Sujetos irrumpen en un corral de San Juan Nonualco para sacar a dos jóvenes y decapitarlos

Según familiares de los jóvenes, ellos se dedicaban a labores agrícolas y a cuidar ganado. Sin embargo, la Policía los perfila como miembros de pandillas.

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José Vicente Guillén, de 25 años, y José Feliciano Hernéndez Castro, de 20, fueron asesinados en San Juan Nonualco, La Paz. Foto/ Francisco Campos

Por Gadiel Castillo

2019-11-21 11:01:02

José Vicente Guillén Quinteros, de 25 años, y José Feliciano Hernández Castro, de 20, estaban durmiendo en un corral de la hacienda Los Alvarado, ubicada en el cantón El Golfo del municipio de San Juan Nonualco, La Paz, cuando fueron sacados por un grupo de hombres armados para ser asesinados.

Los jóvenes se desempeñaban como jornaleros y, de acuerdo con familiares, se quedaban a dormir en el lugar porque se despertaban a eso de las 2:00 de la madrugada para ordeñar las vacas.

La Policía Nacional Civil (PNC) informó que el crimen ocurrió a eso de la 1:00 de la madrugada cuando varios hombres ingresaron al lugar y tras encontrar a los muchachos los sacaron del inmueble para decapitarlos.

Una familiar José Vicente contó que su sobrino tenía como dos meses de trabajar en el lugar, luego de regresar de San Salvador por la falta de empleo. El joven deja un bebé de dos meses de edad.

“El amigo de él, el que está muerto fue el que le consiguió el trabajito, él fue quien le dijo que un señor necesitaba un jornalero, él era bueno para ordeñar porque yo tengo aquí una mi vaquita, él me las ordeñaba”, dijo la señora.

Los dos jóvenes fueron decapitados tras ser sacados de un corral donde dormían en Santiago Nonualco, La Paz. Foto: Francisco Campos

La pariente asegura que José Vicente era trabajador y se desempeñaba en lo que fuera, con el objetivo de tener ingresos para el sostenimiento de su familia.

A la escena también llegó un hermano de José Feliciano, quien tuvo que frenar su jornada laboral ante la noticia que a su familiar lo encontraron muerto. El señor asegura que Chanito no había recibido ninguna amenaza y que era un hombre de bien.

“Era un muchacho trabajador, no tenía problemas con nadie era un cipote calmado, nunca tuvo amenazas, ni tenía tatuajes. Aquí venía a dormir, cuando me levanté para ir a ver a mi compañera de vida me llegaron a avisar que habían matado a mi hermano”, relata.

Los parientes de los jóvenes aseguran que no tenían ningún vínculo con las maras, sin embargo, un agente reveló que ambos estaban perfilados como miembros activos de la pandilla 18 y que uno era “palabrero”. La fuente agregó que José Vicente y José Feliciano llegaron al corral a imponer extorsión y amenazaron que si no daban dinero que les dieran trabajo y el dueño optó por dárselos.