Jefry Lino, el sepulturero encargado de enflorar a cientos de víctimas de covid en La Bermeja

Para el Día de los Santos Difuntos, la administración de cementerios de San Salvador ha establecido estrictas medidas para evitar contagios, en especial en la zona establecida para los decesos por la pandemia.

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El sepulturero Jefry Lino usa un traje de bioseguridad y se cubre su rostro para este trabajo. Foto EDH / Menly Cortez

Por Menly Cortez

2021-10-31 6:15:27

El camposanto dedicado a las víctimas por covid-19 es uno de los espacios donde el ambiente de luto es denso.

Ya sea solas o con un acompañante llegan varias personas hasta este lugar para poder enflorar a sus familiares que perdieron la pelea contra la enfermedad. Pero el dolor se expresa más en el momento en el que Jefry Alexander Lino, trabajador de La Bermeja, busca la placa indicada y pone las flores.

Lino, de 32 años, es un sepulturero joven; comenzó su trabajo en este cementerio hace un poco más de un año, y le ha sido delegada la tarea de ayudar a enflorar cientos de cuerpos que yacen en este espacio. Para este próximo Día de los Difuntos, el martes 2 de noviembre, Lino estará encargado también.

“Por favor, si no es mucha molestia, le pone estos adornos también”, le dicen constantemente los dolientes a Lino, quien responde de forma amable a la petición. Para obtener un ágil servicio, los visitantes deben llevar la cartilla donde se consigna la ubicación exacta con el nombre completo del familiar.

Las familias le entregan a Lino las flores que desean que coloque a sus seres queridos en La Bermeja. Foto EDH / Menly Cortez

Lino usa un traje de bioseguridad y se cubre su rostro para este trabajo; para agilizar su misión, corrobora el dato con un listado que tiene otro de sus compañeros que trabaja en el lugar. Luego, con paciencia, busca y comienza a adornar la placa.

VER:Mi papá murió de covid… no nos dejaron ver su rostro”

Una vez finalizado, regresa a la cerca. Ahí es cuando algunas personas, entre lágrimas, le piden que tome una foto de la placa de su ser querido; y él, con gusto, hace el favor.

Desde lejos, los visitantes se quedan del otro lado de la cerca viendo hacia el camposanto en silencio. La mayoría llora, pues el dolor de no poder despedirse de su familiar y de no poder arreglar personalmente la tumba es fuerte: solo tienen 45 minutos para permanecer en el lugar.

Lino, de 32 años, es un sepulturero joven; comenzó su trabajo en este cementerio hace un poco más de un año. Es el encargado de enflorar a cientos de fallecidos por covid. Foto EDH / Menly Cortez

En la entrada del cementerio La Bermeja, el protocolo es estricto. Se prohíbe la entrada a menores de 12 años y a personas de la tercera edad, a menos que lleven la tarjeta de vacunación con las dos dosis como mínimo.

Se verifica la temperatura, se aplica alcohol gel y se rocía con sanitizante de la forma que se acostumbraba en los inicios de la pandemia; además, se recomienda que los grupos de visitantes sean de 3 personas como máximo.

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“Es un dolor grande que a nadie le deseo, hubiera querido ponerle yo las flores”, expresó la esposa de Geovanie Ernesto, quien murió de covid durante el primer pico de la pandemia, en julio de 2020. La doliente recomendó no descuidarse y protegerse, no salir si no es necesario. En vida, Geovanie trabajaba como seguridad privada, y desde que cayó enfermo, su esposa e hija no pudieron verlo.

Aunque no se conoce la cifra exacta actual de cuántos casos positivos o sospechosos de covid han sido enterrados en el área covid de La Bermeja, hasta julio de 2020 ya se reportaban un aproximado de 600 entierros. El actual alcalde de San Salvador, Mario Durán, dijo en una conferencia de prensa el 14 de octubre que han realizado 250 entierros en La Bermeja en nueve meses.