“Vámonos, vámonos, la borda se está minando”, gritaban los socorristas a pobladores en Puerto Parada

Decenas de familias del cantón Puerto Parada, en Usulután, llevan más de cuarenta horas en vela debido al temor de que el río Grande se desborde y la inundación los encuentre dormidos a la mitad de la noche.

descripción de la imagen
Un hombre observa su casa inundada por las fuertes lluvias en San Luis la Herradura, específicamente en la zona de la Comunidad El Llano. Foto EDH / David Martínez

Por Jonathan Tobías

2019-10-16 7:45:52

Las lluvias que han caído en las últimas en El Salvador han provocado diversos daños en todo el país que van desde deslizamientos e inundaciones hasta desbordamiento de ríos.

“Vámonos, vámonos, la borda se está minando”, gritaban los socorristas de Cruz Roja a los curiosos y pobladores que se acercaban demasiado a las riberas del río Grande, cercano al cantón de Puerto Parada en Usulután. El agua estaba por superar el límite de los bordes y en cualquier momento salirse de su cauce y provocar emergencias repentinas en diversos puntos. Las lluvias han causado inundaciones de moderada intensidad en la zona.

“Ayer, que se vino la tormenta, el agua me llegó hasta la cintura”, expresó Rosa Cándida Gómez, sentada a la puerta de su casa, como cuidándola de la adversidad, y mencionó que han sido alrededor de 20 años que ha tenido que pasar por experiencia similares en donde ha perdido varias de sus pertenencias.

Las pocas cosas que le quedan las ha debido colocar en los lugares más altos de su vivienda de ladrillo, teja y suelo de tierra, para protegerlas de los 50 o quizá 70 centímetros de agua que cubrieron a la comunidad en donde habita. “Espero que el presidente Nayib Bukele haga algo, porque aquí ningún gobierno nos ha ayudado”, declara la mujer.

En la misma comunidad vive José Alberto Quintero, de 50 años. Se dedica a la agricultura y menciona que este ha sido un año más en donde las lluvias han dañado los cultivos de maíz y frijol: su única fuente de sustento. “Yo ya di por perdido todo”, confiesa Quintero y suspira, en sus ojos es visible la tristeza de ver sus tierras cubiertas por el agua.

Como ellos, son muchas las familias que muestran su descontento al ver que, como cada año, sucumben a la vulnerabilidad de la zona en donde les toca vivir. Son más de 100 los hogares que, durante cada invierno, deben mantenerse a la expectativa de lo que sucede con las aguas del río Grande cuando las tormentas se avecinan o cuando los temporales se extienden por más de un día.

Cruz Roja verifica la zona

Para confirmar la situación en la zona, miembros de la Cruz Roja llegaron la tarde del lunes para realizar una inspección en el río Grande, con la finalidad de verificar el peligro que las próximas lluvias pueden ocasionar a las familias que no han sido desalojadas.

Abandonar las riberas del río y no acercarse por ningún motivo, fueron las recomendaciones de los socorristas al notar que las aguas del río estaban a punto de desbordarse, un suceso que a ellos mismos les llenó de temor, obligándolos a desalojar casi de manera inmediata las riberas del afluente.

A pesar del peligro que esto representa, muchas personas seguían caminando por las orillas de río con el propósito de ver qué les podía esperar a mitad de la noche, ellos ya conocen los límites de su aguas y, casi con exactitud, pueden predecir lo que les espera.

Las autoridades informaron a todos en la comunidad que no se acercaran por los peligros que representa la crecida de las aguas, gritaban mientras se conducían en su unidad de transporte, tratando que todos estuvieran alerta y enterados.

 

Las personas que viven por las calles de los caseríos Capitán Lazo, El Limón, El Icaco y zonas aledañas de Puerto Parada, han paralizado sus labores y se muestran preocupados de que la situación empeore durante las horas de la noche, momento en que no puedan reaccionar a tiempo.

Dado que continuarán persistiendo las condiciones de lluvia, tipo temporal, sobre el territorio salvadoreño, hasta este miércoles 16 de octubre, autoridades de Protección Civil mantienen la alerta Naranja en la zona costera y cordillera volcánica y alerta amarilla en el resto del país. Además las clases están suspendidas a nivel nacional, tanto sector público y privado.