Salvadoreño se gradúa con honores de doctorado en Computación en Alemania

Andrés Goens, además es físico, matemático. Ha participado en varios proyectos de investigación en aquella nación

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Por Susana Joma

2021-06-22 6:32:50

El salvadoreño Andrés Wilhelm Goens Jokisch, de 31 años, quien migró a Alemania en 2008 con la finalidad de realizar estudios universitarios, se graduó como doctor en Ciencias de la Computación de la Universidad TU Dresden, con máximos honores.

Goens Jokisch defendió su tesis de manera virtual el pasado 31 de abril, y en esa oportunidad el Comité del doctorado le otorgó el “summa cum laude”, un reconocimiento que la institución confiere a un pequeño porcentaje de los graduados.

“Mi tesis doctoral se llamó “Improving Model-Based Software Synthesis”, que se traduciría más o menos como “Mejorando la Síntesis de Software Basada en Modelos”. En pocas palabras, consistió en mejorar el proceso por el que se pueden dividir las tareas en un sistema de cómputo moderno (como su teléfono celular, por ejemplo) de forma eficiente, por ejemplo para ahorrar energía”, comentó.

Cuando Goens Jokisch optó por irse a estudiar a Alemania casi de forma simultánea cursó dos carreras: Entre 2008 y 2012 la Licenciatura en Física en la Universidad RWTH Aachen, en la ciudad de Aquisgran; luego entre 2009 y 2012 la licenciatura en Matemáticas en el mismo centro de estudios.

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También ostenta una maestría en Matemáticas de la RWTH Aachen, entre 2012 y 2014.

“Sinceramente me siento muy honrado. Es un orgullo ver que mi trabajo ha dado este fruto, y me alegró mucho el recibirlo”, dijo con respecto a su reciente logro.

El joven, quien cursó la educación Básica y Media en la Escuela Alemana, en San Salvador, explicó que pudo estudiar en el extranjero con la ayuda de sus padres, pero también gracias a que consiguió trabajo a medio tiempo.

“De hecho el aspecto financiero fue central en que escogiera estudiar aquí, puesto que no me podía costear el estudio en Estados Unidos o el Reino Unido, por ejemplo. Ayudó mucho el que hablaba alemán, lengua que había aprendido en la escuela”, señaló.

Más allá de sus frutos académicos, el salvadoreño acumula ya experiencia en el campo de la investigación al que, de acuerdo con sus palabras, entró casi desde los primeros años de universidad.

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“La verdad es que fue una afortunada coincidencia (el comienzo en la investigación). Yo juego Basketball desde joven, y un compañero del equipo en Aquisgrán trabajaba en investigación en el departamento de ingeniería electrónica. Este compañero, conociendo mi especialización, me ofreció trabajar con él en un proyecto en colaboración con Huawei, la compañía china de telecomunicaciones. Así empecé a trabajar con esto, con más éxito del que esperaba, al punto que terminamos publicando nuestros resultados en una de las conferencias más respetadas del campo: “Design Automation and Test in Europe”, aseveró.

Según comentó, desde el punto de vista técnico ha trabajado en diversidad de proyectos en el campo de las telecomunicaciones, industria automotriz, procesamiento de señales o inteligencia artificial, en el contexto de proyectos de la Unión Europea o proyectos de la Sociedad Alemana de Investigación.

El destacado salvadoreño explica que realmente está agradecido de haber tenido la oportunidad de poder concentrarse en sus estudios, sin tener que sufrir violencia en su comunidad como ha ocurrido a otros jóvenes, lo cual es un privilegio en el país. FOTO EDH/ Cortesía.

Sostiene que si bien sus notas siempre fueron buenas, en la maestría empezó a sobresalir porque al llegar al mundo de la investigación, más allá de los conocimientos ahí lo importante es ser creativo para encontrar soluciones, así como saber comunicar las ideas.

