Como un artista textil, así se define Oscar Alexander Tadeo, un joven de 23 años quien como parte de sus compromisos académicos en su carrera de Técnico en Turismo, tuvo que crear su propio emprendimiento.
Tadeo no imaginaba las oportunidades que esto le acarrearía a futuro, aunque su emprendimiento apenas genera dos empleos la enseñanza obtenida para el artista es abundante.
Trabaja tejido y urdido de los hilos teñidos, que le sirven para adornar bolsos de cuero, aplicaciones en camisas y más.
El artista comparte que en el proceso del teñido el añil, en la medida que va oxigenándose, se va poniendo azul. En los primeras sumergidas de la ropa puede ponerse celeste, pero el color va intensificándose de acuerdo a la cantidad de tinta.
Tadeo pone en práctica la técnica “shibori” para sus diseños. Está es la más usada.
Oscar Tadeo Ordoñéz, como diseñador textil usa utiliza diferentes frutos para poder sacar los colores que luego utiliza para sus telas de sus creaciones.
Foto/ Lissette Monterrosa
Este joven artesano trabaja por el rescate de técnicas de diseño artesanal con tintes naturales. El fuerte de su marca es teñido directo de añil, catazome, shibori y degradado.
Desarrolla unas 20 técnicas diferentes con un insecto llamado cochinilla (este se lo mandan de Perú), achiote, almendro y estopa de coco, que permite una variedad de colores.
Posee dos líneas de producción: la comercial, en la que elabora binchas, vestidos playero y cojines, entre otras y que comercializa en el mercado de artesanías de Nahuizalco; y abastece a otros artesanos de la Ruta de Las Flores, por ejemplo.
Foto/ Lissette Monterrosa
Además tiene la línea exclusiva, con la que desarrolla sus propios diseños, de acuerdo a pedidos o creaciones de alta costura que se elaboran con patrones, además carteras de cuero con aplicaciones de tejido y zapatos, que se comercializan a través de las redes sociales y en los Mercaditos en San Salvador.
Entre sus expectativas están ampliar su taller y continuar colaborando con la pasarela de moda artesanal que se realiza a nivel nacional así como ampliar sus conocimientos en diseño artesanal para innovar.
Considera que el mercado se está saturando, pero la innovación es la clave para sobresalir.
“Ahorita el añil es una tendencia mundial y los teñidos naturales, debido al calentamiento global, muchas personas, en especial en Estados Unidos son los que más demandan de nuestros productos”, afirma Tadeo.
De la producción el 60% es para la distribución local y el resto lo envía al extranjero a destinos como Estados Unidos y Aruba, aunque estos no se elaboran en masa.
Foto/ Lissette Monterrosa
Ha trabajado por dos años como capacitador, lo que le ha permitido crear una cadena productiva con artesanos de textiles y confección, que le brindan la oportunidad de tener mano de obra que responda con rapidez cuando haya un pedido extenso.
En este momento genera dos empleos directo y unos seis indirectos, entre artesanos y confeccionadores.
A Oscar Tadeo siempre le ha llamado la atención destacar el diseño artesanal local, pero en su carrera de Técnico en Turismo, creó su plan de negocios con el que ganó el concurso “Seamos productivos”, del Ministerio de Educación y recibió capital semilla.
En la medida que iba enseñado, además aprendió y desarrolló nuevas técnicas de teñido, hasta llegar al programa Jóvenes Líderes de la Américas, del Departamento de Estado de Estados Unidos, donde pudo desarrollar su marca en arte textil y aprender arte precolombino en Perú.
Foto/ Lissette Monterrosa