VIDEO RESUMEN: Merino Monroy y la interpelación en la que intentó justificar la toma militar de la Asamblea

El ministro de Defensa debía responder por la incursión de la Fuerza Armada al Salón Azul el 9 de febrero, pero rehusó contestar quién le dio la orden. Esta es una crónica de lo que ocurrió durante la reciente interpelación al funcionario.

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. El titular de Defensa insistía que no hubo un operativo militar, pues no había un “objetivo militar que conquistar”. Foto EDH / Jorge Reyes

Por Eugenia Velásquez

2020-08-24 6:06:52

Al filo de las nueve y media de la mañana del 21 de agosto, el ministro de la Defensa, René Francis Merino Monroy, ingresó al Palacio Legislativo. Previamente, sindicalistas se habían presentado al portón principal de la Asamblea a quemar pólvora y cohetes en señal de protesta en contra de los diputados por la interpelación del funcionario.

Merino Monroy debía responder ante los parlamentarios por los hechos militares del 9 de febrero en ese mismo lugar. En el Salón Azul lo esperaban los diputados de los distintos partidos para que contestara ¿por qué la Fuerza Armada incursionó ese día en el Órgano Legislativo? ¿quién le dio la orden de hacerlo? y ¿cuál era el objetivo de irrumpir con soldados fuertemente armados al Primer Órgano del Estado?

 

En total, el funcionario había tenido cinco meses desde marzo para prepararse y responder debidamente 17 cuestionamientos que la Asamblea le envió con antelación, ya que por la pandemia la interpelación que estaba programada para el 21 de marzo se trasladó para el 21 de agosto de 2020.

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El titular de la Defensa no llegó solo. Lo acompañaron varios jefes militares y altos funcionarios del Gobierno del presidente de la República, Nayib Bukele, entre ellos: el ministro de Gobernación, Mario Durán; la comisionada presidencial Carolina Recinos; el ministro de Trabajo, Rolando Castro; el secretario privado de la Presidencia, Ernesto Castro; el secretario jurídico, Conan Castro; y el ministro de Hacienda, Alejandro Zelaya.

Ingresó al edificio legislativo con tres jefes militares. Esta vez, a diferencia del 9 de febrero, solo lucía su uniforme verde olivo, no cargaba un arma larga como la que se observó que portaba el 9F en imágenes difundidas por medios de comunicación en fotos y videos.

Al llegar al Salón Azul pasó por la alfombra roja, se sentó en la mesa principal adecuada para el evento y después de escuchar la apertura de la plenaria extraordinaria para su interpelación por parte del presidente de la Asamblea, Mario Ponce, del PCN y la lectura de las 17 preguntas; Merino Monroy comenzó a responder una por una de un solo tirón, con pocos gestos y ademanes.

Se limitó a responder a cada una de las preguntas en un tono frío, calculador y, sobre todo, con el mismo contenido: no fue un operativo militar, que no recibió órdenes de nadie ni del presidente Bukele para incursionar en la Asamblea, que se trató de un procedimiento normal y que no esperaran a que él les contestara lo que los diputados querían escuchar.

En esa posición se mantuvo inmóvil, habló pausado y esperó las repreguntas de los diputados. Fue una tónica que duró casi 12 horas de interpelación interrumpido a veces por las protestas de legisladores, como Rodolfo Parker, del PDC, que le increpaba su falta de respuestas a las preguntas; las denuncias de la diputada Cristina Cornejo, del FMLN y de René Portillo Cuadra, de ARENA, de haber sido perseguidos y acosados en sus casas desde un día antes del 9 de febrero.

“Pueblo salvadoreño, no es simplemente la seguridad del presidente la que estuvo en juego el domingo 9 de febrero, saben porque estamos defendiendo esto, el 9 de febrero fue la Asamblea Legislativa, el 8 de febrero fue mi casa, mañana puede ser la suya, mañana puede ser usted a la que se le violan los derechos humanos en este país, mañana puede ser usted a quien desaparezcan sin que nadie diga nada…”, reclamó con voz grave Cornejo en el espacio de conclusiones sobre la intervención de Merino Monroy.

“Nunca fue un procedimiento operativo normal del presidente (Bukele), eso nunca lo fue, eso fue una operación militar que, aunque golpe fallido, rompió el sistema republicano de gobierno, desestabilizó a nuestro país, lo desprestigió internacionalmente y desnaturalizó a la Fuerza Armada por su instrumentalización. Nunca existió un enemigo o amenaza y hoy eso nos viene a decir el funcionario interpelado que fue un procedimiento de seguridad para el presidente, que no fue una operación militar como tampoco política, pues si, obviamente fue una operación fuera de la ley, una irrupción a la Asamblea Legislativa violando la independencia de poderes y con un propósito final, de destituir a los diputados que no se consumó, porque no vino el pueblo que fue convocado u otras razones que nosotros desconocemos”, alegó Parker.

Cinco momentos clave de la interpelación en la que el ministro de Defensa justificó la toma militar de la Asamblea

En el transcurso de la interpelación hubo momentos tensos entre los legisladores. El primero de ellos fue protagonizado por Ponce y el diputado Guillermo Gallegos, de GANA. Este último aseguraba en el pleno que Ponce lo autorizó para ordenar que abrieran las puertas del Salón Azul el 9 de febrero, pero Ponce le increpó que ni siquiera tiene las llaves de su oficina en la octava planta del edificio legislativo y tildó de “mentiroso” a Gallegos.

