José Santiago Rovira Ponce, originario del barrio San Antonio del municipio de Conchagua, en el departamento de La Unión, murió ahogado al intentar cruzar el río Bravo en México.
Los familiares recibieron la semana pasada la noticia por parte de las autoridades de Cancillería.
Rovira Ponce era empleado de la municipalidad de Conchagua y pidió permiso temporal sin goce de sueldo.
El alcalde Jesús Medina dijo que Rovira pidió un mes de permiso para intentar llegar a Los Estados Unidos.
“La semana pasada hablaron de Relaciones Exteriores para pedir información de él a la esposa, que también trabaja en la alcaldía”, agregó Medina.
José Santiago tenía 15 años de trabajar en la alcaldía, primero inició en el departamento de Aseo y Mantenimiento, luego en Fontanería.
El permiso para ausentarse de sus labores en la municipalidad lo solicitó a partir del 2 de mayo.
A Chago, como le decían de cariño sus compañeros de trabajo y la comunidad, lo recordarán como un hombre dinámico, alegre y colaborador.
El flujo de migrantes centroamericanos que atraviesan México se incrementó desde finales del 2018 y ello ha generado tensiones diplomáticas entre el Gobierno mexicano y el estadounidense.
Durante abril fueron deportadas cerca de 14,970 personas, una cifra que casi triplica los 5.717 con los que arrancó su mandato el presidente Andrés Manuel López Obrador, en diciembre.
Desde octubre de 2018, varias caravanas han ingresado al país procedentes de Centroamérica. Según datos de las autoridades de El Salvador, la reunificación familiar, la búsqueda de mejores oportunidades económicas y la violencia criminal son los principales motivos de la migración irregular el país.
El martes, los países del Triángulo Norte de Centroamérica acordaron junto al secretario de Seguridad Interna de Estados Unidos, Kevin McAleenan, combatir de manera “frontal” a las estructuras que trafican con migrantes hacia el país norteamericano y que están “explotando” a menores.
Según el funcionario estadounidense, este año la migración ha “roto récords” con un 300 % de aumento, por lo que el convenio alcanzado con Guatemala, El Salvador y Honduras, los países del Triángulo Norte, “se va a contrarrestar a las estructuras de trata”.
McAleenan describió el flujo de migrantes como “una crisis humanitaria” que está “enriqueciendo a los criminales y empobreciendo a las familias”, lo cual se ha observado en “más de 4,000 casos de migrantes que viajan con familias”.