Padre de conductor calcinado: “Perdono a las personas que hicieron esto a mi hijo”

Javier Ernesto Salinas Rivas fue sepultado este viernes en un cementerio privado en el municipio de Soyapango.

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Foto/ Lissette Lemus

Por Lissette Lemus

2022-01-14 6:07:49

Los restos de Javier Ernesto Salinas Rivas fueron sepultados en un cementerio privado de Soyapango, diez días después que su cadáver fue encontrado calcinado en el cantón Palo Blanco, en el municipio de Rosario de Mora.

Entre lágrimas, familiares y amigos expresaron el inmenso dolor y el vacío que Javier deja entre los que lo conocieron, y quienes, según comentaron, lo recordarán por su eterna sonrisa y la voluntad que tenía para ayudar a otros, cuando más lo necesitaban.

El funeral comenzó con una reflexión bíblica sobre la pérdida de nuestros seres queridos. “No quisiéramos que estos momentos llegaran, pero debemos superarlos con la ayuda de Dios” expresó el pastor ante los dolientes.

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Asistentes realizan una oración en memoria de Javier, durante el funeral. Foto/Lissette Lemus

Luego uno a uno fueron pasando algunos amigos, vecinos y excompañeros para brindar sus últimas palabras junto al ataúd con los restos de la víctima, quienes dieron fe del cariño y el aprecio que le tenían al joven.

“Tuve la dicha de conocer a Javier, era una persona fuerte y llena de alegría, él siempre tenía una palabra para uno en los momentos más difíciles” expresó una de sus amigas.

Por último, el padre, visiblemente consternado, describió ante los asistentes todo el amor que sentía por su hijo y el amor que todos como familia habían recibido de él.

El progenitor afirmó que había aprendido mucho de la bondad de su hijo y aunque hay cosas difíciles de entender, como el asesinato de Javier, pero no hay odio en su corazón.

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“Quiero decir que perdono a las personas que hicieron esto a mi hijo”. Con esas palabras que demuestran resignación y bondad, el padre se despidió ante el féretro de Javier.

El hombre reflexionó, basado en su fe, que si Dios tiene misericordia, los asesinos se arrepentirán de lo que hicieron, y si ellos se arrepienten Dios los va a perdonar, ¿porqué no los vamos a perdonar nosotros" finalizó.

Javier desapareció el 3 de enero junto a su amiga Iris Raquel Ramírez Del Cid, una enfermera del Hospital General del Instituto Salvadoreño del Seguro Social, ISSS. Un día después los cadáveres fueron encontrados calcinados, por un grupo de lugareños.

Javier trabajaba desde hace un año brindando servicios de transporte, a través de una plataforma digital, y el día que desapareció, supuestamente estaba realizando un viaje para unos pasajeros, a quienes primero los llevaría a un rancho en San Diego y luego a Guatemala.

El conductor laboraba con un vehículo alquilado, es por eso que para hacer el viaje a Guatemala le pidió a su amiga Iris Raquel que realizarán la carrera en su vehículo, para evitarse algunos trámites en la frontera por llevar un vehículo ajeno.

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