Gremial de psiquiatras advierte sobre aumento de suicidios en El Salvador

La situación económica es una de las razones que genera frustración entre los adultos mayores, algo que puede llevarlos a ejercer violencia contra sí.

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Según los psiquiatras, los altos niveles de frustración que cargan las personas a raíz de problemas económicos, pueden ser detonantes de suicidio; en el caso de los niños y adolescentes puede serlo la presión que siente de ser aceptados en grupos. Foto: Pixabay

Por Susana Joma

2021-11-12 11:29:02

El presidente de la Asociación de Psiquiatras Salvadoreños por la Salud Mental (APSAM), doctor Rafael Gilberto Chávez Reyes, al analizar la situación de violencia en el país dijo hoy que "otro hecho violento que está aumentando son los suicidios".

Chávez Reyes, quien participó hoy en la entrevista televisiva Frente a Frente, sostiene que los suicidios son violencia contra sí mismo, que se dan a partir de niveles de frustración elevados que tienen las personas.

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"Estos niveles de frustración se ha ido viendo que conforme los grupos etários, son distintas las causas también, ejemplo, en adultos mayores una causa de gran frustración es precisamente las condiciones deplorables, principalmente económicas y familiares en las que caen dentro de la misma situación posterior a la pensión o la jubilación", señala el médico psiquiatra.

Y es que según lo externado por el doctor Chávez Reyes, es debido al hecho de que los adultos mayores tienen ingresos bajos y poco contacto social que entran en estados de desesperanza, de sin sentido y muchas veces el suicidio es una forma de expresar esa frustración.

Aunque el psiquiatra no precisó cifras, se conoce que solo entre el uno de octubre y el 12 de noviembre las autoridades han dado cuenta de por lo menos tres casos de suicidio vinculados a distintas causas, entre ellos están el de un adulto de 72 años, un niño de 10 y un joven de 19.

El profesional detalló que en el caso de los niños, niñas y adolescentes el tema de los suicidios está relacionado con otro fenómeno, que es la presión social a la que están expuestos hoy en día, la cual puede provenir no solo de la acción de grupos de pandillas sino también con la globalización, en donde cada vez más se les exige tener lo último en tecnología, teléfono, ropa.

"Es una presión social ejercida por sus pares, es decir por otros niños, niñas y adolescentes, (que) genera también frustración, genera una sensación de no poder pertenecer a un grupo", detalló.

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Y es que de acuerdo a lo expuesto por el profesional, en el caso de los niños y adolescentes si hay algo muy importante para ellos es el sentido de pertenencia, puesto que en su desarrollo psicoevolutivo esto es lo que ayuda precisamente para que después la persona genere su propia individualidad y su propia forma de pensar, pero si ellos consideran que hay factores que les impiden estar en el grupo se frustran.

"En ese desarrollo es importante saberse que pertenece a un grupo y muchas veces no necesariamente es la familia, casi siempre el grupo está formado por esa pacotilla, por ese grupo de compañeros y compañeras con quienes quiere compartir, por supuesto para compartir con ese grupo yo tengo que tener características o cualidades del mismo, sino las tengo me marginan y ahí entra el fenónemo a nivel de las escuelas del famoso bullyng, que es violencia", señaló.

El pasado 20 de octubre las autoridades reportaron que un niño de 10 años se habría suicidado en el cantón Aguza Zarca, caserío Los Gómez, en Ilobasco, Cabañas.

El especialista, aunque no ahondó en cifras, dijo que en el marco de la pandemia también se ha visto un incremento de consultas por parte de personas que tienen ideas de atentar contra su vida.

"Sí, las ideas suicidas, los gestos suicidas o las conductas parasuicidas van en aumento. ¿Estas a qué se refieren? son todos aquellos comportamientos que no necesariamente tienen el objetivo de terminar con su vida, pero si son conductas paralelas que implican agresión, ejemplo: hay aumento en el consumo de sustancias, llámese alcohol, sustancias ilícitas como marihuana, crak, anfetaminas, y estas son conductas parasuicidas porque cuál es el fin último del consumo, prácticamente es terminar con la propia vida, ese es el camino que llevan las drogas; las personas son más intolerantes, manejan más rápido...", citó.

Y es que de acuerdo a lo que expone esto se debe a que la pandemia ha provocado una sensación de pérdida de control sobre nosotros mismos y sobre las circunstancias que nos rodean, por ejemplo ante el virus que nos ha obligado a andar con mascarilla, lo cual es necesario.

"¿Qué implica el usar mascarilla? Implica que yo reconozco que no tengo capacidad de control sobre un ente patógeno, que no veo, que no siento, que no escucho. Cuando nosotros como seres humanos nos enfrentamos a esa realidad, que es no tener el control sobre lo que me rodea, entramos en angustia, desesperación, una sensación de impotencia y eso mismo puede provocar de forma reactiva conductas agresivas, ya sea al ser intolerante hacia los demás o hacia uno mismo", agregó.

Algunos especialistas de la conducta también han señalado que pacientes contagiados de Covi-19 suelen enfrentar pensamientos suicidas, ante la impotencia que sienten al lidiar con la enfermedad.

El 13 de octubre el señor de 72 años que era positivo Covid, pero que no había logrado recibir atención médica, se habría suicidado en la colonia Michel de San Miguel.

Sin embargo, también hay casos en que la frustración se genera de otros aspectos, como las complicadas relaciones afectivas, de hecho algunos casos recientes de suicidios han sido vinculados con este tema.

El jueves anterior un joven fue encontrado muerto al interior de una vivienda, ubicada en la comunidad Los Ríos, cantón Primaverita, de Santa Anta. En su momento algunos familiares reportaron que estaba deprimido y había estado ingiriendo bebidas alcohólicas, aduciendo eso al rompimiento con su expareja.

El doctor Chávez Reyes sostiene que no hay una fórmula mágica para lidiar con las frustraciones, pero indica que todos los seres humanos tenemos capacidad de desarrollar la inteligencia emocional, la cual nos permite reconocer nuestras emociones, comprenderlas, es decir saber qué sentimos, porqué y qué lo provocó, de ahí que una vez se cumple este proceso podemos dimensionar la magnitud de la respuesta que damos ante las situaciones, podemos auto controlarnos.