VIDEO: Cultivar las vitaminas y medicinas en el jardín de la casa; conoce el proyecto

Parte de los proyectos de Alianza NutrEs es educar sobre alimentación nutritiva a población de Tonacatepeque

Diferentes organizaciones le apuestan a proteger la salud de comunidades de Tonacatepeque mediante la siembra de plantas medicinales que la gente puede cultivar en sus hogares

Por Evelyn Chacón

2021-07-05 10:34:24

Juan Pérez ama la tierra, habla con seriedad y respeto sobre todo lo que a ello se refiere, los cultivos, el cuido y cómo aprovecharla. También habla con base al conocimiento, dado por su experiencia de cómo a través de las plantas pueden tratar ciertas enfermedades y cómo se deben nutrir adecuadamente las personas. También de cómo a través de las plantas logró combatir el COVID-19.

“Yo enfrenté el coronavirus en el momento más duro de la pandemia, en mayo, lo hice con cúrcuma, jengibre, llantén y propóleos, que es uno de los antivirales más eficaces, por gotitas”, explica. Sin embargo hace la advertencia de que uno de los problemas más grandes que hay para combatir las enfermedades es que “la gente no está comiendo bien, está baja de defensas. Por eso la clave es nutrir”.

VER: ¿Se puede cosechar el agua? En Tonacatepeque ya lo están haciendo

Nutrir es la meta en la que trabaja Juan junto con el resto de líderes que forman la Alianza de las Organizaciones de la Sociedad Civil por la Soberanía y la Seguridad Alimentaria (Alianza NutrEs) y que enfocan sus esfuerzos en la zona rural del municipio de Tonacatepeque.

Los esfuerzos son palpables en sus cultivos libres de agroquímicos, con la conservación y deshidratación de los alimentos, además de la preparación de comidas para llevar una dieta sana, rica en nutrientes. Todo este proceso se ejecuta y enseña a más agricultores en el Centro Agroecológico de Tonacatepeque, en un extenso terreno donde Alianza NutrEs le ha apostado a reforestar para captar agua. La reforestación la hacen con árboles y plantas de donde se pueda obtener alimento o medicina natural.

“En el deshidratador solar pasamos parte de la producción de lo que cosechamos. Después pasamos al molino para hacer las harinas. Toda la gente puede tener en la casa un santuario de alimentos”, expresa Juan.

Y para destacar la importancia y lo práctico que puede ser en la vida cotidiana, Juan pone como ejemplo que cuando la movilidad de las personas estuvo restringida el año pasado, en el contexto de la pandemia, quienes tenían estas harinas en sus cocinas o frutas deshidratadas, podían preparar atoles o refrescos y mantenerse nutridos, con un sistema inmunológico fuerte “para soportar los problemas de salud”, enfatiza Juan, quien es miembro del Movimiento Agroecológico Latinoamericano y del Caribe (MAELA), que desde hace cuatro años reitera la importancia de prepararse para enfrentar las consecuencias del cambio climático.

“Por ejemplo, en el caso de las hambrunas, la gente puede tener comida guardada. Pero no hablamos de arroz y frijoles, sino de micronutrientes, de hojas verdes, que se pueden cosechar en un huerto en la casa”, añade Luis, un apasionado de cómo la naturaleza brinda el camino a una mejor vida.

Juan Pérez muestra una mata de zacate limón, del cual se puede hacer té para combatir el resfriado.