Tradicionales bolas de fuego iluminarán Nejapa

En la actividad participan jóvenes y adultos. Según la leyenda, el patrono San Jerónimo era tentado por el diablo y, a la vez, también recuerdan la erupción del volcán de San Salvador en 1,658.

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Por Karen Salguero

2018-08-29 9:07:35

Más de mil bolas de fuego iluminarán las calles de Nejapa este próximo 31 de agosto, tradición con la que los comerciantes del pupusodromo El Laurel ya se encuentran preparados y con altas expectativas para las ventas.

“Venir a las bolas de fuego es una tradición que va de la mano con la degustación de las ricas pupusas que caracterizan al municipio” expresó Patricia Meléndez, quien tiene un negocio de ese plato típico.

De acuerdo con Meléndez, la elaboración de pupusas se ha hecho un arte culinario con el que pretenden sorprender al turista porque exploran con nuevos ingredientes y sabores.

“Lo que nos diferencia de los demás es que aquí hacemos de todos los ingredientes que se puedan”, explicó la vendedora.

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En el municipio, las pupusas son reconocidas por su colosal tamaño y por los precios accesibles; una pupusa loca puede costar $1.

Otro de los típicos que el visitante podrá disfrutar son los ricos tamales de gallina india, que se vienen elaborando de generación en generación con la tradición.

“Esto viene desde hace 96 años, nuestros abuelos nos enseñaron a compartir con la comunidad y ahora nosotros lo hacemos”, expresó Patricia Sánchez, organizadora del comité de festejos.

Sánchez dijo que para la actividad prepararán alrededor de 15 mil tamales que serán regalados a los turistas.

Ayer, un grupo de 30 señoras habían iniciado con los preparativos, que por tres días, durante día y noche, se dedican a la preparación de los tamales.

La Recuerda
“Todo nejapense quiere vivir esa sensación, jugar a las bolas de fuego es vivir momentos de adrenalina”, comentó Salvador Sánchez, organizador de las bolas de fuego.

Aunque la noche del juego dura aproximadamente dos horas, para el joven de 21 años, la actividad requiere de un trabajo de preparación de tres meses.

Las bolas de fuego están formadas de tiras de telas y unidas por alambre, un proceso con el que comienzan desde junio para conseguir los materiales.

Entre ocho jóvenes establecen como meta elaborar mínimo mil esferas, que después son sumergidas por 26 días en gasolina y gas.

Según Sánchez, buscan una consistencia en la que la bola puede llegar a durar hasta toda una mañana encendida.

“Jugar es como pedirle matrimonio a tu novia, es una sensación inexplicable”, comentó Sánchez, que tiene 10 años de participar en la tradición.

De acuerdo con el joven, su primera experiencia fue a los 11 años, que entre miedo y nerviosismo, tomó por primera vez una bola de fuego en sus manos y desde entonces se apasionó por la actividad.

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El juego se han convertido en una práctica de generaciones, ya que el abuelo de sus padres fue el primero en participar y ahora junto a sus hermanos continúan la tradición.

Aunque la elaboración de las esfera implica tiempo y desvelos, por 9 años consecutivos Sánchez y su hermano Marlon se han encargado de la organización.

Raíces nejapenses
En cada repique de las campana de la iglesia de Nejapa, vuelve a la memoria de Ana Joaquina Sánchez los años de juventud, en los que desde el atrio de la iglesia vivió las noches iluminadas por la tradición.

“Todo el parque era iluminado por las bolas de fuego y por las luces que caían desde la iglesia hacia el parque en forma de decoración”, recordó la señora de 78 años.

La septuagenaria relató que con la curiosidad y el temor que siempre tuvo al fuego, observó a su hermano jugar, quien ahora tiene 98 años.

Mientras que para Clemencio Amaya, de 66 años, la tradición significa revivir tiempos de juventud y energía.

“Quien ha jugado es muy difícil dejarlo, no pierdo oportunidad de echarme una lanzadita”, dijo Amaya sin perder el entusiasmo.