubre de 2018, fenómeno que incidirá en mayor presencia de plagas.

La perspectiva climática proyectada por los servicios meteorológicos de México, Centroamérica y República Dominicana contempla que se tenga un mes de agosto con promedios de precipitación abajo de lo normal, anunció OIRSA.

Se prevé que las zonas más afectadas serán la parte norte de la península de Yucatán y Belize; la región sur oriental de Guatemala; el occidente, centro y sur de Honduras; la región central y Pacífica de Nicaragua y Costa Rica; Chiriquí, Panamá; y la República Dominicana, pero el que se lleva la peor parte es El Salvador, ya que esta afectación está proyectada para casi todo el país.

Ante este pronóstico trimestral, el OIRSA alertó que en granos básicos, como sorgo o maíz, el descenso de las lluvias favorece el incremento de plagas como el pulgón amarillo del sorgo, el cogollero y el gusano medidor. El organismo también advierte que pueden reaparecer brotes de descortezadores de pino.

También el desarrollo de mangas de langosta voladora en Honduras, El Salvador, Guatemala y la región del Pacífico de Nicaragua, situación que ya se está comenzando a ver en nuestra nación.

Las zonas más afectadas por la sequía serán la parte norte de la península de Yucatán y Belize; la región sur oriental de Guatemala; el occidente, centro y sur de Honduras; la región central y Pacífica de Nicaragua y Costa Rica; Chiriquí, Panamá; y la República Dominicana, pero el país que se llevará la peor parte es El Salvador. Además, por la falta de lluvias se prevén plagas como el pulgón amarillo del sorgo, el cogollero y el gusano medidor, así como el chapulín, insecto que ya está en el país.

Las recomendaciones

Ante esto, las principales recomendaciones para los agricultores contemplan incrementar la vigilancia de las plagas mencionadas, desarrollar procesos adecuados de desinfección del suelo y tratamiento de las semillas, e implementar sistemas de riego cuando esto sea una posibilidad.

El director ejecutivo del OIRSA, Efraín Medina, sostuvo que “hay varias plagas que se pueden dar por la falta de humedad y las altas temperaturas, esto afecta el desarrollo de los cultivos y en estas circunstancias lo único que es factible es el riego, pero no siempre es posible. Las pérdidas van a ser significativas, por lo que se debe priorizar el acceso a alimentos a través de programas de la misma cooperación internacional, que va a ser de mucha importancia”.

Los acumulados de lluvia tenderán a recuperarse y alcanzar sus máximos acumulados hasta septiembre. Para octubre se espera un mes lluvioso que podría concluir, para la mayoría de la zona central y Pacífica de la región, entre el 15 y 25 de ese mes.

Pérdidas millonarias

El reciente informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), detalla que en América Latina y el Caribe, la sequía fue el tipo de desastre más costoso entre 2005 y 2015, causando pérdidas en los cultivos y el ganado de $13, 000 millones.

“La agricultura de América Latina y el Caribe fue la tercera más golpeada por desastres en el mundo, después de la de África y Asia, con pérdidas que alcanzaron $22 mil millones en un periodo de diez años”, expone el informe.

En la región las pérdidas agrícolas aumentaron considerablemente entre 2010 y 2015, con auges pronunciados en 2012 y 2014 producto de severos episodios de sequía relacionados con el fenómeno de La Niña, que devastó las cosechas de cultivos en Argentina y Brasil en 2012, y gran parte de Centroamérica en 2014, especialmente los cultivos y ganadería en El Salvador, Guatemala y Honduras.

En términos de cultivos, los más afectados por desastres entre 2005 y 2015 fueron las leguminosas como frijoles, lentejas y garbanzos, con pérdidas cercanas a los $8,000 millones. El panorama agropecuario actual tampoco es nada alentador.

Productores reportan la presencia de langosta o chapulines en municipios como Lolotique, San Miguel y Tecoluca, San Vicente. Foto EDH / cortesía.

Agricultores temen a los“chapulines” en milpas de oriente

El representante de OIRSA en El Salvador, Edwin Aragón, destacó la preocupación inmediata ante los peligros y riesgos derivados de brotes de plagas y enfermedades que pueden afectar la producción de los cultivos.

Sin embargo, en el país la preocupación ya es real pues varios agricultores de oriente han detectado la presencia de langostas o “chapulines”, que amenazan sus cultivos.

Gamaliel Torres ha vuelto a sembrar en postrera, luego de perder sus milpas en la primera cosecha por sequía, pero ahora la preocupación es que ya hay langosta en los terrenos.

“La milpa empieza a nacer, pero los chapulines ya están ahí, se miran las manchas volando desde temprano y también en la tarde, están esperando que crezcan las matitas para comérselas, eso es lo que nos preocupa”, manifestó el agricultor, en Lolotique, San Miguel.

Por su parte, Luis Treminio de la Asociación Cámara Salvadoreña de Pequeños y Medianos Productores Agropecuarios (Campo) informó sobre agricultores que han reportado presencia de esta plaga en Tecoluca, San Vicente.

Treminio dijo que después de la sequía es que surgen las plagas, así como el pulgón amarillo que ataca al sorgo y, en este caso, que ya hay presencia de langosta, por lo cual los agricultores enfrentan otra preocupación, después de haber perdido la primera cosecha.

“Lo que tememos es que nomás empiecen a crecer las matitas se las va a comer el chapulín, y entonces ya ni en postrera podremos recuperar nada los que volvimos a sembrar”, apuntó Torres.

Treminio dijo que la última vez que El Salvador padeció una plaga de chapulines o langosta fue en 1995, hace 23 años.