VIDEO: Las artesanas de Yucuaiquín, donde nace la tradición de los ramos de palma para Semana Santa

Las palmas de varios colores son enviadas desde este municipio de La Unión a varios departamentos del país.

Cada año los habitantes de Yucuaiquín elaboran coloridos ramos con hoja de palma que son utilizados para comercializar el domingo de ramos, esta práctica se ha conservado con el pasar de los años.

Por Iliana Ávila

2019-04-11 9:00:35

María Josefina Mendoza, de 55 años, elabora ramos de palma para vender, desde $0.50 hasta $3.00, el próximo Domingo de Ramos, en el municipio de Santa Rosa de Lima.

“Elaboro 300 ramos. Desde febrero nos preparamos. Primero se seca la palma, luego se rasga y se hacen las penquitas, al tenerlas hechas se pintan, luego se hacen las cruces de vara de jalacate”, explicó María Josefina, mientas descubría las cajas en las que ya se encuentra empaquetado su producto.

Ella aprendió a producir ramos cuando tenía 12 años; su madre, Isabel Mendoza, le enseñó el negocio.
“Antes eran solo unas hojitas, hoy los preparamos de otro modo para ver si podemos vender más”, comentó Isabel, quien recibe la ayuda de su esposo para recolectar varas que sirven para hacer las pequeñas cruces que adornan los ramos.

Ambas artesanas viven en el caserío Tapalito, cantón la Cruz, de Yucuaiquín. En el caserío residen unos 800 habitantes, donde muchos hombres se dedican a la agricultura, mientas que las mujeres, con ayuda de familiares, elaboran los ramos de palma.

Las casas son de varas de jalacate, plástico y cartón; ahí guardan celosamente las creaciones que venderán en Semana Santa y que les llevará ingresos extra a las familias. *

En el lugar nadie recuerda quién inicio con la elaboración de los ramos de palma, pero se ha convertido en tradición y negocio, en especial cuando la principal materia prima la tienen en el patio de sus casas.

“El coyol es nato del lugar pero algunas personas van hasta Honduras a traerlo, uno compra los masitos de flor de coyol a $5.00, el problema es que el coyol se ha secado porque queman los potreros”, comentó Isabel Mendoza.

Foto EDH/Iliana Avila

Donatila Mendoza, por su parte, cuida celosamente una palma de coyol ubicada a un extremo de su casa. “Uno cuida los palitos y en la noche se tiene que estar pendientes porque los bolitos vienen y se roban las palmas para venderlas en $3.00”, comentó Donatila.

Las palmeras de coyol pueden alcanzar hasta 10 metros de altura; las espinas que les rodean no permiten que una persona pueda subir por el tronco de la palmera, se requiere de una vara con una especie de cierre en un extremo para poder bajar el racimo de flor.

“Se va a buscar la flor de coyol, venden el gajo entre $5.00 a $10.00. La gente siempre pregunta por la flor, si no va, no se siente el aroma de Domingo de Ramos”, dijo Dolores Sánchez, de 56 años, quien viajó por 36 años a San Miguel para vender sus ramos. Y en los últimos 12 años se le encuentra en las afueras de la iglesia El Calvario, en San Salvador.

“El año pasado no fue tan bueno, pero si nos sobran ramos los dejamos en la iglesia a donde vamos a vender, para que los quemen para el miércoles de ceniza del siguiente año”, explicó Dolores , cuyos ramos están adornados con flores de tusa.

Ella vive en el centro de Yucuaiquín, sus ramos ya están empaquetados y los cogollos de las palmas envueltos en sabanas húmedas para que no se dañen, ya listas para emprender el viaje hacia San Salvador el miércoles por la noche.

Son muchas las mujeres y hombres que viajan desde Yucuaiquín con destino a San Miguel, San Salvador, Usulután, San Francisco Gotera en Morazán y Santa Rosa de Lima, en La Unión; los artesanos usan el transporte que, un par de meses atrás, pagó Luis Campo, un hombre oriundo de Yucuaiquín pero que vive en Estados Unidos.

“Su familia nunca ha vendido ramos pero él, al saber que nos costaba mucho viajar en los buses, que no todos nos querían llevar y que, a veces, no tenemos para el pasaje, nos ayuda con el transporte para donde sea que la gente vaya a trabajar”, contó Dolores.

Los ramos recuerdan la entrada triunfante de Jesús a Jerusalén relatada en los evangelios, lo que marca el inicio a la Semana Santa. También significa una esperanza para este grupo de artesanos de mejorar sus ingresos económicos luego de varios meses de trabajo.

Foto EDH/Iliana Avila