Aunque según expuso todos los proyectos en los que ha participado le han dado satisfacción y orgullo, uno de los que recuerda haberle despertado mucho interés fue uno que podría clasificarse en el área de inteligencia artificial, de aprendizaje automático, en el que se usaban métodos aplicados a lenguajes de programación, haciendo que la máquina produzca sus propios programas.

“Me llena de satisfacción y orgullo (ese proyecto) por que encontramos problemas fundamentales con un método que había recibido mucha atención en el área, tal vez porque muchos investigadores se dejaron llevar por el furor, y publicamos una crítica con los investigadores que habían desarrollado el método originalmente”, apunta.

Goens Jokisch sostiene que hay muchos investigadores a los que admira y le inspiran, entre ellos Edward A. Lee, un profesor de la Universidad de Berkeley.

“En el 2018 tuve la fortuna de recibir una beca para poder visitar su laboratorio en EE.UU, lo que llevó a una colaboración muy valiosa. Su trabajo me hizo ver la ingeniería con nuevos ojos, apreciando como complementa a la ciencia. Además, admiro mucho su forma de trabajar, puesto que él “mete mano” directamente, no sólo fungiendo como administrador, como lo hacen muchos profesores”, contó.

El destacado salvadoreño explica que realmente está agradecido de haber tenido la oportunidad de poder concentrarse en sus estudios, sin tener que sufrir violencia en su comunidad como ha ocurrido a otros jóvenes, lo cual es un privilegio en el país; también por el hecho de que su familia, especialmente sus padres, Andrés Goens Marmol y Ute Jokisch Gaede, lo pudieran apoyar en relación a las carreras que decidió estudiar pese a que estas, a diferencia de las tradicionales como Administración de Empresas, medicina o ingeniería, no le representarían un trabajo seguro y prestigioso a futuro, al menos en el país.

“Me dicen (mis padres) que están orgullosos y contentos al ver el camino que he seguido”, explica.

El doctor Goens Jokisch, consultado sobre lo que significan sus avances, señala: “creo que para mí los logros que llevo hasta ahora significan una gran responsabilidad en primer lugar, que debo aprovechar y tal vez devolverle un poco a la comunidad que me lo ha permitido”.

Con una vida ya en curso en Alemania, el salvadoreño lamenta que en el país no haya muchas oportunidades laborales para trabajar en los campos que él estudió, por el mismo hecho de que no existe mucha investigación a nivel de la industria. Sin embargo, piensa que hay muchas otras formas de aportar al país, como lo ha hecho en el pasado cuando ha brindado charlas en la Universidad de El Salvador, en el área de matemáticas.

“Cómo estudiante de doctorado, mis posibilidades eran más limitadas. Entre más adelante llegue en mi carrera, más formas hay de contribuir y colaborar con el talento nacional, y me gustaría mucho poder trabajar con universidades del país en el futuro, por ejemplo”, valora.

El profesional, tras varios años fuera del país, afirma que al estar lejos se aprende a apreciar muchas cosas que se tenían, en su caso después de tantos años todavía no se acostumbra al frío y sostiene que literalmente “añoro estarme asando en el sol”, así como la comida salvadoreña, sobre todo los frijoles rojos que para él resultan una odisea conseguir en aquel país.

De su natal El Salvador también añora el calor humano, la alegría que, a pesar de todo, tiene la gente.

No obstante, Goens Jokisch también reconoce que estudiar en otras naciones ayuda a ganar perspectiva, ver las cosas buenas y malas que tiene nuestra cultura, por ejemplo al él le facilitó darse cuenta de lo sexista que es la sociedad en la que creció, al igual que muchas de sus actitudes y opiniones, hasta que se vio obligado a confrontarse con ello por ver diferencias en la sociedad.

El compatriota, más allá del campo académico y la investigación, gusta practicar deportes, desde hace años juega baloncesto, gusta de andar en bicicleta, hacer montañismo y recientemente ha empezado a hacer levantamiento de potencia.

Otra de sus facetas de vida es la de activista de derechos de los animales. Es así como el joven investigador suele regularmente participar en protestas, organizar eventos o ayudar en la comunidad vegana.