Trabajando con “lava hirviendo” para obtener hierro sólido

Metalúrgica Sarti es una fundidora metal mecánica con 85 años de trayectoria, durante ese tiempo se ha posicionado como un referente a nivel centroamericano y del Caribe.

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Trabajadores realizan el vaciado de hierro fundido en moldes de arena verde. Foto EDH: Jessica Orellana

Por Jessica Guzmán

2018-02-23 6:59:34

En Metalúrgica Sarti literalmente chisporrotean los yunques, pues el hierro fundido se convierte en fuego líquido; que luego se transforma en repuestos y piezas para maquinarias de alta productividad.

El ardiente proceso para obtener hierro gris

En Metalúrgica Sarti literalmente chisporrotean los yunques, pues el hierro fundido se convierte en fuego líquido; que luego se transforma en repuestos y piezas para maquinarias de alta productividad.

Para el caso, la empresa fabrica piezas o repuestos terminados, que pueden ir desde un perno o disco de molino de nixtamal hasta una masa de grandes dimensiones para maquinarias de ingenios azucareros o de beneficios de café, incluso hasta impulsores de avión.

Hay todo un proceso bajo norma, calidad, capital humano de alta experiencia, profesionalismo y tecnología de primer nivel, explica con detalle el jefe de la planta metalúrgica, Julio Rivas.

La Metalúrgica Sarti actualmente trabaja con varios ingenios azucareros, la cementera del país, así como con empresas de Nicaragua, Honduras, Panamá y Belice.

Operadores de la Metalúrgica realizan el vaciado del hierro fundido en el molde. FOTO EDH /Jessica Orellana.

Antecedentes

La Metalúrgica Sarti fue fundada en 1,929 a raíz de la visión de Vicente Sarti, convirtiéndose rápidamente en el referente de fundición y metalmecánica a nivel nacional, y actualmente es una de las primeras industrias de su género en Centroamérica y el Caribe.

En 1973 Talleres Sarti se divide de Metalúrgica Sarti, y esta última instala su planta sobre la carretera a Santa Ana, con diversificación de productos en dos áreas: una con la fabricación de cortinas metálicas, puertas y ventanas; y la parte metalúrgica con la fundición de aluminio, bronce y hierro gris, certificado bajo norma.

Trabajadores realizan el vaciado de hierro fundido en moldes de arena verde.
Foto EDH: Jessica OrellanaProceso metalúrgico inicia con una idea

Julio Rivas explica que “todo parte de una idea, el cliente explica lo que quiere o necesita y el departamento de ingeniería trabaja en esa idea y le presenta un modelo en madera, que lleva todas las características para que la pieza funcione mecánicamente, el cliente avala y de ahí pasa al departamento de moldeo en arena en verde.

Luego el modelo es trasladado al departamento de fundición, en donde se trabajan aluminio, bronce o hierro gris.

De acuerdo con el jefe de la fábrica, la planta tiene una capacidad instalada de fundición de metal de hasta 400 mil libras al mes.

Rigoberto Crespín, supervisor en la planta, muestra la pieza terminada bajo todos los estándares de calidad y bajo norma. FOTO EDH / Mauricio Castro.

En este caso, el horno de cubilote a una temperatura de 1,200 grados centígrados es alimentado con el hierro gris, previamente seleccionado, siempre que cumpla las características que proporcione una pieza de calidad.

Luego, este es fundido por horas y luego vaciado en el molde de la pieza que se está elaborando. Después del vaciado se dejan pasar nueve días, dependiendo siempre de las dimensiones de la pieza, para que enfríe y tome la solidez que se requiere.

Posteriormente, viene el proceso de desmoldeo y limpieza de la pieza en donde se le cortan los excesos o sobremedidas. A continuación la pieza demandada es llevada al área de mecanizado liviano o pesado, hasta llegar a la pieza o repuesto exacta que el cliente ha solicitado, tras un tiempo promedio de 35 días.

Varias de las piezas que se trabajan pueden costar arriba de los $12 mil como las masas para molinos que usan las procesadoras de los ingenios, y también las piezas para maquinaria de cementeras.

En la parte de mecanizado se pulen las piezas en un torno de hasta 40 mil toneladas.

Compromiso

Rigoberto Crespín, supervisor de la planta, y un colaborador que tiene más de 35 años de trabajar en Sarti, detalla que la empresa se ha caracterizado por el compromiso con la calidad.

En ese sentido mantiene alianzas con entidades como el Instituto Salvadoreño de Formación Profesional (INSAFORP) y el Instituto Técnológico Centroamericano (ITCA), para que estudiantes hagan sus pasantías y se preparen en el área de fundición y metal mecánica en la planta.

“La trayectoria nos da el prestigio, la calidad que damos a los clientes, y los clientes creen en nosotros y eso nos hace siempre estar a la vanguardia y enseñar a nuevas generaciones y especializarlos”, expresó Crespín.

Tras más de 85 años de trayectoria el camino no ha sido fácil, dice Crespín, sin embargo asegura que la visión del Grupo Sarti es seguirle apostando a la generación de crecimiento económico y de empleos.

Trabajo duro y obstáculos

Julio Rivas enfatizó que siempre hay obstáculos que de alguna manera limitan el accionar empresarial, como “el paso en las aduanas para la entrega de sus productos”.

“Ha sido un arduo trabajo conseguir este mercado, y las aduanas es el primer obstáculo. Nos han retenido las piezas en las aduanas y nosotros trabajamos con tiempos de entrega y eso nos ha creado un gran problema”, dijo Rivas.

El jefe de la planta Metalúrgica dijo que este problema de aduanas deriva de la burocracia que “sigue encadenando al crecimiento económico del país”.

Otro de los obstáculos con los que les toca lidiar es el encarecimiento del producto, ya que al importarlo se les generan mayores costos.