Foto EDH/David Martínez
Todo el esfuerzo y la gran capacidad que tienen estas 8 personas se ve reflejado en las unidades que producen diariamente.
“Para mi es admirable el trabajo que hacen porque el no ver no es impedimento para ellos. A veces uno que tiene buenos sus ojos no tiene la capacidad o no se esfuerza para tenerlas. Sus productos son muy buenos” dijo una clienta, Margarita Flores.
“Pedimos trabajo para podernos ganar el pan dignamente”
La producción de la Colchonería Santa Lucía se ha reducido en los últimos años. Para todos los trabajadores es lamentable la situación en la que se encuentran, ya que no reciben los ingresos suficientes para sostenerse.
Echeverría asegura que ya no reciben tanto apoyo de instituciones públicas ni privadas como en años anteriores. “Aquí no la pasamos muy bien por la falta de trabajo” cuenta con tristeza.
En El Salvador, hay más de 118 mil personas con discapacidad visual. No todos cuentan con una posibilidad de empleo. Al respecto, Echeverría asegura que es una lástima que la falta de ingresos no les permita poder contratar más personal y enseñarle a otros ciegos el arte de hacer colchones.
Clienta
Es admirable el trabajo que hacen porque el no ver no es impedimento para ellos. A veces uno que tiene buenos sus ojos no tiene la capacidad o no se esfuerza para tenerlas. Sus productos son muy buenos.
Margarita Flores,
“Nosotros pedimos más gente, entre más trabajo más contratos, más gente podemos llamar a que nos apoyen a trabajar aquí”, dice el colchonero.
Para los ocho trabajadores es preocupante saber que si no continúan recibiendo pedidos, la colchonería puede desaparecer.
“El Estado, las alcaldías nos pueden comprar, poquito aunque sea pero pueden hacerlo. Con 100 unidades que lo hicieran es suficiente, con tal que nosotros pasemos ocupados, que estemos trabajando” afirma Echeverría.
Los colchoneros hacen un llamado a la empresa privada y gubernamental que apoyen este tipo de industria, ya que un pedido, aunque sea mínimo, es suficiente para que tengan un ingreso fijo.
“Para los que consumen, compran a donde hay bastante. A nosotros no es necesario que nos compren grandes cantidades” explica Echeverría.
“La idea es que los ciegos no pidan, que trabajemos porque podemos hacerlo. Aun con la edad que tengo, me siento con toda la fortaleza y digo que falta mucho que hacer para luchar” dice, con mucha alegría, Echeverría.
Colchonería Santa Lucía
El proyecto manufacturero se remonta a principios de 1945. Un grupo de personas con discapacidad visual estableció el primer taller para la elaboración de colchonetas y colchones.
Al pasar los años, el grupo ya organizado se unificó en una cooperativa denominada ACOPASANTAL.
Durante los primeros quince años, la Cooperativa se dedicó a la producción de colchones de algodón, por el auge de las camas de hierro y además a consecuencia el conflicto armado que sufrió El Salvador había mucha demanda de colchonetas livianas para usos temporales.
Actualmente, en la colchonería, ubicada en la calle Madrid y avenida San Antonio, Colonia Providencia, San Salvador, este grupo de personas trabaja en la elaboración de colchonetas de algodón y espuma, almohadas y ropa de cama. Además, hay una sala de masajería.