¿Deberían los robots pagar impuestos?

El parlamento europeo ha comenzado a analizar varias medidas legales a fin de contrarrestar las millonarias cifras del desempleo provocado por los robots.

descripción de la imagen

El mundo cada vez más globalizado está requiriendo más de los robots para hacer todo tipo de trabajo.

/ Foto Por EDH

Por Evelyn Machuca

2017-01-16 8:47:00

Con el creciente uso de los robots en detrimento de los trabajadores humanos, surge una pregunta crucial en pleno auge de la tecnología 4.0: ¿Deben pagar impuestos los robots? Europa considera que sí. Y es tan importante decidirlo a corto plazo que su parlamento está analizando una propuesta que lleva por nombre “Informe sobre Personas Electrónicas”.

Para el Parlamento Europeo, gravar las máquinas como si fueran personas es un tema de discusión urgente en una era en la que los robots están ganando terreno en la sustitución de humanos como y acrecentando las cifras de desempleo en todo el mundo.

Esta revolución no solo está cambiando los entornos de trabajo con puestos de trabajo automatizados, sino que está planteando varias inquietudes económicas, por lo que los europeos han decidido estudiar la posibilidad y viabilidad de un sistema que pretende que las máquinas paguen impuestos y coticen a la Seguridad Social.

Su objetivo no es tanto proteger los empleos, sino garantizar que siga funcionando el sistema de bienestar social sobre el que se ha construido la sociedad europea y que podría ponerse en riesgo con una pronunciada caída de la recaudación, a raíz de la pérdida de millones de empleos, explica un artículo publicado a finales de diciembre pasado por el periódico digital expansion.com.

El abogado Javier López, socio de la firma especializada y con más reconocimientos en Tecnología, Medios y Comunicaciones, Ecija, opinó que las autoridades europeas “están abordando la cuestión desde la perspectiva correcta, que es el impacto de la robótica y la inteligencia artificial tienen en los resultados económicos de las empresas, a efectos de fiscalidad y cálculo de las cotizaciones”.

Más aún, López destaca que la propuesta inclusive incentiva a la inversión en innovación tecnológica, porque el apartado número 3 del Informe sobre Personas Electrónicas contempla el financiamiento de más proyectos de investigación y pide a los estados miembros que refuercen los instrumentos financieros para investigación en robótica y Tecnologías de Información y Comunicación.

El economista de IE Business School Gayle Allard, también entrevistado por expansion.com para valorar la propuesta, considera que es importante discutirla porque la mecanización creciente tendrá tres consecuencias económicas: mayor desigualdad, menor crecimiento y menor recaudación.

Según detalló, la mayor desigualdad se dará porque la cuota del trabajo en la producción se va a reducir frente a la cuota de capital y porque los nuevos trabajos que se generen luego de esta revolución robótica van a ser remunerados con menores sueldos.

Por otra parte, el menor crecimiento se daría porque la clase media tendría menos dinero para gastar al estar desempleada.

De acuerdo con el sitio ticbeat.com, el Informe que está siendo analizado por el Parlamento Europeo para sostener el sistema de bienestar social (salud, educación y pensiones) incluye la creación de un registro de robots en el que se especifiquen datos del fabricante, el dueño actual y los posibles beneficiarios directos de su uso.

Asimismo, ese registro clasificaría a los robots en distintos niveles de inteligencia y de rendimiento económico, a fin de poder establecer escalones impositivos con base en una fórmula progresiva como la que se aplica a los empleados humanos.

Sobre el Informe, expansion.com plantea algunos cuestionamientos que habría que solventar: ¿a quién se debería gravar? ¿al que fabrica al robot, al que lo emplea en sus fábricas o al propietario?; ¿habría que crear una bolsa común para todas las máquinas inteligentes o crear impuestos individualizados en función de categorías de robots?; ¿así como tendrían obligaciones fiscales tendrían derechos o prestaciones sociales, como por ejemplo garantizar su reparación en caso de que se dañe?; ¿tendría deberes y obligaciones específicas como reparar los daños que pueda causar?

Sin duda, lo primero que los legisladores europeos deben definir es el concepto de “persona electrónica”, que según la propuesta se refiere a: aquellas con capacidad de adquirir autonomía mediante sensores o a través del intercambio de datos con su entorno (interconectividad); que tienen capacidad para aprender a través de experiencias e interacciones; que tienen capacidad para adaptar su comportamiento y acciones al entorno; y que forman el soporte físico de un robot, entre otras cosas. La Unión Europea también se ha enfrascado en otro asunto: la creación de un código ético que regule las relaciones de los humanos con los robots, androides e inteligencia artificial, en el sentido de: ¿cómo evitar que las personas vulnerables desarrollen vínculos emocionales con los robots programados para cuidarles? o ¿quién paga por los destrozos de un robot que se vuelve loco?, por ejemplo. El sitio elespanol.com informó que la Eurocámara ha pedido a los ingenieros incluir un “botón de la muerte” que permita desactivarlos rápidamente para garantizar la seguridad física de las personas, entre otras regulaciones en estudio.