Walter López, el joven taquero que quiere cumplir sus sueños con su negocio en Cojutepeque

Walter está orgulloso de ser un emprendedor y demostrar que con ganas y creatividad se puede salir adelante. Ya ha sido contratado para fiestas y eventos.

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Walter está orgulloso de ser un emprendedor y demostrar que con ganas y creatividad se puede salir adelante. Ya ha sido contratado para fiestas y eventos. “Hubo gente que no creía en mí y mire ahora, sacó adelante a mi familia de una forma honrada” añade. Foto EDH/ Jessica Orellana

Por Jessica Orellana

2022-02-13 8:47:31

Los tacos son un platillo mexicano que está cada vez ganando más espacio en la gastronomía callejera salvadoreña. Hay varios tipos, pero hay unos que despiertan mucho interés en Cojutepeque y no tienen una pizca de proteína animal porque son de soya.

Walter vendió hamburguesas, tortas y no lograba mantener un negocio estable asegura que ya existían más negocios de ese tipo. Junto a su esposa Paola Cristina estuvieron dándole vuelta a la idea de que podían vender hasta que se les ocurrió que podían ser tacos con carne de soya, igual como los panes “mataniños”.

Junto a su esposa estuvieron dándole vuelta a la idea de que podían vender hasta que se les ocurrió que podían ser tacos con carne de soya, igual como los panes "mataniños".
Foto EDH/ Jessica Orellana

Walter López es un joven de 25 años que vive en San Ramón, un pequeño municipio vecino de Cojutepeque. Sus ganas de salir adelante lo tienen pedaleando por las calles principales de Cojute; lo hace a diario para vender los tacos más sabrosos y baratos del municipio.

Con un toque novedoso de soya, Walter López, un joven de 25 años, pedalea por las calles de Cojutepeque, en Cuscatlán, para vender exquisitos tacos y así sacar adelante a su familia. Su sueño es tener un local propio.

Walter vendió hamburguesas y tortas, pero no lograba mantener un negocio estable porque ya había mucha competencia. Junto a su esposa pensaron que otra cosa podrían vender con más ganancia y les ocurrió hacer tacos con carne de soya, igual como la carne que usan los panes “mataniños” de carretón. Ya sabían que la carne de soya se vende a granel en los mercados y que era abundante y económica.

“Un amigo me vendió el carretón y fue así como empecé. Tuve que adecuar la bicicleta, ponerle techo y todos los adaptes para mi comodidad y la de mis clientes” comenta orgulloso Walter.

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Con tacos ha sacado adelante a su familia y con el apoyo de su pareja preparan desde temprano todos los ingredientes que se va ocupar en la venta.

Receta del éxito

Lo novedoso de la carne de soya es que es saludable, económica y mezclada con hierbas y condimentos realza su sabor a tal modo que nadie se pregunta de qué están hechos.

Los precios son insuperables si se compara con los de los tacos de carne animal: Tres por un dólar, cuatro por uno veinticinco y siete por dos dólares.
Foto EDH/ Jessica Orellana

Tomates, cebolla, cilantro son picados finamente como se hace para cualquier otro taco. Se preparan más de dos libras de carne de soya al día. Walter tiene la idea de seguir creciendo para poder invertir en el crecimiento del negocio.

Higiene garantizada

A las diez de la mañana sale de su casa, en su maleta acomoda todos los ingredientes y toma el bus a la ciudad para llegar al lugar donde guarda su carretón. “Todos los días limpió bien para garantizar la higiene para que mis clientes se sientan más cómodos y no tengan miedo de consumir mis productos” comenta Walter mientras ordena los ingredientes para que se le facilite el trabajo.

Lleva cuatro años vendiendo y acumulando experiencia. Lo que le ha ayudado mucho es saber escuchar a los consumidores. Sus clientes le daban consejos y opiniones de cómo mejorar el sabor agregando alguno que otro ingrediente y así probando fue dando con la receta que utiliza con éxito.

Walter vendió hamburguesas, tortas y no lograba mantener un negocio estable asegura que ya existían más negocios de ese tipo
Foto EDH/ Jessica Orellana

Los precios son insuperables si se compara con los de los tacos de carne animal: Tres por un dólar, cuatro por uno veinticinco y siete por dos dólares. Vendedores, empleados, gerentes, cajeras; ¡no hay quien se resista al sabor de los tacos! “La verdad que todos compran y yo me admiro porque la comida no perdona”.

Aunque su negocio va creciendo, Walter lamenta las pocas oportunidades que tiene como pequeño comerciante. “Yo quisiera poder acceder a un préstamo y así poder comprarme una moto y trasladarme de donde vivo hasta el centro de Cojute”.

Según un estudio técnico de 2020 de la Escuela Superior de Economía y Negocios (ESEN), el sector informal abarca aproximadamente el 70% de los trabajos en el país. Además, los datos del estudio indican que el 74.4% de las mujeres trabajan en la informalidad, mientras que los hombres el 70.6%.

Los clientes recompensan el trabajo e ingenio con fidelidad.
Foto EDH/ Jessica Orellana

Para Jorge Estrada, uno de sus clientes de Walter, el empeño que el joven pone para sacar adelante a su familia es de admiración además aseguran que es una forma económica de comer pues con 2 dólares ya tienen un almuerzo completo para un tiempo de comida.

Walter está orgulloso de ser un emprendedor y demostrar que con ganas y creatividad se puede salir adelante. Ya ha sido contratado para fiestas y eventos. “Hubo gente que no creía en mí y mire ahora, sacó adelante a mi familia de una forma honrada” concluye.

Walter se despide de su pareja Paola antes de partir al trabajo.
Foto EDH/ Jessica Orellana