Cuando Verónica Rivera salió al corredor para cambiar de ropa a un niño, que es su familiar; el pequeño la alertó sobre el humo que salía entre las láminas del negocio contiguo, que es la bodega donde inició el incendio y que acabó con siete negocios, en el centro del municipio de San Miguel, el jueves pasado.
Verónica es propietaria de un salón de belleza, en donde estaba con el niño al momento de la tragedia. Ella calcula sus pérdidas en $2,000, en productos, muebles y una vitrina.
“Salí a ver y en lo que entre nuevamente a mi negocio ya estaban las grandes llamas, gracias a Dios logre sacar algo. He quedado con moretones en los brazos, pero por la gracia de Dios el fuego solo abarcó el corredor y no entró al local”, comenta Verónica.
Ayer por la mañana, el personal de bomberos de San Miguel continuaba con la inspección necesaria para establecer la causa del incendio estructural que abarcó siete locales comerciales ubicados en el Barrio San Felipe, avenida Monseñor Romero y 2 calle poniente. Todos los locales estaban en una misma casa antigua.
“Por el momento aún estamos en la fase de recolección de investigación, pero hemos observado una serie de deficiencias en el sector de la instalación eléctrica”, comentó René Sánchez, bombero de San Miguel.
Por la tarde Bomberos informó, a través de Twitter, que el incendio comenzó en la bodega, en la zona norte, originario por un corto circuito.
De los siete locales los de mayor grado de afectación fueron una bodega de venta de ropa para bebés, una oficina jurídica donde están comprometidos documentos legales y la bodega donde se almacenaba producto plástico.
Las llamas se propagaron con facilidad debido a la existencia de una diversidad de producto que se comercializaban entre estos una bodega de plástico que a consideración de bomberos es “la que presentó mayor riesgo en el factor de propagación, porque el acceso se nos dificulto sin embargo en pocos minutos ya teníamos controlado el incendio”, apuntó.
El bombero Sánchez solicitó a las personas que tienen instalaciones eléctricas en sus viviendas o en sus comerciales, “que traten de darle un debido mantenimiento con frecuencia para evitar algún tipo de percance, así como de evitar hacer instalaciones eléctricas improvisadas”.