Taxista asesinado en Chalatenango se había graduado de enfermero y soñaba trabajar en pandemia

El joven de 28 años fue encontrado muerto a 26 kilómetros de la zona en donde solía trabajar. Dos presuntos pandilleros habían abordado el taxi que Boris manejaba en Chalatenango.

Boris Tobías, de 28 años, fue asesinado por presuntos pandilleros el pasado 07 de noviembre. Ocurrió dentro del taxi que conducía. El joven se dedicó a esta labor al no encontrar trabajo después de la cuarentena.

Por Jonathan Tobías

2020-11-30 6:00:46

Dos hombres tocaron a la puerta de la casa de María. Ella abrió. “Vaya a la policía, que a Boris se lo mataron por el puente”, dijeron. Eran las cinco de la tarde del sábado 7 de noviembre. Boris era su hijo mayor. Se dedicaba a “taxear” en Chalatenango. Lo encontraron muerto adentro del taxi, lejos de donde solía trabajar, con un disparo de bala en la cabeza.

Casi 20 días después, en una habitación de dos por tres metros, en donde la oscuridad se vuelve densa, la vacilante luz de una vela rompe el ambiente y advierte un duelo persistente. Sobre una mesa, al fondo del espacio, la llama despega de la penumbra la fotografía de Boris. Tenía 28 años. “Ahí está mi chelito, mi niño”, dice María, sentada en una silla, frente a la habitación de su hijo, casi devorada por las sombras.

“Hasta ahora, no entiendo lo que pasó”, lamenta la madre. La versión que ella ha conseguido armar con lo poco que le dijo la policía y las declaraciones de algunas personas, que vieron a Boris ese día, es que temprano, aquella tarde, dos presuntos pandilleros abordaron el vehículo que su hijo conducía.

TE PUEDE INTERESAR: “Iba a encontrarse con un amigo”. Joven padre de familia está desaparecido desde el viernes en Lourdes

Siete horas después, dentro de ese mismo taxi, lo encontraron muerto, con golpes en todo el cuerpo y un impacto de bala en la cabeza. La policía lo confirmó, pero en las delegaciones de Chalatenango se rehusaron a brindar información sobre el caso o sobre las pesquisas. María expresa que, desde el día que asesinaron a Boris, sólo surgen preguntas que nadie sabe o quiere contestar, ni los agentes a cargo de la investigación.

El puente en donde se encontró a Boris muerto, dentro del taxi que conducía, está a unos 26 kilómetros de la zona en donde el joven solía trabajar.

El asesinato sucedió en un puente sobre el Río Sumpúl, en el tramo que de Chalatenango conduce al municipio de Arcatao, a 26 kilómetros de las calles en donde el joven solía trabajar. Se desconoce el lugar exacto en donde los dos sujetos abordaron el vehículo, pero se presume que golpearon y torturaron a Boris durante el trayecto hasta el punto en donde lo mataron. Encontraron el cuerpo lleno de golpes y heridas. La ropa estaba completamente ensangrentada.

El sueño por ser enfermero

Boris vivía junto a su madre, y sus hermanos menores, en el casco urbano de Chalatenango. La mañana de el sábado que lo mataron, salió a trabajar como lo hacía todos los días, temprano. Agarraba carreras en la zona de la ciudad y nunca demasiado lejos, relata su madre.

El vehículo que conducía, María se lo compró, con esfuerzo, luego que no consiguiera empleo tras graduarse de enfermería. El sueño de Boris era convertirse en trabajador de salud durante la pandemia, pero al no conseguirlo decidió trabajar como taxista pirata para sostener a su familia y ayudar a su hija, de tan solo seis meses de edad.

Boris Tobías, de 28 años, fue asesinado por presuntos pandilleros el pasado 07 de noviembre. Ocurrió dentro del taxi que conducía, al no encontrar trabajo después de la pandemia.

Con el taxi aportó, por varias semanas, a los gastos de su hogar, desde agosto y durante los meses de pandemia y cuarentena. “Trabajaba para su niña”, recuerda María y lo describe como un padre responsable, que siempre estuvo pendiente de su hija y sus hermanos.

Al final de la tarde de aquel sábado, María vio todo eso derrumbarse. Tardó menos de una hora en llegar al puente en donde asesinaron a su hijo. Lloró, recuerda. Dentro del vehículo no encontraron más que los documentos del joven. Eso le dijo la policía. Sugirieron un asalto, con el argumento que no había dinero en la escena. Ella no está convencida, piensa que alguien quería matarlo, pero no tiene pruebas.

LEE TAMBIÉN: Cae pandillero involucrado en el asesinato de sus dos compañeras sentimentales

Medicina legal devolvió el cuerpo de Boris ese sábado, ya entrada la noche. Su familia y amigos lo velaron en la calle frente al portón en donde, tan sólo cinco horas antes, María se enteró que estaba muerto. “La gente no cabía (en la vela)”, recuerda María y parece que ese recuerdo la reconforta.

Una larga caravana acompañó el féretro de Boris en su ruta hacia el cementerio Monte Piedad, en Chalatenango. Lo sepultaron cerca del mediodía. La fotografía que estuvo sobre el ataúd y luego la tumba de su hijo, es la misma que María tiene, entre penumbras, en el altar de su casa, junto a esa vela que rompe la densa oscuridad.