Los sacrificios y el esfuerzo de Ana Cecilia, la madre que llegó hasta la UES en su silla de ruedas para recibir el título de su hijo Leonel

Doña Cecilia adolece de artritis reumatoide desde hace más de tres décadas. Vive en constantes crisis de salud, pero esto no le impidió llegar hasta la UES para ver a su hijo recibirse como licenciado en Contaduría Pública.

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Por Xiomara Alfaro

2021-05-06 6:28:07

Ana Cecilia Hernández tiene 55 años, es madre soltera y recientemente vivió uno de los momentos más gratos de su vida. Su hijo, Leonel Antonio Hernández, se recibió como licenciado en Contaduría Pública, título que para ambos significó el resultado de toda una vida de sacrificios, esfuerzo y dedicación constante.

Orgullosa del logro de su hijo, doña Cecilia llegó en su silla de ruedas hasta la Universidad de El Salvador, con sede en Santa Ana, para recibir el título, lo tomó entre sus manos y en las afueras del alma máter posó para una foto que  tomó su hijo, la misma que compartió en redes sociales orgulloso de haber terminado su carrera y para presumir a una madre que con una tímida sonrisa también mostraba su gran satisfacción.

"Hoy el resultado del esfuerzo. Mi madre que ha sido todo mi apoyo y de quién he recibido la mejor enseñanza, que nada cae del cielo y que nada es gratis...", escribió el joven. Más de 9 mil personas reaccionaron al post con comentarios de felicitaciones y admiración para esta madre que pese a las dificultades ha salido adelante.

Ellos residen en la colonia El Progreso, cerca de la línea férrea en la ciudad morena, quienes los conocen son testigos de los sacrificios que esta madre hizo para sacar adelante a su hijo, ahora de 27 años, quien trabaja como contador y además es emprendedor.

Ana Cecilia vive en la colonia El Progreso de Santa Ana, en la zona de la línea férrea. Su casa está construida de lámina. En 1999 perdió su vivienda a raíz de un incendio, lo que significó uno de los momentos más duros que ha vivido, comenta. Foto de carácter ilustrativo y no comercial / cortesía.

Doña Cecilia relata que empezó a trabajar dese que tenía 11 años, toda su vida se desempeñó como comerciante informal; día con día salía de su casa con su canasto de semillas, chicharras y tostadas que llegaba a vender a diferentes puntos de Santa Ana. Nunca faltaba a su lado Leonel excepto en sus horas de clase a las que no tenía permitido faltar.

"Me integraba a sus tareas, dedicábamos el tiempo al estudio, si habían muchas tareas dejábamos la venta y nos íbamos para la casa. Él siempre fue un estudiante destacado, siempre estuvo en los cuadros de honor. Aunque yo no estudié le enseñé a él que tenía que aprender y ganarle al maestro", dice mientras permanece sentada en su silla de ruedas en su humilde casa construida de láminas.

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"Éramos un equipo de trabajo bien integrado", agrega Leonel. Desde hace cinco años doña Cecilia fue incapacitada para trabajar pues sufre de artritis reumatoide desde hace 35 años, su enfermedad la mantiene en una silla de ruedas.

"Ha sido difícil para mi porque siempre he sido bien activa, siempre andaba vendiendo cualquier cosita", señala. Doña Cecilia también ha empezado a presentar problemas en su corazón y síntomas de Parkinson, además padece de hipertensión y otras enfermedades que han ido deteriorando su salud.

Cecilia posa con el título de su hijo en las afueras de la Universidad de El Salvador, sede Santa Ana. Foto de carácter ilustrativo y no comercial / cortesía.

"Ella vive en constante crisis de salud, después de tantos años con su enfermedad no tiene meniscos en las rodillas, todas sus articulaciones generales están deformadas, sus huesos están frágiles, es una lucha diaria por la que ella pasa, soportando dolor 24/ 7", señala su hijo.

La casa donde habitan está construida principalmente de láminas y para salir hay que subir unas escaleras lo que dificulta su desplazamiento. "Para que ella salga debemos cargarla entre tres o cuatro personas, cuesta manipularla porque sus huesos están frágiles y se lastima", agrega Leonel.

El 28 de abril fue un día especial, su dificultad para movilizarse no le impidió poder llegar hasta la UES para ver a su hijo convertirse "en un licenciado".  "Es algo que nunca imaginé que iba a poder ver", relata. "En la casa la palabra no puedo no existe, así lo acostumbre a él", puntualiza.

Haber estado a punto de perder a su hijo a manos del Isna cuando las crisis por su salud se arreciaban y haber perdido todo lo que tenía incluida su casa en un incendio en 1999 sin duda han sido de los momentos más duros que ha pasado esta mujer, no obstante, pese a las limitaciones reconoce que la mano de Dios siempre ha estado de su lado.

A pesar de su enfermedad Cecilia ha estado en todo momento junto a su hijo. "Él es la fuerza por la que me he movido siempre, aunque ande con dolor", dice. En la imagen acompaña a Leonel durante su graduación de bachiller. Foto de carácter ilustrativo y no comercial / cortesía.

Hoy en día la economía del hogar depende únicamente de Leonel quien a través de un emprendimiento busca otras maneras de poder cubrir los gastos de la casa y los tratamientos de su madre. "El sueldo no alcanza", dice.

Leonel ha iniciado un negocio de sublimación en sociedad con otro compañero, asimismo ofrece chocolate en tablilla bajo la marca "Artesanal".

Doña Cecilia recuerda que desde muy pequeño Leonel dio muestras de su interés por el estudio, relata que ante la escasez, ella trató de enseñarle desde pequeño el valor de la perseverancia, la responsabilidad y a cuidarse asimismo. Durante su niñez, recuerda que no faltó quienes quisieran separarlos, no obstante da gracias a Dios que siempre le dio la fuerza para tenerlo a su lado y poder educarlo "con el amor de una madre".

"Mi madre ha sido un ejemplo y me ha demostrado con hechos que pese a sus dificultades no hay barreras y que no tengo excusas para rendirme", concluye Leonel.