“Yo autoricé la entrada al Salón Azul a los miembros de la Fuerza Armada, yo le pedí al presidente Mario Ponce la autorización para que se me entregara la llave y se la entregué a un empleado para que él abriera, y entramos en orden, entramos respetuosamente, aquí nunca hubo un operativo militar”, manifestó Gallegos.

Al momento, Ponce contestó disgustado negando totalmente las declaraciones de Gallegos.

René Merino Monroy rehusó revelar quién le dio la orden de la toma militar de la Asamblea Legislativa el pasado 9 de Febrero. Foto EDH/ Jorge Reyes

“Quiero hacer una aclaración porque obviamente se ha mencionado mi nombre, yo quiero decirle al diputado Gallegos que no podemos de alguna manera venir y hacer ese tipo de aseveraciones, en primer lugar este servidor no posee la llave ni de la oficina que ocupa en la presidencia de la octava planta, yo no tengo llaves de este Salón Azul, hay una persona responsable y no tuve comunicación con el diputado Gallegos ese día, quiero aclararlo porque él me está diciendo que yo autoricé la llave, yo no autorizo a nadie, la Junta Directiva es y quiero por favor que no cuchicheen porque eso es de mal gusto, estoy aclarando porque se me ha mencionado mi nombre, quiero aclarar porque creo que no es conveniente que quede mi nombre allí reflejado que di autorización del uso de alguna llave”, respondió Ponce molesto.

No contento con ello, Gallegos prosiguió refutando lo que dijo Ponce:

– Como es común a usted señor presidente siempre trata de evadir su responsabilidad, le dijo Gallegos

– Le pido respeto diputado, contestó Ponce

– Yo hablé por teléfono con usted ese día, siguió Gallegos

– No es cierto, esa es su palabra y usted está mintiendo, le dijo Ponce

– Si no, no se hubiera abierto el Salón Azul, le volvió a increpar Gallegos

– No señor, usted está mintiendo, por favor guarde la compostura diputado Gallegos, le reiteró Ponce

Para darle punto final a la discusión, Ponce le cedió la palabra al jefe de fracción de GANA, Guadalupe Vásquez.

Otro incidente que incomodó a las mujeres parlamentarias fueron las palabras del ministro de la Defensa cuando la diputada del FMLN, Dina Argueta, le solicitó que le dijera si podía seguir negando que no eran fuerzas militares las que habían ingresado al Salón Azul el 9 de febrero, para lo que Argueta le mostraba fotocopias ampliadas de las imágenes de elementos del Ejército, a lo que Merino Monroy le contestó que no era su culpa que no tuvieran la capacidad de entender sus respuestas.

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“Esta (muestra una fotografía con militares en el Salón Azul) es parte de la brigada de paracaidistas es parte del comando de Fuerzas especiales, es o no así ministro, sino es así o si es así, usted ha estado mintiendo al pueblo salvadoreño y no a los diputados, le mintió al pueblo salvadoreño en reiteradas…. (le apagan el micrófono) Quien fue el encargado del procedimiento militar ocurrido el 9 de febrero en esta Asamblea Legislativa, nombre y rango que ocupa, señor ministro”, le arengó Argueta.

Merino Monroy contestó: “He tratado todo el día de explicar lo más básico, de las organizaciones de tarea, de las unidades fundamentales de la Fuerza Armada, de las relaciones de mando todo eso para que se facilitara una mejor comprensión, pero el no poner atención o no tener la capacidad de poder asimilar eso, es lo que nos hace caer en situaciones como esa…”, resumió el funcionario.

Foto EDH / Jorge Reyes

De inmediato se pararon varias diputadas del FMLN y de ARENA, se quedaron por breves minutos en medio del Salón Azul, mientras que Ponce las observaba fijamente. El grupo de mujeres se acercó a la mesa en donde estaba el funcionario y con copias de las distintas leyes que protegen los derechos de las mujeres, le increparon su actitud hacia la diputada Argueta.

Ya anteriormente la diputada había calificado de “comité de aplausos” a los funcionarios del Gabinete de Gobierno que vitoreaban al ministro de la Defensa cada vez que respondía con evasivas los cuestionamientos de los diputados.

Así transcurrieron las casi 12 horas de interpelación del ministro de la Defensa, que fueron interrumpidas por un breve receso al mediodía para que almorzaran, pero los diputados al ver que Merino Monroy seguía sin responder a las repreguntas que le hacían decidieron dar por terminada la interpelación y consideraron que contaban con suficientes pruebas para determinar que en realidad la orden de incursionar militarmente en la Asamblea fue dada por el presidente de la República.

Esto al decir de los diputados sobre la base de la posición que dio Merino Monroy, al aseverar que fue el Batallón Presidencial del Estado Mayor quien se encarga de la seguridad de la Presidencia por órdenes del mismo mandatario los que organizaron y controlaron el procedimiento militar.

La conclusión de los diputados es que Merino Monroy tuvo una “participación directa” en un evento que no le competía constitucionalmente. Que sus afirmaciones fueron contradictorias al admitir que pasó a “supervisar” que todo se desarrollara normalmente y que las armas de los militares estaban cargadas aún dentro del Salón Azul.

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