Unicef advierte que se debe invertir más en la niñez tras la pandemia

El organismo lidera hoy en día el proyecto denominado “Imaginemos El Salvador post pandemia”

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Foto EDH / Archivo

Por Susana Joma

2020-05-22 4:30:25

El especialista de la oficina de Unicef en El Salvador, Jimmy Vásquez, subrayó ayer que posterior a la emergencia por la pandemia el país tiene que hacer una apuesta fuerte de inversión en la población infantil.

Vásquez, quien estuvo ayer en una charla en la que se abordó la necesidad de que el país trabaje de los pasos necesarios para construir otro estilo económico, dijo posterior al evento que para esto es clave mejorar las condiciones de la niñez en término de salud y educación.

En la actualidad la oficina de Unicef en el país, respondiendo a su historia y mandato, lidera el proyecto denominado Imaginando El Salvador Post Pandemia y sus anotaciones fueron en ese contexto.

Según el especialista en políticas sociales de Unicef, El Salvador, aunque a muchos les suene algo tirado de los cabellos, debe tras la emergencia realmente empezar a repensar su economía, la cual desde que logró su independencia, hace 200 años, se ha caracterizado por mantener bajos niveles de salarios y lo cual ha sido la base para ofertarse en los mercados internacionales.

Añadió que una de las cosas que conlleva ese esquema económico es que el sub empleo sea la forma predominante de sobrevivencia de la mayoría de la población.

“Tenemos datos desde 1950 aproximadamente y nos señalaba que en aquel entonces más o menos un 63 % a 65 % de la población estaba sub empleada. El Salvador de ahora anda por ahí del 44 % a 45 %”, precisó, al tiempo de advertir que solo 1 de cada 5 trabajadores tienen un trabajo decente.

Jimmy Vásquez explicó que las personas en condición de sub empleo suelen tener 6.5 años de estudios aprobados, por debajo del indicador de escolaridad promedio del país que es de siete grados. Quienes logran un empleo decente son quienes cuentan con doce años de escolaridad.

El experto sostiene que dadas esos bajos niveles de estudio no se puede esperar que una economía genere valor, que tenga la capacidad de hacer patentes, avanzar en el campo científico.

A su criterio, la pandemia del nuevo coronavirus ha puesto a El Salvador no frente a los resultados de una radiografía, sino ante los de una resonancia magnética sobre su sociedad; y es de cara a eso que si se puede acceder a dinero se tiene que hacer el esfuerzo por invertir más en los niños, porque es la única manera en la que en realidad El Salvador puede rediseñar su economía, transformarla en una economía del conocimiento.

“Las bases de esa nueva economía realmente pasan por una inversión en los niños desde el inicio de su vida, porque sabemos que ahí es donde uno puede construir los talentos, las habilidades, las destrezas que se necesitan, sobre todo considerando que esta población, que está entre los 9 y 24 años de edad, va a representar el 63 % de nuestra fuerza laboral en el 2040”, señaló.

Vásquez señaló que el cambio es posible, porque muchos de los países que hoy tenían economías fuertes tuvieron momentos difíciles como el caso de Alemania, en 1946, tras la Segunda Guerra Mundial, incluso Corea del Sur que hoy es visto como el Milagro Asiático.

De acuerdo con lo expresado por el especialista al revisar el PIB per cápita de El Salvador en 1950 era de 215 % con respesto al de Corea del Sur, pero hoy en día estima que andará por un 15 o 20 % con respecto al de esta nación.

No obstante, insistió en que el vuelco que esas potencias dieron solo fue posible porque invirtieron en su población, como también lo hizo Singapur, una nación que para 1950 tenía un PIB per cápita era casi el 89 %, similar al de El Salvador, pero hoy evidentemente el salvadoreño representará el 11 % del de aquel territorio.

En ese contexto el mensaje que eso da es que una economía como la salvadoreña es vulnerable siempre y cuando no invierta en su principal riqueza, que es su gente.

Insiste en que si no se invierte en preparar mejor a la población, el país seguirá con una economía que es altamente volátil, altamente dependiente de las remesas, que produce muy poco de lo que consume, que es deficitaria en su balanza comercial porque importa más, con altos niveles de deuda y como es pequeña tampoco tienen capacidad de definir precios internacionales.