Vendada de los ojos, Marisol Abigail Vásquez Clavel llegó ayer hasta la cancha de basquetbol de Jayaque para ser sorprendida con una fiesta por sus 15 años. En el lugar la esperaban sus familiares, compañeros de clase y demás amigos.
Su vestido rosado, su tiara y zapatos asombraron a los transeúntes porque ese día no iba con su uniforme de escuela, sino que iba vestida como una princesa.
La emoción en la quinceañera fue evidente al momento de quitarle la venda, pues de esperar un pastel y un anillo que su padre le prometió por su cumpleaños, se encontró con un lugar adornado con globos, música, comida, bebida y ante la presencia de todas las personas que ella aprecia.
Una publicación presentada en Más y El Diario de Hoy dio paso para que muchos jayaquenses se unieran a la causa con el objetivo de brindarle una alegría a la adolescente. Patricia Molina y Carmen Elena González fueron las que tomaron la iniciativa de invitar a los lugareños a involucrarse en la celebración.
Vestido, zapatos, meseros, comida, pastel, local, sillas, mesas y otras cosas fueron donados por cada uno de los altruistas.
“Todo comenzó por una publicación en el diario, nos unimos y publicamos en las redes sociales la invitación. Muchos jayaquenses se unieron, unos con la comida, el vestido, el pastel, la música y otras cosas, y ahora vemos este bonito resultado una gran fiesta para Marisol. Su sonrisa fue el mejor regalo que ella nos pudo dar. Su historia es de motivación”, dijo Molina.
La sorpresa fue posible gracias a la organización de todas las personas altruistas, quienes con afán tuvieron en cuenta cada uno de los detalles. La fiesta era sorpresa y para que ella no sospechara, tuvieron que maquillar explicaciones, por ejemplo, para la toma de medidas del vestido tuvieron que decirle que le iba a regalar un vestido normal, igual con los zapatos.
El festejo demostró la unión entre jayaquenses, quienes buscaban hacerle realidad el sueño a Marisol de tener una fiesta de quince años como la mayoría de adolescentes.
En una silla de ruedas, porque aún se recupera de su operación de tendones, pasó al centro del lugar para que Pedro Vásquez, su padre, le colocara el anillo. Luego de ese acto bailaron el vals. La alegría desbordaba en Marisol.
Foto EDH/ cortesía Fabiola Molina
“Doy las gracias a Dios por un año más. A las personas que se unieron para darme este regalo les agradezco demasiado. No esperaba esta bonita sorpresa. Contenta porque ha sido una gran sorpresa la que me han dado. Hay muchas personas que me tienen aprecio y que alegría verlos aquí”, dijo Marisol con emoción.
Don Pedro también agradeció a los jayaqueses por la iniciativa para cumplir el sueño de su hija.
“Ella está muy contenta por este bonito gesto y nosotros agradecemos a todos. Todos pusieron un granito de arena para cumplirle el sueño a mi hija”, dijo el padre.
Recuperación
El pasado 20 de noviembre le fueron quitados los yesos que le colocaron luego de su operación de tendones. Ahora la jovencita inicia el proceso de rehabilitación. Marisol debe usar una férula, la cual le da fijeza sus pies y mantenerlo de manera estable, entre otras terapias que le volverá la normalidad a sus pies.
“Voy a tener terapias para poder amacizar los pies. Tengo la férula para no encoger la pierna y no tener mayor problema”, comenta.
“Ahora puedo estirar los pies y podré hacer muchas cosas que no lograba hacer antes”, dice la adolescente. La adolescente manifiesta su felicidad, pues se acerca un nuevo año escolar y va a poder desarrollarse con normalidad. “Ya caminaré más erguida y no me dolerá más la espalda. Es una recuperación complicada pero yo me siento muy feliz”, dice.
Foto EDH/ Menly Cortez