Varios de los comercios ubicados en la playa La Puntilla, en el departamento de la Paz, fueron abiertos la mañana del jueves a pesar que el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales declaró alerta ante la posibilidad de un tsunami en las costas salvadoreñas.
Aunque todo parecía estar en completa normalidad, hubo algo que sorprendió desde muy temprano a los comerciantes y pescadores de la zona: fueron una serie de grietas que se formaron en la arena de la playa y que, según los lugareños, tuvieron su origen a causa de la magnitud del sismo de 6.8 grados que se registró durante la madrugada, frente de las costas del departamento de La Libertad.
Alejandro Castro, que se dedica a trabajar en la zona, observó las grietas, que estaban a tan solo unos pocos metros de los restaurantes que suelen ser visitados por las familias y turistas. “Toda la población se asusta cuando ven cosas como estas, pero nosotros no nos preocupamos porque aquí, cuando tiembla, es algo normal”, relata el comerciante.
El oleaje no mostraba irregularidad alguna para aquellos que solo iban de paso, pero los lugareños que conocen el comportamiento del mar, confirman que hubo variaciones en en el oleaje, aunque fuese leves.
María Hercules recuerda que, durante las primeras horas de la mañana, cuando se disponía a reordenar y abrir su negocio, observó cómo las olas del mar habían retrocedido unos metros y una calma inusual invadió la zona. “Nos pareció curioso ver que, en algunas partes, el suelo en la orilla se miraba algo hundido”, recuerda con cierto asombro sin conseguir explicarlo por completo.
Marea alta
En horas del mediodía, la marea alta alcanzó el borde de los negocios a la orilla de la playa. Varios de los vendedores se dispusieron a sacar sus rastrillos, palas y escobas para limpiar la basura que dejaron como residuo las lluvias de la semana anterior.
A unos 50 metros de distancia del lugar donde se encontraban las grietas, un rancho fue afectado casi en su totalidad, sus bases y ramas cedieron a la fuerza del sismo de la madrugada y al arrastre del agua. Toda persona que pasaba por el lugar, volvía su mirada a aquel negocio que se encontraba completamente por el suelo.
Pero esto tampoco afectó la cotidianidad de los habitantes y trabajadores de la zona. Los niños aprovecharon la cercanía de las olas para jugar en el gua. Las autoridades de Medio Ambiente alertaron permanecer en sitios seguros. Los habitantes de La Puntilla confiesan no sentir miedo ante una situación de sismo pues afirman haberla vivido ya en repetidas ocasiones. La ministra de Medio Ambiente, Lina Pohl, recomendó a las personas alejarse del mar mientras continúa el monitoreo en la zona costera.