Veteranas del FMLN hablan sobre el significado de los Acuerdos de Paz

Durante el conflicto armado miles de mujeres se unieron o colaboraron con la guerrilla. Para el 30 aniversario de los Acuerdo de Paz entrevistamos a seis de ellas para conocer que piensan sobre el pasado el presente y el futuro desde el punto de vista femenino.

descripción de la imagen
Foto de las mujeres que conformaban el cuarto puesto de salud del campamento de Arcatao. Durante el conflicto las mujeres realizaron diversas labores fuera de los roles de esposas, cocineras y cuidadoras; fueron combatientes, cuerpos de seguridad, radistas, propagandistas, comandantes y maestras, por mencionar algunos cargos. Foto EDH/ Cortesía Alicia Dubon

Por Menly Cortez

2022-01-14 10:02:38

Joselyn Viterna, socióloga y profesora de Harvard, escribe en su libro “Las Mujeres en la Guerra” que cuando el ejército del FMLN se desmovilizó durante los acuerdos de paz, el 30 % de la guerrilla eran mujeres.

Gladys Romero, Cristina Reyes, Dina Cabrera, Vilma Serrano, Alicia Dubón y Alba Laínez son veteranas que fueron parte de los campamentos guerrilleros en distintos puntos del país en los cuales los combates fueron más cruentos. Todas coinciden en que los factores que llevaron a El Salvador a un conflicto armado fue la desigualdad social, la pobreza extrema rural, la exclusión y sobre todo la violenta represión que el Estado ejercía sobre la población que se organizaba para reclamar sus derechos.

Aunque los Acuerdos de Paz representaban el fin de una época oscura para los derechos humanos, los beneficios legales no fueron inmediatos y tanto mujeres como hombres tuvieron dificultades para reintegrarse a la sociedad, en todos los sentidos.

LEER: Anuncian proyecto de ley para evitar deportación de inmigrantes veteranos y sus familias

Para la socióloga Jenny Domínguez Rivas de la Universidad de El Salvador, las mujeres formaron parte del proceso de paz en la elaboración de agendas políticas entre los bandos, para organizar comunidades a nivel municipal y nacional para la eliminar la violencia, el tratamiento de las desigualdades económicas y sociales y la fortalecer la institucionalidad democrática, entre otras actividades.

También fueron parte importante en la construcción de las instituciones públicas que protegerían los derechos de la mujer, a través de las organizaciones de mujeres que se fueron creando, como el Instituto Salvadoreño para el Desarrollo de la Mujer -ISDEMU-, creado en 1996; así mismo en la formación de normativas legales para la defensa de sus derechos, como el Código de Familia creado en 1993.

A nivel legal la integración de mujeres en el activismo y en la política, permitió la creación de La Ley Especial Integral para una Vida Libre de  Violencia contra las Mujeres; la Ley de Equidad, Igualdad y Erradicación de la Discriminación contra las Mujeres; La Política Nacional de las Mujeres, la Ley de Protección Integral de la Niñez y Adolescencia; la Política de Cuidados; el Decreto Presidencial 56 que prohíbe toda forma de discriminación en base a la orientación sexual e identidad de género en el sector público; entre otra serie de normativas que garantizan a las mujeres su pluralidad, como la Política de Pueblos Indígenas y la Ley de Equiparación de Oportunidades para las Personas con Discapacidad.

Aunado a los avances, las ex combatientes entrevistadas creen que el objetivo principal de los Acuerdos de Paz, que era una sociedad salvadoreña renovada, no se terminó de construir, pero al mismo tiempo ven como una falta de respeto a sus compañeros asesinados, o que aún están con vida, el actual discurso oficialista de afirmar que la guerra y el proceso de paz fueron un fraude para el país.

 

Sonia Gladys Romero Hernández residente de la comunidad Amando López es una veterana de guerra que se destacó el labores de propaganda en Mesa Grande, Honduras.
Foto EDH/ Menly Cortez

Gladys Romero "Marina"

Gladys Romero, de 57 años, se unió a las Ligas Populares 28 de Febrero a los 15 años, en Jocoatique, Morazán. La primera vez que escuchó sobre la idea de unirse a la guerrilla fue en reuniones clandestinas a las que iba con su papá, un ex miembro de la Guardia Nacional que estaba indignado la represión estatal que se vivía a finales de los años 70.

"En los campamentos de la guerrilla había decenas de mujeres. “La guerra promovió el empoderamiento de la mujer más allá de la cocina y los quehaceres del hogar y las mujeres se sentían motivadas a participar porque hacían trabajos más diversos” comentó. Gladys fue capacitada por sacerdotes para elaborar boletines informativos mensuales para la cooperación extranjera y para los refugiados salvadoreños en campamentos de refugiados en Honduras.

Actualmente  Gladys combina las labores del hogar con su gran pasión que es la actividad organizativa e impulsa la participación femenina y la lucha contra la violencia hacia las mujeres. Es integrante de la Confederación de Cooperativas a nivel nacional y coordinadora de cooperativas agropecuarias de la zona del Bajo Lempa.

 

María Dina Cabrera Hernández de 57 años, originaria de Santa Marta Cabañas, fue una de las primeras combatientes de las lineas de las FPL de la zona de Cabañas, luego desempeñó el rol de logística para gestionar y enviarlos a los campamentos desde Mesa Grande. Foto EDH/ Menly Cortez

Dina Cabrera, de 57 años  "Jeny"

Dina se incorporó a la guerrilla la edad de 15 años en la comunidad Santa Marta de Cabañas, donde reside hasta la fecha.

