Vigilantes son blanco de los pandilleros en el centro de San Salvador

Pandillas han asesinado a 27 vigilantes de vendedores.

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Foto Más/EDH/ Francisco Campo.

Por Diana Escalante

2019-05-28 6:46:57

Miguel Vizcarra se convirtió, en marzo pasado, en el último empleado de la Asociación de Vigilantes Independientes de Mercados y Centros Comerciales (Avimce) que murió a manos de pandilleros que extorsionan y cometen otros delitos como tráfico de drogas y armas en el Centro de San Salvador.

El trabajador fue acribillado mientras daba seguridad a los vendedores instalados entre la 5a. avenida Sur y la calle Rubén Darío.

Con esta muerte se elevó a 27 el número de trabajadores de Avimce asesinados en la “guerra” que la mara Salvatrucha y la pandilla 18 le han declarado a los custodios por la labor que realiza: impedir que los delincuentes extorsionen o atenten contra la vida de los vendedores de los mercados Central, San Miguelito, Modelo y de varias cuadras peatonales de el Centro.

Otra razón por la que los vigilantes son blanco de los pandilleros es para “amedrentarlos” y presionar a que dejen de brindar el servicio de seguridad; con ello tendrían el camino libre para continuar cometiendo sus fechorías, advierte Salvador Hernández, presidente de la Asociación. Él relata que la empresa funciona legalmente desde 1997 y que los años más críticos que les ha tocado enfrentar fueron 2014 y 2017, cuando las pandillas les mataron a más de 15 vigilantes.

Uno de los ataques que dejó al descubierto la lucha diaria que libran los vigilantes con los hampones ocurrió el 15 de marzo de 2017, cuando varios pandilleros mataron a un vigilante que trató de impedir que extorsionaran a unos comerciantes entre la 4a calle Poniente y 5a avenida Sur.

Momentos después, hubo un enfrentamiento entre los compañeros de la víctima y otros pandilleros. En la balacera murieron cinco delincuentes. Tras ese hecho, las autoridades detuvieron por unos días a representantes de Avimce, entre ellos al presidente.

A raíz de ese enfrentamiento, la División de Servicios Privados de la Policía le suspendió a la empresa el permiso de funcionamiento, ya que acusaba a los trabajadores de tener vínculos con una mara y de haber matado a los cinco pandilleros porque eran del bando rival. Un mes después, la Corporación les levantó la suspensión y pudieron seguir trabajando.

“No tenemos compromisos con ninguna pandilla. Aclaro esto porque, en 2017, que tuvimos problemas se dieron rumores, incluso de la misma Policía, acerca de que nosotros porque le hacíamos lado a una pandilla teníamos problemas con la otra. No tenemos relación con ninguna pandilla, para nosotros son iguales”, afirma Hernández.

Él, secundado por sus colegas, reprocha que en otros casos, por haber matado en defensa propia a unos pandilleros, dos de sus compañeros fueron detenidos y ya llevan más de un año en prisión.

La versión de ellos es que en uno de los casos, el vigilante fue acorralado por los delincuentes y los esquivó mientras llamaba al Sistema 911 de la Policía para pedir ayuda.

Los agentes, según ellos, tardaron en llegar, y el vigilante tuvo que matar a uno de los delincuentes para defenderse.