Para Carlos Fuentes, quien labora en Comandos de Salvamento desde 1986, las diversas instituciones que reaccionan a la hora de un terremoto están mejor preparadas y comunicadas que en 2001, cuando El Salvador sufrió el terremoto ocurrido el 13 de enero.
En el caso de esta institución que reúne a cerca de 1,500 voluntarios, Fuentes asegura que han brindado diferentes capacitaciones en centros escolares tanto públicos como privados, en comunidades, empresas y diversas instituciones.
Fuentes considera que el personal profesional y voluntario que se desempeña en las instituciones de primera respuesta (Comandos, Cruz Roja, Cruz Verde, Bomberos, Sistema de Protección Civil, etc.) están mejor preparados que hace 21 años.
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"Antes no había mucha capacitación. En la actualidad, las instituciones de primera respuesta tenemos capacitaciones, contamos con herramientas adecuadas para poder trabajar en cualquier caso de estructuras colapsadas", explicó, y agregó que incluso han colaborado en desastres naturales ocurridos en México y Chile.
También detalló que desde hace años, incluidos gobiernos pasados, se ha venido fortaleciendo la comunicación interinstitucional bajo la coordinación del Sistema de Protección Civil, para reaccionar de la mejor manera entre todas las instituciones.
Además, Fuentes subrayó que ha sido importante el aporte desde la Asamblea Legislativa, que convirtió en ley una serie de medidas de seguridad ocupacional, la cual establece que instituciones y empresas deben cumplir una serie de requisitos para poder operar, entre ellos: debida señalización de vías de salida en casos de emergencia, adquisición de equipo de seguridad, formación de brigadas de rescate, capacitación constante, etc.
Más herramientas
Desde que El Salvador sufrió el terremoto de 2001, ha habido pasos importantes para contar con más herramientas para prevención y acciones en caso de un sismo tan potente.
Según el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, el país tiene un sistema de procesamiento automático de localización de sismos, que permite validar la información de manera técnica con más rapidez y obtener, en minutos, datos preliminares, datos finales y mapas de intensidad instrumental.
Existe una red con más de 60 estaciones sísmicas distribuidas en el territorio, las cuales brindan información al Sistema Nacional de Protección Civil.

Además, el Gobierno tiene un Observatorio de Amenazas y Recursos Naturales, desarrollado con el apoyo financiero de la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación. Esto permite a las autoridades emitir una alerta temprana, que significa "avisar de un temblor de tierra inminente antes de la llegada del movimiento fuerte y destructivo. No es una predicción de terremotos a largo plazo o incluso a corto plazo. Las alertas pueden ser provistas con unos pocos segundos de tiempo de advertencia cerca del epicentro y con decenas de segundos para los terremotos con epicentro en el océano o lejanos al territorio", detalla la información del MARN.
Desde 1996, se aplica en El Salvador una normativa de construcción sismorresistente, con lo cual los edificios tienen mayor capacidad de respuesta en caso de un sismo de alta intensidad.