Cabrera fue una de las primeras mujeres que se enfrentaron a pelotones de soldados en las montañas de Cabañas, Chalatenango y San Vicente en las lineas de las Fuerzas Populares de Liberación (FPL). Sus cicatrices en el rostro y piernas, además de un notorio problema de audición, son prueba de ello, "las mujeres durante el conflicto fueron guerreras muchas de ellas fueron más valientes que algunos hombres cuando se estaba en la línea de fuego" agregó.

Cabrera ha continuado activamente su actividad organizativa en la comunidad Santa Marta en beneficio de los habitantes.

 

Alicia (Roxana) Dubón de 57 años, residente de Arcatao es una veterana de Guerra que se destacó en las lineas de las FPL como anestesista en el equipo de brigadistas que acompañaba a los combatientes en las lineas de fuego, actualmente se destaca como enfermera.
Foto EDH/ Menly Cortez

Alicia Dubón "Roxana" 

Alicia se integró al Movimiento Revolucionario Estudiantil, MERS, luego que la guardia secuestró y desapareció a una de sus compañeras de estudio.

AL inicio del conflicto se incorporó a las FPL voluntariamente, pero de cierta manera también empujada por las circunstancias porque para los jóvenes que huían de ser asesinados por militares no había otra mejor alternativa, "no había otro lugar donde ir más que a la montaña", comentó.

Al enlistarse, le asignaron al área de salud y la entrenaron para ser anestesista. Aunque no combatió, siempre cargó consigo un fusil y varias veces tuvo que pasar bajo balas cuando estaba en la línea de fuego curando heridos.

"Las mujeres durante y después del conflicto se beneficiaron por la apertura de espacios, habían muchas en distintas labores", dijo.

Actualmente Alicia desempeña la profesión de enfermera en Arcatao, departamento de Chalatenango.

 

Cristina Reyes 57 años, Ciudad Romero. veterana del conflicto armado destacada en las lineas del ERP en la Sociedad, Morazán. realizó trabajo en el área de logística para el funcionamiento de radio Venceremos.
Foto EDH/ Menly Cortez

TAMBIÉN: Policía colocará retenes en carreteras por marcha en conmemoración de los Acuerdos de Paz

Cristina Reyes "Norma"

Cristina Reyes, de 57 años, es originaria de Nueva Esparta en la Unión. Actualmente vive en Ciudad Romero, una comunidad de ex refugiados ubicada en El Zamorán, Jiquilisco. Recuerda que en los años previos al conflicto las mujeres pobres no tenían voz ni voto y los militares realizaban actos arbitrarios en su comunidad, " las mujeres no votaban si no tenían una profesión, tampoco votaban si no tenían el permiso de su papá, en ocasiones aunque fueran profesionales, sus esposos no les permitían ejercer", recordó.

Durante el conflicto Cristina se dedicó a la labor de logística en los campamentos de Sociedad en el departamento de Morazán, ahí realizaba gestiones para aportar con gasolina y otros utensilios el funcionamiento de radio Venceremos.

“La guerra fue la única opción para lograr una sociedad más justa y aunque parezca mentira, pero fue lo único. Fue necesario y no me arrepiento” dijo. Ella opina que el fin negociado de la guerra dio a las mujeres el derecho a pronunciarse y eso es un logro al que se le debe guardar respeto. En tiempos de paz, Reyes continuó su trabajo por la comunidad como promotora social y organizando una asociación de mujeres de Ciudad Romero para gestionar proyectos de desarrollo.

 

Alba Laínez de 48 años es una veterana de Guerra de la comunidad Santa Marta, Cabañas, que fue refugiada en Mesa Grande durante 7 años y luego se incorporó a las lineas de la Resistencia Nacional como radista, comunicando informes de situación entre los campamentos de Cabañas, Chalatenango y Morazán .
Foto EDH/ Menly Cortez

Alba Lainez "Kelly"

Alba Laínez, de 48 años, tenía siete cuando la violencia de la guerra llegó a la comunidad Santa Marta, Cabañas. Su familia huyó hacia los campamentos de refugiados de Mesa Grande en Honduras.

Al crecer a los 14 años,salió de Mesa Grande para incorporarse a los campamentos guerrilleros donde manejaba la radio militar. Durante un mes se entrenó para aprender las claves de comunicación. Informaba a la comandancia de la Resistencia Nacional de la ubicación del enemigo.

La vida en los campamentos era rigurosa y disciplinada. Hombres y mujeres eran tratados por igual, así la asignación de cargos se hacía por capacidad, no por su edad o género. “Los hombres nos respetaban y si había algún problema porque algún hombre quería tomar a la fuerza a alguna compañera, la comandancia ponía orden”, relató.

 

Vilma Serrano 55 años, San José las Flores, desempeñó la labor de educadora popular para los niños de los campamentos de las FPL desde 1985, actualmente continua siendo maestra.
Foto EDH/ Menly Cortez

Vilma Serrano "Yaneth"

María Vilma Serrano, de 55 años, es originaria de San Isidro Labrador, Chalatenango. De niña fue testigo de la crueldad con que los militares intentaban intimidar a la población para detener el trabajo de organización popular que realizaban maestros de ANDES 21 de Junio en la zona a finales de los años 70.

En 1985 se decidió junto a sus dos hermanos a enfrentar con armas al ejército, pero en el campamento de las FPL donde se encontraba le dieron el rol de educadora popular y le pusieron el sobrenombre de combate “Yaneth”. “Yo con mis 16 años, y solo con sexto grado, enseñé lo que pude a niños y a adultos que no sabían nada”.

Para la maestra popular el conflicto demostró que las mujeres pueden aportar a sus familias por medio de otros trabajos, que tuvieran más protagonismo. Actualmente continúa su labor como maestra en el municipio de San José Las Flores, Chalatenango.

REGRESA A LA PORTADA