Kessia Zelaya, más de 10 años de emprendimiento a base del teñido

n su taller, ubicado en Santiago Nonualco, genera más de 10 empleos al elaborar prendas teñidas con añil.

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Kessia posee un negocio en el Santiago Nonualco, con el que genera más de 10 empleos. Foto/ Lissette Monterrosa

Por Magdalena Reyes negocios@eldiariodehoy.com

2018-03-18 3:26:55

Kessia Zelaya ha establecido su pequeño taller en la ciudad de Santiago Nonualco, en La Paz desde donde trabaja en la elaboración de prendas teñidas de añil desde hace más de 10 años.

Afirma que en las capacitaciones les enseñaron a manipular el añil, con guantes y mascarilla, sin introducir las manos directamente, taparse la nariz y los ojos, de lo contrario les afectaría la salud.

“Nos buscan mucho para dar capacitaciones, lastimosamente nuestro rubro es la comercialización. No nos queda mucho tiempo de enseñar, pero si hay mucho interés de aprender la técnica e implementarlo como negocio”, afirma Kessia.

Foto/ Lissette Monterrosa

Según la artesana en el país existen unos 80 talleres, en zonas como Chalchuapa, Suchitoto, Los Nonualcos y Morazán.

“La verdad es que donde hubo asentamientos que cultivaron el añil, ahí es donde se ha dado un rescate del teñido”, agrega.

La visión es aprender nuevas técnicas para fomentar la marca. Los jóvenes tiene interés por desempeñarse, pero aún no hay espacio para que todos puedan emprender.

A veces se les dificulta obtener el polvo de añil para el teñido y el costo es elevado.

“Hemos logrado abastecernos de acuerdo al nivel económico, para cuando no hay polvo de añil, compramos a los a los productores, 10 o 20 kilos dependiendo de las proyecciones de producción que tenemos para la temporada”, comenta la artesana.

Con un kilo se puede teñir entre 150 y 200 prendas, de acuerdo al tamaño. Por ejemplo 100 gramos de añil pueden servir para teñir hasta diez piezas. Por el momento no exporta pero quiere estabilizarse mejor en el mercado local.

El grado de intensidad del color dependerá de las veces en las que se introduzca la pieza en el añil. El liquido también se puede alimentar de acuerdo a la tonalidad que se requiera.

Elaboran variedad de artículos que se comercializan en variedad de puestos de artesanías. Foto/ Lissette Monterrosa

El proceso

Primero se confecciona la prenda, luego van al teñido, Kessia hace técnicas como cubrir los diseños con cera de abeja, o con costura, llamado shibori, eso depende de la solicitud de los diseños o como quieran plasmar la marca.

Todas las prendas deben elaborarse en algodón. A veces se enfrentan con escasez porque no hay producción local, pero tratan de buscar telas que se adapten al gusto del cliente.

Luego, la prenda pasa al área de teñido. Si el polvo se disuelve con agua caliente es más rápido el teñido.

Kessia cuenta con un equipo de dibujantes que elaboran los diseños con parafina que luego se retira con agua caliente. Estas técnicas se pueden trabajar combinadas con la de costura.

Con la experiencia ha logrado establecer un proceso que se realiza en cadena y puede tardar unas 4 horas en que salga un aprenda. Producen a diario entre 30 y 40 prendas, con capacidad de hacer hasta 50, dependiendo de la demanda.

Foto/ Lissette Monterrosa

En su taller, trabajan por pedidos, pero además tienen inventario de emergencia para participar en ferias, por ejemplo.

El fuerte son las blusas y camisetas. Además tienen una línea en la que llevan morrales, binchas, carteras, billeteras, colas, aretes y otros accesorios.

Abastecen 10 tiendas de artesanías en Suchitoto, Santiago Nonualco, Ataco, Apaneca y Antiguo Cuscatlán, al mes venden unas 500 prendas y accesorios.

Genera 12 empleos fijos y cuatro temporales o de medio tiempo. Desde 2006 ha trabajado su técnica. Expone su diseños en la zona y en mercados en San Salvador.

“Me siento favorecida porque desde que nos capacitaron en la región hemos tenido apoyo de diversas entidades, como la Cámara Salvadoreña de artesanos que nos permitió posicionarnos en San Salvador”, destacó.

Considera que el rescate y puesta en práctica del teñido con añil ha servido de motor para sacar adelante a los artesanos e incrementar las fuentes de ingreso.

Proceso e intensidad del color

Una vez la prenda está confeccionada, se le aplica el teñido y trabajan con grupos de 10 piezas a las que les van dando el baño de añil.

Para un azul intenso pueden ser hasta ocho baños, si se requiere más claro pueden ser hasta cinco baños. Cada baño dura hasta un minuto. Se deja oxigenar unos dos minutos para volver a sumergirla y eso le va dando las tonalidades.

 

La obtención del polvo azul

La planta del añil se pone en pilas con agua para que despida su tinte. Así queda fermentándose por 18 horas, luego esa agua con el tinte pasa a otra pila.

Se oxigena para que despida el colorante, que al principio es verde limón, luego se torna azul oscuro.

Luego se le echa cal para que ayude a granular la tinta, para dejar ir el excedente de agua y quedan los grumos de pintura.

Al día siguiente se deja escurrir para que quede solamente la pintura, el agricultor al final muele las bolas de pintura para venderlo por kilos por hasta $125 para los artesanos.

La mayor producción se da en el invierno. Si se siembra en mayo, la cosecha se da en agosto o septiembre.

Este monte alcanza una altura de hasta dos metros en poco más de tres meses en plena temporada de lluvias.

Probando con exprimir la hoja hasta con la mano, por cinco minutos, ya aparece la mancha azul, eso demuestra que ya es el momento de cortarlo para procesar.

Por una manzana de siembra de puede producir hasta 26 kilos de añil. No necesita ni fertilizante ni abono y se reproduce con facilidad para obtener su mayor beneficio.

El tinte natural es costoso, por todo el proceso que conlleva la producción.

Foto/ Lissette Monterrosa