“No es un animal al que han matado”, amigos de Esmeralda piden justicia tras ser atropellada con ocho meses de embarazo

Familiares y amigos de Esmeralda, la vendedora del mercado de Izalco que fue atropellada con ocho meses de embarazo, resienten que autoridades aún no localizan al culpable. Los responsables del accidente iban en aparente estado de ebriedad.

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María Victoria Zúñiga, tía de Esmeralda, es consolada por familiares durante el sepelio. Piden justicia por la muerte de la vendedora, quien estaba embarazada. Foto EDH / Jonatan Funes

Por Eduardo Alvarenga

2020-12-10 3:50:40

En una vivienda sencilla del cantón Huiscoyolate, en Izalco, familiares de Esmeralda Pérez empezaron el último recorrido de ella por su pueblo natal Izalco.

En el último adiós a Esmeralda Pérez, este 10 de diciembre, familiares y amigos resienten que las autoridades aún no han capturado al culpable. La madre de 36 años y con ocho meses de embarazo murió tras ser atropellada por un conductor que iba en aparente estado de ebriedad.

Esmeralda murió el pasado martes, 12 horas después de ser atropellada por un vehículo conducido por un hombre en estado de ebriedad, el cual aún no ha sido capturado, a pesar de que testigos tomaron fotografías del hecho, donde se muestran las matrículas del vehículo.

Esmeralda tenía 36 años de edad y estaba embarazada de 8 meses. Tras el accidente, su bebé logró ser salvada por doctores del Hospital Jorge Mazzini de Sonsonate.

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Esmeralda también iba acompañada de su hija mayor de 9 años, quien se encuentra golpes. Ella cumpleaños el próximo domingo.

Familiares solicita a las autoridades se investigue y se haga justicia por la muerte de Esmeralda. Foto EDH/ Jonatan Funes

El cantón Huiscoyoate está ubicado en las afueras de Izalco, sus calles de tierra fueron testigos del último recorrido de Esmeralda, cuyo cuerpo fue llevado hasta el casco urbano de Izalco para oficiarle la misa de cuerpo presente.

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Antes de llegar al templo, la procesión de familiares y amigos pasó por el Mercado Municipal de la localidad, donde decenas de mujeres amigas la esperaban.

Esmeralda era vendedora en dicho lugar. Su puesto era sencillo, a la orilla de la calle Roberto Carías, en Izalco. En ese lugar era muy conocida porque su madre vendía allí desde que ella era niña. “Ella se crio en el mercado, yo la conozco desde que era una niña. Esmeralda no está muerta para nosotros”, menciona María Elena viuda de Carías.

Los fines de semana llegaba a ayudarle. Hasta hace cuatro años, Esmeralda se había dedicado al trabajo en una maquila, pero los deseos de estar más tiempo con su hija le hicieron dejar ese oficio.

“Para nosotros ha sido una buena amiga, respetuosa, cuidadosa en todo aspecto”, asegura María Antonia Vásquez.

Esmeralda se encontraba esperando el transporte junto a su hija el martes a eso de las 6 de la mañana cuando el conductor de un vehículo tipo sedan las atropelló. Foto EDH/ Jonatan Funes

Desde entonces, dedicó más tiempo a las ventas y ayudar a su madre, la cual aún no sale del asombro por el impacto de ver a una hija joven muerta. En el espacio donde Esmeralda solía vender, una vela y una fotografía había sido colocada por sus amigas. “Para nosotros ha sido una buena amiga, respetuosa, cuidadosa en todo aspecto”, asegura María Antonia Vásquez.

Vásquez también es vendedora del marcado en Izalco. Recuerda que el día del accidente, Esmeralda ya había coordinado para dejar con una amiga a su hija mayor, para poder asistir al control con el ginecólogo y que este le programara la cesárea, debido al riesgo que tenía su embarazo.

Según explicó Enmanuel Flores, compañero de vida de Esmeralda y padre de las niñas, ella se había sometido a un tratamiento para poder quedar embarazada nuevamente.

Familiares y amigos piden justicia

“Nosotros queremos justicia, ella deja dos niñas y no es justo que esto quede así. No es un animal al que han matado”, menciona Vásquez, tras ver la procesión en el mercado y sumarse al último recorrido de Esmeralda.

Su tío, Julio Zuniga, ha interpuesto denuncias en la Policía y la Fiscalía; él exige que las autoridades colaboren para dar con el responsable.

“Yo no quisiera ver tras las rejas a nadie, pero sí quiero que haya un responsable que les ayude a estas niñas que han quedado sin madre”, asegura.