Crecimiento económico salvadoreño ha sido insuficiente para crear más empleos

El crecimiento económico se desaceleró, las exportaciones están estancadas y la atracción de inversiones ha sido muy poca.

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Los permisos de construcción se agilizaron en el último año, permitiendo a este sector ser el de mayor crecimiento en la economía. / Foto Por Archivo

Por José Luis Henríquez

2018-05-29 6:56:30

El crecimiento económico de El Salvador durante los últimos cuatro años lejos de dinamizar la actividad productiva se ha desacelerado, y no ha sido capaz de generar las condiciones para atraer más inversiones o fomentar las exportaciones, con lo cual tampoco se han podido crear los puestos de trabajo que el país necesita.

La administración del presidente Sánchez Cerén se ha caracterizado por un crecimiento con un vaivén irregular, como una especie de sube y baja. Según el nuevo cálculo del Producto Interno Bruto, en este gobierno el crecimiento promedio anual ha sido del 2.4 %, menor al de la administración anterior, que fue del 2.6 %.

De acuerdo con el expresidente del Banco Central de Reserva (BCR), Mauricio Choussy, en el segundo periodo del Fmln se observa que la tasa de crecimiento económico en vez de mejorar refleja una desaceleración del crecimiento y, a la vez, una consolidación del modelo anterior al Fmln, que planteaba la necesidad de que la estructura productiva, basada en la agricultura y la industria, pasara a los servicios.

“En la situación actual los servicios representan el 75 % de la economía, y la agricultura, donde pertenece el 25 % de la población rural, solo significa el 6.4 % de la economía, consolidando un modelo que propicia más el consumo que la inversión”.

En la misma línea, el economista Rigoberto Monge, sostiene que de los tres motores de crecimiento: inversiones, consumo y exportaciones, ha sido el consumo el que ha permitido al país experimentar mayores tasas de dinamismo.

¿Y el consumo de qué depende?, Monge señala que este se basa en tres factores: el crédito, las remesas, sobre todo a través de las tarjetas de crédito, y fundamentalmente del empleo.

El crédito ha estado creciendo como una herramienta importante para la compra de los hogares y las familias, y se basa en los ingresos y empleos de la gente.

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Pero los empleos no han crecido al ritmo que el país necesita para absorber a las cerca de 50 mil personas que cada año salen a buscar un trabajo en el mercado laboral.

El empleo formal del sector privado, según las estadísticas del Seguro Social, hasta 2014 fue de 630,000 trabajadores cotizantes, pero al primer trimestre de 2018 el empleo privado fue de 651,000 puestos de trabajo; mostrando un crecimiento de solo 21,000 plazas laborales.

Esto es un promedio de 5,300 puestos de trabajo por año, por lo cual “la evaluación de la economía en el periodo del presidente Sánchez Cerén, no pasa la prueba del empleo”, dice Monge.

En el caso del empleo del sector público, al cierre del primer trimestre de 2018, este era de 165,000 puestos de trabajo, o sea que por cada 100 empleos formales 20 eran empleos públicos, una carga para el país muy fuerte de sostener.

En el lado de las remesas, Choussy comenta que estas experimentaron un crecimiento importante, pero esto no es un efecto directo de la gestión del Gobierno, sino que viene dado por el impacto que está teniendo la recuperación de la economía mundial y el incremento de los envios de divisas de nuestros compatriotas.

Se requieren más exportaciones e inversiones

El también coordinador general de la Organización de Apoyo al Sector Privado para las Negociaciones Comerciales Internacionales (ODASP), Rigoberto Monge, comenta que en materia de exportaciones nuestra nación se ha quedado estancada en un promedio de $5,500 millones anuales, y aún no se ha hallado la hoja de ruta para aprovechar la capacidad instalada industrial ni se han aprovechado, como debe de ser, los Tratados de Libre Comercio, con la apertura preferencial de mercados.

Esto es lamentable porque las exportaciones son una fuente importante de ingresos y son claves para buscar otros mercados, y de no aprovecharlas se estaría creciendo en función del mercado interno, que es muy pequeño para impulsar el crecimiento económico.

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El organismo también recordó que hay que hay que reducir los trámites burocráticos para mejorar la inversión privada en El Salvador.

Choussy destaca que este Gobierno no ha sido exitoso en promover las exportaciones como fuente de generación de empleos, ya que estas pasaron del 29 % del PIB en 2014 al 27.6 % en 2017.

Solo al resto de Centroamérica y Panamá se exportan alrededor de $2,200 millones, con lo cual se considera que lo exportado al resto del mundo es una miseria.

De ahí que hay una tarea pendiente, un verdadero desafío, para aprovechar aquellas herramientas de los tratados comerciales que le permitan al país el libre acceso de los productos salvadoreños a nuevos mercados.

Sobre la inversión privada, Mauricio Choussy, recalca que esta se ha estancado en los últimos cuatro años, en buena medida por el reiterado esfuerzo del Fmln de ahuyentar a los inversionistas con un discurso trasnochado, que ya no responde a la realidad de la economía mundial.

Rigoberto Monge, coordinador general de la Organización de Apoyo al Sector Privado para las Negociaciones Comerciales Internacionales, sostiene que la economía crecerá 2.1 % en 2018.
Foto EDH/ Menly Cortez

Monge también sostiene que se requiere de una política de atracción de inversiones más agresiva porque nos siguen ganando la batalla los países vecinos.

Para el caso, en los últimos años el país atrajo inversión extranjera directa que oscilaba entre los $300 o $400 millones por año; mientras que Guatemala y Honduras logran atraer inversiones que andan más o menos por los $1,000 millones anuales, a pesar de que tienen los mismos problemas de violencia e inseguridad que El Salvador, lo que refleja que algo se está haciendo mal.

Caso contrario es el de Costa Rica y Panamá, los países más envidiados del Istmo, que logran atraer cerca de $3,000 millones y $5,000 millones anuales, respectivamente.

“En el tema de inversiones tenemos espacios que no estamos utilizando adecuadamente. Posiblemente en este estén influyendo temas como las dificultades que se dan en las aduanas, la excesiva tramitología, y que no ha habido grandes acompañamientos para buscar nuevos mercados, o para aumentar la presencia de nuestros productos en los mercados tradicionales”, detalló el coordinador de la ODASP.

La inversión pública también ha sido baja en los primeros tres meses de 2018, si se compara con 2014, pues únicamente se tiene un aumento de $92 millones.

“La política de atracción de inversiones es del Gobierno, aquí el tema es por qué los inversionistas no ponen el ojo en El Salvador. Este es un tema a considerar en el futuro, por eso es bien importante que los acercamientos entre el sector empresarial, el Gobierno y los inversionistas sean transparentes y consistentes”, señaló.

Un factor externo que le permitió mayor poder de compra a la población, en este periodo, fue la baja en los precios internacionales del petróleo, ya que este pasó de $120 el barril, entre 2013 y 2014, a un valor promedio de $35 o $40 entre 2015 y 2016; aunque en los últimos meses su precio se ha acelerado. Entre finales de 2014 y de 2016, solo por efectos de la baja del precio de petróleo, El Salvador se ahorró cerca de $1,000 millones en la factura petrolera.