“Yo quiero seguir adelante y estudiar”, la lucha de Rosita, joven víctima de explosión de cilindro de gas en Mejicanos

El pasado 15 de octubre, Rosita se encontraba trabajando en una vivienda cuando un cilindro de gas explotó. Los familiares de la joven han pedido ayuda para solventar los gastos de recuperación.

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Foto EDH/ cortesía

Por Cecilia Fuentes

2019-11-14 6:55:43

Tocar un interruptor de luz significó una tragedia para “Rosita”, quien pasó aproximadamente un mes postrada en la cama número 1 del pabellón de cirugía plástica en el Hospital Rosales tras sufrir quemaduras en un 80% de todo su cuerpo.

“Las piernas me duelen muchísimo, no las aguanto”, se queja la joven, de 21 años, mientras relata la tragedia.

Edith Rosibel Linares Ramos, conocida como “Rosita”, tenía poco tiempo de haber comenzado a trabajar, para ayudar a cubrir los gastos de su casa y costear sus estudios, como empleada doméstica en una vivienda ubicada en la colonia jardines del Escorial, en Mejicanos, pero su vida cambió cuando explotó un cilindro de gas en la casa el pasado 15 de octubre.

Las autoridades dijeron en ese momento que la causa de la explosión fue una fuga de gas. Rosita dice que no sabe qué fue lo que pasó y asegura que no sentía ni un olor extraño en la vivienda porque de lo contrario hubiese advertido a su jefa.

El día de la tragedia, Rosita se levantó, fue al patio por su toalla para ducharse y cuando quiso encender la luz sucedió el accidente que le ha cambiado su vida.

“Incluso una noche antes fue ella quien le hizo una pacha a la niña (hija de la dueña de la vivienda) y fue quien puso agua. Yo no sé si ella dejó abierta la cocina o qué. Cuando le pregunté me dijo que ella no se recordaba”, explicó la joven.

Rosita finalizó este año sus estudios de bachillerato general. Foto cortesía

“Para mí fue duro, el segundo día la logré ver, fue difícil. Ha sido una gran tragedia“, dice triste el papá de la joven, Arnoldo Linares, quien tiene 60 años y está desempleado.

Ayer, la joven, en silla de ruedas, logró regresar a su casa en Izalco, Sonsonate,  en donde vive junto a tres de sus hermanos y su padre.

“En total somos nueve hermanos pero unos ya se fueron de la casa, con los que vivo son menores que yo”, cuenta la joven. Su madre falleció hace siete meses.

Rosita, quien está con vendas en todo su cuerpo, especialmente en sus brazos y piernas, no solo está preocupada por su recuperación sino por poder recibir su título de bachiller, encontrar un trabajo estable y seguir sus estudios en la universidad.

Este año Rosita finalizó sus estudios de bachillerato general que realizó en el Complejo Educativo Dr. Mario Calvo Marroquín y en enero próximo será su graduación, “ojalá para esos días ya esté bien y pueda ir a recibir el título”, menciona Rosita.

“Yo quiero seguir adelante, yo quiero seguir estudiando y no cuento con lo económico. No sé cómo lo voy hacer pero primero Dios cuando ya esté bien encuentre un trabajo digno”, dice, con tristeza, Linares.

Rosita sueña con estudiar algún tipo de ingeniería o administración de empresas. “Yo quería ir a la universidad de Sonsonate porque allá me queda más cerca. Quería trabajar el día y estudiar en la noche pero ahora no sé cómo haré”, dice la joven quien donde trabajaba solo ganaba $90 cada quince días.

El padre de Rosita ha buscado ayuda porque no logra solventar todos los gastos. “A mí me cuesta, yo no tengo trabajo”, explicó el señor, quien llegaba a diario al hospital a ver a su hija.

Arnoldo Linares y su hija Rosita. Foto cortesía

El accidente que sufrió Rosita ha implicado un gran gasto emocional y económico.  Todos los días, los familiares deben gastar en utensilios personales para la joven como pampers, pasta de dientes, alimentación, medicinas, entre otros.

“Yo sé que Diosito va seguir tocando corazones y me van ayudar. Yo quiero seguir estudiando y trabajando”, anhela Rosita.

La situación ha llevado a  la familia a solicitar ayuda para lograr cubrir los gastos de recuperación ya que nadie de ellos cuenta con un empleo. “Yo necesito que nos ayuden y así mi hija pueda seguir cumpliendo sus sueños”, pide el padre de Rosita.

La familia habilitó una cuenta del Banco Promerica: 20000059000792 y el número telefónico 7426-1958.

Casos de explosión de cilindros de gas

Durante este año, se han conocido muchos casos de explosión de cilindros de gas.

El pasado 12 de julio, una explosión en la venta de cilindros de gas en la colonia San Antonio de Mejicanos dejó tres fallecidos y 30 lesionados. Los señalamientos sobre la responsabilidad de la tragedia apuntaron a la falta de verificación que tuvo que hacer la Dirección de Hidrocarburos y Minas, una dependencia del Ministerio de Economía (Minec) al establecimiento.

Tras el incidente en la zona, autoridades verificaron la legalidad de los negocios que se dedican a la venta de gas propano en Mejicanos.  En la inspección 4 negocios que verificaron, los cuales funcionan en casas particulares,  ninguno reunía las condiciones de seguridad y no tenían la licencia municipal para operar.

El caso de Rosita se suma a los incidentes que han sucedido en la zona. La causa de la explosión sigue en la incertidumbre para la familia de la joven.

De acuerdo a un vocero de Bomberos de El Salvador, en estos casos lo que suele suceder es que la fuga provocó que el gas se expandiera en la vivienda y el contacto con la electricidad generó la explosión.

El pasado 9 de agosto, también una pareja resultó lesionada tras un incendio que se generó en su vivienda ubicada en Residencial Jardines del Valle, en el kilómetro 26 de la carretera que conduce de Quezaltepeque a San Juan Opico.

De acuerdo al Cuerpo de Bomberos, los propietarios de la casa identificados como Emilia de Jesús Díaz, de 37 años y Jesús Orlando Díaz, de 48,  estaban cocinando cuando se les acabó el gas por lo que decidieron cambiar el cilindro. Sin embargo, al manipularlos se generó una fuga.

La mujer intentó sacar el cilindro pero el gas fugado hizo contacto con uno de los quemadores de la cocina que estaba encendido y provocó el incendio.