Mario (nombre ficticio) es anestesiólogo, por lo que sabe de protocolos. Por ello no comprende porqué a 37 días de haber iniciado la cuarentena en el centro de contención de Jiquilisco todavía no lo dejan ir a casa, donde lo esperan dos hijos adolescentes.
“Llevan más de 45 días solos y con problemas de alimentación y dinero, porque no pueden acceder a los bancos”, explica el angustiado padre. Algunos amigos de la familia han asistido un poco a los menores de edad, pues los abuelos son bastante mayores y no pueden salir de su casa para ir a cuidar a los nietos.
Tras pasar dos días en el hacinado albergue de Jiquilisco, Mario y su esposa fueron trasladados junto a otras parejas al hotel Siesta. Posteriormente los trasladaron a un hotel en la Costa del Sol y finalmente a unos apartamentos anexos al Crown Plaza.
En todos esos hoteles, Mario y su esposa han estado confinados en la habitación, recibiendo la visita de médicos que les toman la temperatura y que no saben qué responder cuando los increpan sobre cuándo van a poder irse a casa.
“A este día, 17 de abril, llevo 37 días en cuarentena. No me dan una explicación convincente. Yo soy una persona que está relacionada con la salud y conozco perfectamente de los protocolos de infectología. No entiendo la razón por la que aún sigo… He pasado por cuatro albergues… en los albergues en los que he estado todos los compañeros de albergue ya están en su casa, siempre con cuarentena domiciliar. Yo sigo acá bajo el régimen del gobierno y del Ministerio de Salud. No entiendo. Llevo ya dos pruebas, entiendo que negativas, porque a nosotros no nos proporcionan los resultados y si estuviera positivo ya tendría que estar en un hospital”.
Mario explica que los únicos contactos que ha tenido con otras personas ha sido cuando las autoridades han decidido trasladarlo de un albergue a otros. En esos traslados personas provenientes de diferentes albergues eran trasportadas en un mismo bus o microbús. “En ningún momento yo he pedido que me cambien o me envía a otro lugar.
Por esa razón es que no entiendo por qué sigo acá. No me han dado una explicación ni una fecha concreta de cuándo voy a salir de esta cuarentena. Siento que ya es demasiado”.
Recordó que según el documento que firmó en el aeropuerto y en el primer albergue en el que estuvo la cuarentena sería de 30 días: “Llevo 37, soy de las personas que llegamos primera al país, estuvimos confinados más de 400 en un momento dado en el albergue de Jiquilisco y aún sigo acá”. Mario espera que su caso llegue a oídos de los responsables de Infectología del Ministerio de Salud y tomen la decisión de mandarlo a casa.