Después de ocho meses, las conversaciones entre el Fondo Monetario Internacional y el Gobierno salvadoreño continúan estancadas. Las negociaciones son para acceder a un programa de asistencia financiera, valorado en $1,300 millones de dólares en préstamos, que le permitirían al país hacer frente a la crisis económica, sin embargo, el FMI ha asegurado que El Salvador debe cambiar algunas de sus políticas económicas y asumir compromisos de buena gobernanza democrática para obtener ayuda financiera.
Pese a que 2021 significó una recuperación de la recaudación fiscal para el ministerio de Hacienda, su reputación con los inversionistas extranjeros, agencias calificadoras de riesgo y organismos multilaterales se fue a pique.
La crisis de los suministros generó el encarecimiento de productos y materias primas en el mundo.
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