Durante los primeros días de la presente semana las puertas del cementerio general de San Miguel se abren para dar paso a pequeños grupos de personas entre ellos quienes se encargan de limpiar tumbas, albañiles y algunos visitantes mayores de 70 años.
Uno de los agentes del CAM que se encuentran en la entrada del portón aseguró tener el cuidado de no sobrepasar la cantidad de 20 personas en el interior del campo santo.
Ana Josefa Campos de Chaves, 75 años, llegó acompañada de un vecino para poder colocar una cruz hecha de cemento en la tumba de su esposo José Ramón Chaves Girón, quien falleció a los 81 años, hace unos 3 meses.
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“El lunes vine a ver si me daban permiso para poner la cruz, pero no pude traer la pintura, luego voy a volver para poder pintarla. Me dicen que hasta el jueves puedo entrar, ya del viernes al lunes no podré por mi edad; después no sé hasta cuando pueda volver”, comentó Ana de Chaves.
En el cuadro número 11 del cementerio general, como en otros cuadros, se pueden observar varias sepulturas que debido a la compactación de la tierra, provocado por las lluvias, han quedado casi al descubierto o en el proceso han afectado directamente las tumbas vecinas.
“El problema es que recientemente se han enterrado cerca de las otras tumbas y con la lluvia se han jalado la tierra del vecino y es ahí adonde afectan y llegan a quebrar la estructura”, comentó un albañil que labora en el lugar.
El cementerio General de San Miguel es un lugar de trabajo para decenas de familias, que son dirigidos por adultos mayores o madres solteras.
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María Teresa Corea, tiene 78 años, trabaja limpiando tumbas desde 1978, “ la única vez que he descansado fue cuando pararon por la cuarentena, solo para enfermar por estar de balde (sin oficio), pero en septiembre empecé a venir a trabajar. Gracias a Dios no me dio esa enfermedad (covid) porque mis nietos me dan vitaminas; no quieren que esté acá pero a mi me gusta”, contó entre risas.
Por su edad María Corea no podrá llegar a trabajar el 2 de noviembre. “Nos han dicho que para el día de finado no podré venir y yo quería ver si venían algunos patrones que viven lejos, por el pago”, comentó
María se encarga de mantener limpias unas 52 tumbas, normalmente alcanza a limpiar 15 cada día, pero debido a disposiciones recientes solo se encarga de siete, ya que solo tiene permitido trabajar de 7:00 a 11:00 de la mañana.