El impresionante Nacimiento de la familia Sotelo, en Mejicanos, como ofrenda por sobrevivir al 2020

Esta familia conserva la tradición desde sus abuelos, adornan un nacimiento de Belén con piezas que han sido un regalo de hace más de 100 años. Están hechas de madera fina, con acabados únicos, cada una tiene su propia vestimenta.

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La familia Sotelo de Mejicanos se reúne para poner el Nacimiento en el cual las joyas son figuras talladas en madera con más de cien años de antigüedad. Foto EDH / Yessica Hompanera

Por Yessica Hompanera

2020-12-23 6:00:40

Se acerca la Navidad y la familia Sotelo, de Mejicanos, dice tener muchas razones por las cuales agradecer: superar una pandemia, mantener sus trabajos y ser sobrevivientes del COVID-19, no es para menos por lo que estas fiestas edificaron el nacimiento de Jesucristo en el patio de su casa para unirse y recordar la tradición centenaria de sus padres.

En los últimos días de noviembre, Mariano Sotelo, de 75 años, se acomoda en una silla y dibuja sobre una hoja de papel el bosquejo con la idea de cómo será el Nacimiento del 2020. Todos los materiales y ornamentos son reciclados de navidades pasadas y uno que otro que se consigue por ahí, así es como lo cuenta él. Pero quienes son los verdaderos protagonistas son las figuras de María, José, los Reyes Magos, Manuelito y Jesusito, dos niños Dios que resultan ser la joya más preciada de la familia.

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Las figuras son limpiadas con algodón. Foto EDH/ Yessica Homanera

Cada una de las piezas es de cedro y está tallada a mano, sus ojos son de vidrio, y en las articulaciones poseen un mecanismo que les permite ser colocados en cualquier posición, sus vestimentas están fabricadas con telas brillantes.

Según recuerdan los integrantes de esta familia, los personajes de Belén fueron un regalo que llegó a las manos de una tía, gracias a una persona que vino desde Europa hace más de 100 años. Presumen que fueron traído desde Italia y hasta este momento lo conservan con la idea de pasarlo de generación en generación y perpetuar la tradición.

Con el Nacimiento de Belén de este año la familia agradece haber sobrevivido al COVID-19 y que sus integrantes han mantenido sus trabajos, en este país donde el número de desempleados aumenta cada día. Foto EDH/ Yessica Hompanera

“Cada nacimiento es el fin de un ciclo y que superamos porque el COVID-19 nos trajo luto. Esta Navidad es diferente a todas las navidades que vivimos. Esto nos sirve para unirnos más en familia”, explica Mariano. Al preguntarle si recuerda la primera elaboración de esta tradición, se tira una carcajada y responde que “desde que tiene memoria”.

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“Uno de los requisitos era hacer el enviciamiento cada año y si ya no lo querían hacer tenían que entregarlo a otra familia o a la iglesia”, comenta Mariano mientras decora el nacimiento.

Sus hermanos Carlos y Emilio, y sus hermanas, Carmen, Isabel, Emilia, lo acompañan y cada quien toma la iniciativa para preparar la bienvenida de la Navidad. Lavar y planchar la ropa de los personajes son de las primeras cosas que se hacen. La familia asegura que no hay piezas iguales en el país.

La familia asegura que no hay piezas iguales en el país. Explican que fue traído desde Italia y hasta este momento lo conservan con la idea de pasarlo de generación en generación y perpetuar la tradición. Foto EDH/ Yessica Hompanera

Luces de Navidad, el aserrín y el resto de las piezas que adornarán Belén se colocan una a una. Los colores de los bombillos tiritan y los Sotelo se pasan uno a uno los personajes del nacimiento hasta que cada uno es ubicado en su lugar.

“Hemos mantenido la tradición y en ningún momento hemos pensado en regalarlos ni donarlos a la iglesia. Pensamos pasarlo a las otras generaciones familiares, para que sigan la tradición y puedan sentirse cada diciembre de hacer un nacimiento”, dice con firmeza.

Fernando Villalobos, párroco de la basílica del Sagrado Corazón de Jesús, en San Salvador, señala que el colocar la representación de la familia no siempre fue aceptada, ya que antes de que la Iglesia Católica fuera reconocida por el emperador romano Constantino I, los cristianos eran perseguidos por su devoción y no colocaban algún tipo de identificación para evitar ser víctimas de sus enemigos.

Los tiempos cambiaron y con la modernidad se representan de muchas formas a la Sagrada Familia. “Nos recuerda, justamente, ese amor y ese cariño que nosotros le tenemos a Dios y es una forma de agradecimiento por habernos enviado a su hijo amado a salvar el mundo”, explica.

La familia Sotelo asegura que la tradición seguirá por muchas generaciones más debido a que uno de sus valores más importantes es la unidad familiar.