Tres historias de salvadoreños en la caravana hacia EE .UU. que reflejan la realidad del país

Sin opción por un futuro mejor, estos tres salvadoreños relatan su desesperanza.

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Fotos EDH / Jessica Orellana

Por Roberto Alas

2018-11-01 6:57:56

En su desesperación por huir de la violencia y la falta de empleo, decenas de salvadoreños han optado por salir del país con rumbo a Estados Unidos.

“Sabemos que es un viaje que no tiene retorno”

“Tengo decidido no regresar hasta no haber llegado a Estados Unidos”, dijo Cristian Vides, un joven de 25 años que el miércoles también partió con un segundo grupo de salvadoreños hacia Estados Unidos.

Cristian asegura que el viaje que ha emprendido junto a otros amigos es una travesía “que no tiene retorno” porque algunos llegarán a su destino y otros se quedarán en distintos países.

Este joven a dejado a sus padres y a un hermano que viven en Ilopango y hoy lo que les pide es que “continúen con su vida” mientras él hace el esfuerzo e intento por llegar a Estados Unidos.

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Durante vivió en El Salvador, expresó que tuvo varios empleos de acuerdo a sus capacidades como bachiller; pero el problema que las empresas cuando hacen recortes de personas “lo primero a quienes quitan son a los más nuevos”. Ahora su sueño es llegar a Estados Unidos, donde tiene un hermano y quien le dijo que hiciera el esfuerzo por viajar y estando allá le ayudaría a buscar empleo.

La delincuencia también lo hizo irse del país.

“Me da más miedo que se me mueran de hambre”

Ileana Castro, de 37 años, es una madre de familia que el miércoles salió en la segunda caravana con el sueño de poder llegar a Estados Unidos. Haciendo un descanso en un redondel en el desvío a la frontera San Cristóbal, dijo que sabe que el viaje es muy cansado.

Ella tomó la decisión de agarrar camino el martes en horas de la noche. Junto a ella viaja su hija, de 17 años; su nieta, de dos años y medio; y su sobrina, quien también lleva a su hijo. Ellas saben que será una travesía de mucho peligro, el cual Ileana dice no temer porque “me da mas miedo que (mi familia) se mueran de hambre”.

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Los compatriotas aseguran estar decididos a enfrentar cualquier situación, con la finalidad de huir de la violencia, amenazas de pandillas y el desempleo en El Salvador.

“Primero Dios vamos a llegar, quiero pasar a Los Ángeles, allá me está esperando una amiga”, aseguró.

Ileana dice que ella vivía en el municipio de Ilopango y la última vez que tuvo trabajo fue el año pasado en el área de mantenimiento. Ella lamentó que a sus 37 años ya no pudo conseguir trabajo y mientras esperaba, tenía que dar de comer a su familia.

La realidad de Ileana es muy difícil, ya que junto con su hija y sobrina, las tres son madres solteras.

“Me duele venirme porque dejo a mi mamá”

La historia de Andrés, nombre ficticio para proteger su identidad, es de las que da una enorme tristeza por la impotencia de poder hacer algo por el joven. Andrés tiene 16 años y la única que sabe que abandonó el país en la segunda caravana de salvadoreños que salió el miércoles es su madre.

“Yo me vine por las maras, si regreso me van a matar. Mi mamá me dijo que me viniera, pero me duele porque dejo a mi mamá y le puede pasar algo”, asegura Andrés, quien hace un esfuerzo por detener sus lágrimas.

Este joven vive en Soyapango y estudiaba noveno grado; pero dejó de asistir “porque me sacaron (los pandilleros), después me vine a vivir a Santa Tecla, pero también me sacaron”, aseguró.

Andrés dice que tiene papá, quien lo único que le dijo fue “que me cuidara”. Decidido a llegar a Estados Unidos, el joven espera no volver.

En ese país tiene familia, expresó, y esperan que lo reciban y le ayuden a buscar trabajo para poder ayudarle a sus padres y a un hermano menor que él.