Médicos alertan del riesgo que provocan las personas que aún no reciben vacuna anticovid

Los doctores argumentan por qué es importante la protección, no solo para cada individuo, sino para el bien de la comunidad

descripción de la imagen
Un ciudadano recibe dosis de vacuna contra covid-19. Foto EDH/ Menly Cortez

Por Carlos López Vides

2021-12-16 9:00:19

A pesar de que El Salvador ha recibido más de 14 millones de dosis de vacuna contra covid-19, a mediados de diciembre todavía hay no menos de 1.3 millones de personas que no se han aplicado dicha vacuna.

Las razones son diversas: algunas tienen miedo a los efectos secundarios (dolor de cabeza, malestar general, fiebre, dolor muscular en la zona de la inyección); otras tienen una posición religiosa o ideológica en contra de las vacunas en sí; algunas más están inseguras por la ola de desinformación que circula en internet y redes sociales; otras más sí quieren vacunarse, pero no han hallado el tiempo o la cercanía para ir a un punto de vacunación.

Te puede interesar | Cinco empleadas de la Alcaldía de Chinameca denuncian al alcalde por acoso sexual

Algo que también ha frenado a algunas personas a recibir la vacuna es que su aplicación no impide el contagio. Es decir, una persona vacunada también puede enfermar de covid-19. Pero al recibir sus respectivas dosis, su cuerpo reaccionará inmunológicamente mejor que la persona no vacunada, y en un alto porcentaje se evitará que la persona enferma termine en el hospital, o que llegue a morir.

Personas aguardan la indicación para recibir dosis de vacuna contra covid-19 en el Hospital El Salvador. / Foto EDH

Pero si aun así una persona decide no vacunarse, aunque esté más propensa a enfermarse gravemente o incluso morir a consecuencia del SARS-CoV-2, el problema es que esa decisión individual termina impactando en el colectivo, según argumentan dos voces médicas consultadas.

El doctor Carlos Ortega, del laboratorio de Virología de la Universidad de El Salvador, considera que “los derechos individuales tienen límites. El derecho suyo termina donde empiezan mis derechos; los míos terminan donde comienzan los de los demás. Yo no le puedo imponer a usted un riesgo. Si usted se vacunó para protegerse, yo no tengo derecho a acercarme a usted sin vacunarme y someterlo a un riesgo innecesario”.

Otro punto a favor de la vacunación que explica Ortega es el factor tiempo.

Esto significa que si el virus infecta a una persona no vacunada, dicho virus tendrá más tiempo en el huésped para mutar. Y de esas mutaciones en alto número es que pueden surgir nuevas y peligrosas variantes del SARS-CoV-2, sobre todo en poblaciones donde hay baja cobertura de vacunación, como pasó con la variante ómicron en países de África.

Atención | Ex alcalde de San Ildefonso condenado a seis años de prisión por colaborar con pandilla

“Recordemos que las vacunas no son 100% eficaces para evitar la infección, pero cuando nos vacunamos, si nos infectamos mantenemos la infección menos tiempo que una persona que no se ha vacunado. Mientras menos tiempo el virus permanece en nuestro organismo, menos tiempo tiene para mutar. Si pasa más tiempo, tiene más tiempo para mutar y que genere nuevas variantes”, detalla Ortega.

Por eso, Ortega considera que el Gobierno debería echar mano del Artículo 65, inciso 1o. de la Constitución de la República, el cual “establece que la salud de los habitantes de la República constituye un bien público y que el Estado y las personas están obligados a velar por su conversación y restablecimiento”.

A la luz de este artículo, significa que “estoy obligado a contribuir a la salud de los demás. Cuando no lo hago al rechazar vacunarme, estoy incumpliendo esa parte de la Constitución. El Gobierno sí tiene herramientas para obligar a la población a que se vacune”, indica Ortega, que luego matiza que “eso sería un hecho extremo. Esperaría que la gente reaccione de forma voluntaria”.

Estampa en el centro de vacunación en el Hospital El Salvador.
Foto EDH/ Menly Cortez

El doctor Alfonso Rosales, experto en epidemiología, está en la misma línea. Aunque primero aclara que “estoy en contra de que los gobiernos impongan obligaciones de este tipo”, después sostiene que “desde el punto de vista científico, médico, humanitario y de salud pública, este es un bien colectivo. Y aquellas personas que no se vacunen están poniendo en riesgo que este virus siga circulando. Eso afecta no solo nuestra salud, sino la economía, la educación, varios aspectos básicos de nuestra vida”.

Para Rosales, hay que mirar experiencias en otros países, donde “lo que están haciendo es que las personas que no se vacunan se van a tener que quedar en su casa, porque no van a poder ir a los supermercados, a los restaurantes, a las universidades, a las escuelas, etc. Es una forma indirecta de llevar a las personas a que se vacunen”, dijo recientemente a El Diario de Hoy.

Por ahora, en El Salvador no existe ningún tipo de pena legal para una persona que no acepte vacunarse contra covid-19. Y de momento, el Ministerio de Salud solo ha indicado que se exija la cartilla de vacunación con dos dosis a quienes deseen entrar a eventos deportivos y culturales (partidos de Primera División o de la Selección de fútbol, por ejemplo), o en ocasiones especiales como la conmemoración del Día de Difuntos.