Segunda caravana de salvadoreños cruza el río Suchiate para llegar a México

En el lado fronterizo de México los portones estaban cerrados y custodiados por las autoridades. Los migrantes pueden ingresar a dicho país acatando las disposiciones de refugio como única alternativa.

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El Gobierno de El Salvador contabilizó un total de 1.778 migrantes en la caravana que salió el miércoles de la capital rumbo a Estados Unidos, de los cuales 268 desistieron de seguir el trayecto y 1.510 siguieron la ruta, informó hoy la directora general de Migración y Extranjería, Evelyn Marroquín. Foto EDH/ Lissette Lemus

Por Marvin Romero

2018-11-02 12:35:46

La segunda caravana de salvadoreños, que intenta llegar hasta Estados Unidos, llegó la madrugada de este viernes a la frontera Guatemala-México, donde se les permitió el ingreso.

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En el lado fronterizo de México los portones estaban cerrados y custodiados por las autoridades. Los migrantes podían ingresar a dicho país acatando las disposiciones de refugio, pero ellos quieren el paso libre para llegar a EE.UU.

Al llegar al paso fronterizo, del lado mexicano, la caravana se encontró con el portón cerrado y custodiado por la Policía mexicana, se detuvieron a unos metros y, del otro lado, un delegado de la autoridad migratoria de dicho país tomó la palabra para indicar que “México no es un país de paso” y que todo el que ingrese deberá registrarse y brindar sus datos para que solicitar un refugio de 45 días.

Para la caravana, esa opción es parte de la “estrategia” de las autoridades mexicanas por disolver al grupo. Ellos insisten en no querer los documentos de refugio mexicanos y que únicamente les permitan el paso libre hasta llegar a la frontera con Estados Unidos.

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Autoridades mexicanas abrieron los portones y pidieron al grupo de migrantes que mantuviera el orden al ingresar a su país.

Desde el otro lado del portón, el delegado mexicano les explica que en la legislación de su país no existe una condición para el tránsito libre y que si desean hacerlo deberán acatar las disposiciones de refugio como única alternativa.

Los salvadoreños se niegan a aceptar las condiciones y dicen que no abandonarán el puente hasta que accedan a su petición. “Ya no tenemos agua ni comida, si nos morimos va a ser su culpa”, gritan.

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A las cuatro de la madrugada de este viernes, la segunda caravana de migrantes salvadoreños llegó hasta el portón que protege la entrada al puente sobre el río Suchiate, en Guatemala, con la intención de cruzar la frontera Tecún Umán hacia territorio Mexicano. Es el primer intento de los compatriotas por llegar a México.

Cientos de salvadoreños regresaron a Guatemala tras el primer intento de ingresar a México, se han agrupado e intentarán llegar a dicho país cruzando el río Suchiate.

 

Dí­as de calor y noches de lluvia no detienen caravana

La caravana de miles de migrantes hondureños reinició el viernes su marcha por el sur de México a 20 dí­as de haber comenzado su travesí­a con el objetivo de llegar a la frontera con Estados Unidos.

Saúl Guzmán, de 48 años, que viaja con su hijo Dannys, de 12, pasó la noche tratando de cubrirse de la intensa lluvia con una lámina de plástico. “Ya he pasado por mucho”?, se lamentó. Después de dí­as caminando bajo un sol abrasador, noches de mal dormir y sus efectos en el cuerpo, a Guzmán sólo lo impulsa mirar hacia adelante. “Yo quiero pasar mi vejez diferente, ya no en esta pobreza”?, explicó.

En Honduras dejó a su madre anciana que padece demencia senil y un ataúd para ella “para mí­, si no regreso”?.

Los migrantes se dirigen hacia Donají­, unos 46 kilómetros al norte en el estado de Oaxaca, luego de una larga noche en la que muchos durmieron empapados.

“Ya se adentró una avanzada y allá vamos a comer y descansar”?, explicó Walter Cuello, uno de los coordinadores de la caravana.

En la orilla de la carretera, Sara Arteaga le daba un medicamento a su bebé José Miguel, de tan solo un año y medio, porque tiene gripe, explicó la mujer. El bebé luchaba, se quejaba y se tapaba la boca con las manos para evitar tomar la medicina.

Las autoridades mexicanas no han detenido a la caravana principal de unos 4.000 migrantes, aunque han seguido de cerca sus movimientos.

La caravana intentó sin éxito que las autoridades les permitieran partir en autobús desde Juchitán, por lo que no tuvieron otra opción que hacer el recorrido caminando hasta Matí­as Romero y pedir viajes a dedo.

Pero la policí­a federal detuvo a los camiones de carga y obligó a los migrantes a descender por considerar peligroso que fueran colgados de los costados o de la parte superior de los camiones.

“¡Abajo, abajo!”?, le gritaba el policí­a federal Benjamí­n Grajeda a un grupo de migrantes que iban colgados de un camión. “Si van adentro sí­ pueden ir, pero afuera no”?, les advirtió, tras pedir que les dieran prioridad a las mujeres y los niños.

Miembros de la caravana migrante continúan su travesía hoy, jueves 1 de noviembre de 2018, por el municipio de Juchitan, en el estado de Oaxaca (México). Los migrantes centroamericanos que ingresaron a México el 19 de octubre emprendieron la madrugada de este jueves la marcha desde Juchitán a la localidad de Matías Romero, en el sureño estado de Oaxaca, ante la ausencia de facilidades para trasladarse hacia la capital estatal. EFE/Luis Villalobos
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En otros puntos a lo largo de la ruta la policí­a obligó a las camionetas pick up sobrecargadas a dejar a los migrantes.

Pero una segunda caravana de menor tamaño ubicada unos 320 kilómetros detrás del primer grupo parecí­a contar con menos liderazgo, recibir menos atención de la prensa y ser más vulnerable. Un funcionario federal que no tení­a autorización para dar su nombre dijo que 153 migrantes de ese grupo fueron detenidos durante inspecciones en carreteras del estado sureño de Chiapas, a poca distancia de la frontera con Guatemala.

Los migrantes de la caravana principal no han dicho qué ruta pretenden tomar hacia el norte ni a qué parte de la frontera con Estados Unidos planean llegar.