Sospechoso de matar a mujer policía en Mejicanos a la espera de juicio

Hay más agentes implicados porque, según la Fiscalía, no impidieron que se cometiera violencia contra la víctima

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La agente policial Lorena Beatriz Hernández fue asesinada la noche del 31 de diciembre de 2017 en la delegación policial de Mejicanos. Néstor Alfonso Mejía Coto es el principal sospechoso del homicidio. Foto EDH / Archivo

Por David Marroquín

2019-01-04 9:48:04

A un año del asesinato de la agente de la Policía, Lorena Beatriz Hernández Quintanilla, en la delegación de la colonia Zacamil, el principal sospechoso, el también policía Néstor Alfonso Mejía Coto, espera ser enjuiciado en el Juzgado Especializado de Sentencia para una Vida Libre de Violencia y Discriminación para las Mujeres de San Salvador.

La oficina de Comunicaciones del Centro Judicial Isidro Menéndez, que por tener reserva total el proceso no dio mayores detalles, confirmó que Mejía Coto está a la espera de ir a juicio por el crimen de su colega Hernández Quintanilla, con quien supuestamente tenía una relación sentimental. El hecho ocurrió la noche del 31 de diciembre de 2017 en los dormitorios de la delegación de Policía en la colonia Zacamil de Mejicanos.

En un principio, las autoridades policiales manejaron la muerte de la agente Hernández Quintanilla como un suicidio. Pero los resultados de los exámenes técnico-científicos revelaron lo contrario.

La Fiscalía General sostuvo, en su oportunidad, que la escena del crimen había sido manipulada para simular un suicidio y librar de cargos al responsable de su muerte.

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Los fiscales del caso manifestaron, en su oportunidad, que la autopsia realizada por el Instituto de Medicina Legal (IML) reveló que la bala encontrada en el cuerpo de la víctima ingresó por el cráneo y recorrió el tórax y el abdomen, de arriba hacia abajo.

Además, la pistola fue disparada a más de 50 centímetros de distancia de la cabeza y, según la Fiscalía, eso no es posible en un suicidio. A lo anterior se suma que la prueba de bario y plomo reveló que las manos de la agente Hernández no tenían residuos de pólvora, es decir que ella no había disparado la pistola que tenía a su lado.

Otras de las evidencias que revelaron que no se trataba de un suicidio es que la víctima tenía la pistola, con la que se habría quitado la vida, debajo de la cabeza.

Los fiscales del caso aseguraron en su oportunidad que en los casos de suicidio es “imposible” que el arma quede en ese lugar, por ello señaló una manipulación de la escena para hacerlo parecer un suicidio.

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La víctima aseguró a las autoridades que el agresor le prometió que iba a regalarle 5 dólares para que le comprara un regalo de Navidad a su mamá.

Otras de las evidencias en contra del acusado Mejía Coto es la declaración de un testigo, un preso que estaba en las bartoleas de la referida delegación policial.

El recluso relató a la Fiscalía que previamente al desenlace fatal hubo una discusión entre la agente Hernández Quintanilla y Mejía Coto. El testigo aseguró que la discusión entre Mejía y la víctima comenzó porque ella se opuso a que él se fuera a departir en Nochevieja.

Mejía, supuestamente, estaba ebrio y de servicio, según contó. El testigo los vio subir al segundo piso. Él cargaba un arma en la mano derecha y un fusil al hombro cuando, supuestamente enojado, comenzó a agredirla físicamente. Le asestó varias bofetadas y la haló por la fuerza hacia el cuarto sujetándole el cabello. Ella solo lloraba. Nadie hizo nada, según el testigo, a pesar que había más policías en el lugar, según el testigo.

Minutos más tarde, el imputado llegó al primer piso, donde estaban sus compañeros, llorando y diciendo: “La Lore se mató”.

Hasta el momento, la Fiscalía ha procesado a más policías que supuestamente no evitaron que Mejía Coto agrediera físicamente a la agente Hernández Quintanilla, antes de asesinarla.